Cuando te conocí,
es de veras preocupante la de
veces que un poema empieza así,
no pude apreciar lo especial de ti,
porque nunca se empieza por ahí.

No obstante, me hiciste reflexionar,
y me gustó hablar contigo y comenzar,
comenzar a verte de verdad,
comenzar a hablarte sin más,
comenzar contigo mi realidad.

Cuando llevábamos un tiempo hablando,
no estaba segura de nada,
todo iba muy rápido,
pero sabía que quería seguir contigo así,
tal vez tenía miedo de lo que te pareciera a ti.

Pero siempre me ha dado lo mismo sufrir,
por lo que vale la pena para mí,
y aunque me dijeran y me dijera
que no me hiciera tantas ilusiones,
me alegro de haberlo hecho,
aún con trompicones.

Hemos pasado por tantas cosas
en tan poco tiempo, y ese tiempo
ha sido tan fugaz y largo a la vez.

Espero e imagino que seguirá nuestro camino,
y por mí no quiero bajar de ese “navío” que
tratamos de no hundir.

Amor mío, Ich liebe dich weil
du wunderwar bist,
te amo porque eres maravilloso,
porque cada sonrisa tuya hace
que vuelva mi ilusión,
porque cada beso tuyo
es mi perdición, en este tiempo
de pasión.

Porque cada risa tuya
hace desaparecer mis incertidumbres
y cada abrazo tuyo me hace sentir protegida
en ese barco que no hundes.

Nuestros momentos difíciles hacen que los
maravillosos nos hagan más felices.

Aunque tengamos discusiones,
y se nos ponga cara de urones,
yo contigo tengo paz, cariño,
seguimos el mismo compás,
que no proporciona otra cosa
que absoluta tranquilidad.

Calma quiero para amarte, sin prisas
fundirme con tan sólo besarte.
Escuchar tus latidos es mi calmante,
mi amor, de ti no quiero alejarme.

~SR2