— Estoy seguro de que esa admiradora le mandará un texto o lo que sea en la noche del baile, dijo que le tenía una sorpresa.

— Si eso pasa, yo me encargo de llevar a Emily lejos de ustedes para hablar, así tú lo acompañas a ver quién es y toda la cosa.

— ¿Pero por qué te la llevarías a otra parte?

— Para descartar la teoría de que es ella o que forma parte de todo eso. Además, apuesto a que James me pedirá que lo haga para así “cuidarla” mientras él va a encontrarse con la admiradora.

— No sé porqué ambos están tan decididos en que vaya a encontrarse con ella. ¿Y si es peligrosa?

— Es necesario para que no siga amenazandolo y volviéndolo todo paranoico. Además, estarás tú con él, nada malo va a pasar.

Es lo último que escucho antes de sentir que se acercaban a la puerta y tener que esconderme para que no me descubran. Cuando ambos salen de la guarida, suelto el aire que estaba reteniendo.

¿Qué acababa de escuchar?

Me había encontrado con Emily y esta me había dicho que Alina y Chris me estaban buscando, y que ellos le habían dicho que yo “sabría dónde estaban”. Así que me había dirigido a la guarida secreta que manteníamos en uno de los salones viejos en el instituto. Pero no estaba preparado para escuchar todo lo que escuché.

Escuché cada parte de la conversación, del relato de Alina sobre su encuentro con Emily y el plan que querían llevar a cabo. Mi cabeza se sentía pesada y dolía como el infierno. Mi mente era un completo enredo y me encontraba mareado y aturdido.

No entendía nada, pero había llegado a una conclusión: no debía confiar en absolutamente nadie.

Ni en Emily, ni Chris, y mucho menos en Alina. Todos parecían estar jugando con mi mente y me daban ganas de golpearme contra la pared hasta que todo ese lío se solucione.

Inmediatamente pensé que sería lo mejor no asistir al baile y quedarme escondido bajo la cama hasta que me salgan canas, pero luego descarto la idea. Ellos tenían un plan y yo tenía que descubrir quién era la admiradora, así que debía ir.

— Supongo que debo pretender que no escuché nada y dejar que sigan el plan, ¿no? — hablo conmigo mismo y al instante me siento estúpido.

Mientras busco mis cosas en el casillero, veo a Emily acercándose despacio hacia mí.

— Hey — dice y sonrío por costumbre. James no bajes la guardia — necesito tu ayuda, para la clase de literatura nos mandaron a escribir algo sobre lo contrario al amor y la felicidad en San Valentín, escribí algo pero no estoy tan segura, ¿puedes leerlo y me dices qué opinas? — pregunta acomodando su cabello, tímida.

— Claro, un placer — respondo haciéndola reír y me pasa el cuaderno que tiene en sus manos.

— Mientras lo lees, iré por un vaso de agua — asiento.

— Aquí te espero.

La miro alejarse y suspiro. No podía ser.

Abro el cuaderno, buscando el texto que me indicó y de repente siento un escalofrío recorrer mi cuerpo. Esa caligrafía… era la misma letra que la de las cartas.

Empiezo a respirar de forma pesada y siento que me ahogo. Totalmente igual, no podía ser otra. Intento calmarme pero mis manos tiemblan y no puedo seguir sujetando el cuaderno, por lo que cae al suelo.

— Oye, ¿todo bien? — una compañera de clases, Kate, se acerca a mí.

— Por supuesto — asiento nervioso — ¿puedes entregarle esto a Emily? — levanto el cuaderno bajo su mirada curiosa y se lo paso — dile que tuve una urgencia y que le hablo más tarde.

Y sin esperar su respuesta, salgo corriendo.

Estaba 100% de que era la misma letra, ¿pero cómo es posible?

— Bien, la única forma en la que voy a descubrir la verdad es enfrentando el problema — me observo al espejo — así que voy a dejar de lado esta terrible paranoia de una vez.

Emily:

James, ¿te encuentras bien? Una compañera tuya me dio el cuaderno y dijo que tuviste que irte, ¿pasó algo? :(

Suspiro fuerte al leer el mensaje.

James:

Solo tuve que venir de urgencia a casa para ayudar a mi madre, no es nada grave, no te preocupes linda.

Emily:

Entonces… ¿sigue pendiente lo del baile mañana?

Ánimo, James, tú puedes.

James:

Por supuesto, pasaré a buscarte a la hora que hablamos :)

Después de enviarlo, lanzo el celular a la cama y me propongo dormir lo suficiente para aguantar todo lo que se venía. Esperaba que fuese suficiente.

La noche del baile

— Wow, hay muchísima gente — dice sorprendida la chica a mi lado, y sujetándose a mi brazo ambos entramos al lugar.

En el trayecto de su casa hasta el baile habíamos reído tanto, que casi olvidaba todo lo que me tenía aturdido. Casi.

Emily me había presentado a su padre, quien me hizo sentir bastante intimidado, y por el camino se había pasado burlándose de mi expresión.

Era agradable estar con ella.

— Jayjayyyyyy — un Chris bastante eufórico me agarra de los hombros, sacudiendome. No estaba ebrio, pero los lugares llenos de gente y música lo emocionaban hasta el punto de verlo saltando de un lado a otro — te estábamos esperando, Alina ya pensaba que te habías perdido y empezó a practicar su discurso en tu funeral — suelta una fuerte carcajada y ella lo golpea en el brazo.

— Maldito chismoso, hasta te doy el privilegio de venir conmigo y me haces esto — refunfuña — hola James — dirige la mirada a mi acompañante — hola Emily, te ves super bonita hoy —le sonríe.

