No One's Point Of View

"¿Sabes que estas preciosa con ese vestido?"

La miró como si fuera lo más importante de su vida, que de hecho lo era.

Es impresionante como después de varios años estos dos cada vez se quieren más...

Ella con la cabeza agachada se rió y le quitó importancia.

"Este colgante para la flor más hermosa de todo mi jardín."

"Justin... No tenias que habérmelo comprado."

Negó con la cabeza.

"Estoy loco por ti, si pudiera te bajaria todas y cada una de las estrellas que hay en el cielo y créeme, yo si que lo digo en serio."

Le puso el colgante en el cuello.

"Eres el mejor, pero créeme no necesito esas estrellas aquí conmigo, con poderlas ver aquí abajo junto a ti me basta."

"Te amo." Se le escapó al chico, no pudo evitarlo, algo dentro de el lo empujó a hacerlo, además, no perdería nada en decirlo.

"Ya la he cagado, si es que soy tonto, lo siento!, ahora te vas a pasar otras dos semanas sin hablarme, lo siento no deb--."

La chica con varias lágrimas recorriendo su rostro decidió besarlo.

"Justin!"

Se rió.

"Yo también te amo, más de lo que he amado alguna vez en mi vida."

Se tiraron en la arena y disfrutaron del momento, ambos eran jóvenes y se amaban, debían estar juntos, así lo quiso el destino.

Ellos en un principio, sin apenas conocerse se juzgaron, fue un mal acto, detrás de un estereotipo puede haber una gran persona.

Llámalo Dios, llámalo energía, llámalo destino, llámalo como quieras, pero ahí arriba hay algo que hizo que esos dos jóvenes hoy por hoy aún siguieran juntos.

Por separado al igual que todo el mundo, ninguno de ellos era perfecto, pero juntos, juntos eran algo magnífico, se mezclaban y se transformaban en una sola persona, que a ojos de cualquiera era perfecta.