Vaya, Alina siendo agradable era algo digno de admirar.

— Tú también te ves genial — ambas se sonríen y veo la cara de shock de Chris.

Estuvimos hablando los 4 por largo tiempo, riendo juntos por las estupideces de Chris. De pronto, cambian la música a algo bastante movido y los rostros de Alina y Emily se iluminan.

— Esa es mi canción — dicen a la vez y luego ríen.

Emily toma del brazo a mi mejor amiga, invitandola a bailar y luego nos dejan solos.

— No puedo creer que eso haya pasado — murmura Chris y reímos.

Comenzamos a hablar de cosas triviales, hasta que recibo un mensaje y saco el celular para leerlo, inmediatamente sintiéndome mareado.

— Ella dice que quiere verme — al instante me mira sorprendido. Pero antes de que pudiera hablar de nuevo, Alina aparece.

— Chicos, cuidenme el bolso, es super molesto bailar con él — me mira — ¿qué pasa?

— ¿Dónde está Emily?

— Dijo que iría al baño un momento, ¿por?

— La admiradora quiere verlo — responde en mi lugar.

— Lin, ve a buscar a Emily y quedate con ella, yo iré a ver quién demonios es — hablo tratando de calmarme.

Ambos me miran preocupados y ella asiente.

— Bien, iré a buscarla, pero que Chris vaya contigo — dice y se va rápidamente.

— ¿Dónde dijo que estaría? —pregunta él.

Me preparo mentalmente para su reacción.

— En nuestra guarida.

5 segundos bastaron.

— ¿Qué demonios? Pero solo nosotros 3 sabemos de ese lugar, no puede ser.

— Yo… le hablé a Emily sobre ese lugar — hablo despacio — no me di cuenta hasta que lo terminé de decir y…

— James — su voz es seria — prometimos que ese lugar sería solo de los 3, era una maldita promesa y la rompiste a causa de una chica que ni conoces y que probablemente sea la que empezó todo este lío. Ahora tu mejor amiga está a solas con esa chica encargándose que no le pase nada como tú le pediste y arriesgándose a pesar de que también sospechaba de ella — suspira — y tú solo has estado tratándola indiferente y ahora rompes nuestra promesa.

Me mira muy pero muy serio.

— Iré a buscar a Alina, ve tú solo — y se va.

No había razón para que se enojara hasta ese punto. Y tampoco había razón para creer que a Alina le pasaría algo. Todo era un juego y ya, no estábamos en una de esas películas de terror que te dejaban sin poder dormir.

Camino lentamente hasta la guarida, la cual quedaba bastante lejos del lugar donde me encontraba, pensando en lo que me había dicho mi mejor amigo. Veo a algunas parejas escondiéndose en los salones vacíos o baños y aguanto la risa. Ellos tenían una noche divertida mientras que yo estaba a punto de arrancarme todo el cabello de los nervios.

Me detendo ante la puerta y suspiro despacio, hay un olor fuerte que no logro identificar y pienso que alguien debió haber vomitado por allí.

Enciedo la luz y entonces me quedo petrificado.

— ¿Q-Qué? — siento que el aire se me acaba y mi cuerpo tiembla.

Frente a mí, dos cuerpos llenos de sangre, cortes por todas partes. El cuerpo más pequeño estaba mucho peor, lleno de moretones. Ambos con las cabezas cubiertas.

El olor fuerte era a causa de ellos.

Retrocedo por miedo hasta que escucho una suave risa detrás mío. Una risa que conocía perfectamente.
— Él no tenía la culpa, pero insistía en delatarme. Tuve que actuar rápido.

Cierro los ojos mientras sigo temblando y escucho el resonar de los tacones hacia mí.

— Mírame, James, anímate — ríe — no te puedes perder de mi sorpresa.

Mis ojos se abren y observo aterrorizado al rostro frente a mí.

Un rostro que conocía desde que andabamos en pañales.

Alina me miraba sonriente.

— Seguro estarás pensando “¿acaso no era Emily?” — ríe — ¿el cuaderno con la letra de las notas? Era mío, ella no se dio cuenta. ¿La amenaza en el baño, que me di cuenta de que escuchaste? Realmente me amenazó, pero inventé algunas cosas para inculparla — se mira las uñas y yo sigo hecho piedra.

—¿P-por qué lo hiciste? — pregunto tartamudeando.

—¿La verdad? Lo hice por diversión. Además, aproveché para confesar mis sentimientos y volverte paranoico para que te alejes de todos y solo me tengas a mí — ríe — pero Chris arruinó todo y metió a una pobre chica en mi camino, lástima — se encoge de hombros.

— Estás loca.

—¿¿Loca?? — me grita— siempre hice todo por ti, ¿y me llamas loca?

Camina hacia ambos cuerpos, sonriente, y rápidamente me dirijo a la puerta, pero esta se encontraba cerrada.

— Ni lo intentes, cariño —murmura — no puedes irte sin que te haya dado tu sorpresa — tuve que apurarme un poco para tener todo listo.

Se coloca detrás de ambos, que se encontraban colocados en dos sillas. Tenía las esperanzas de que siguieran vivos.

Se deshace de lo que cubría los rostros de ambos y me agarran las ganas de vomitar.

Chris y Emily. Rostros llenos de sangre y golpes. Gargantas desgarradas. Ojos abiertos y en blanco.

Mis piernas tiemblan y caigo de rodillas al piso, sintiendome ahogado.

— ¡Feliz sangriento día de San Valentín! — dice alegre y en ese momento pierdo toda fuerza y caigo al piso con fuerza, perdiendo la conciencia, escuchando por último una fuerte risa.

fin