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De la lejanía se escuchó un fuerte estruendo que alertó a ambos.
—¿Que fue eso?— pregunto temerosa la chica reptil, girando a ver al esqueleto que igual la miraba preocupado.
—¡Tienen que apresurarse!— ambos escucharon una débil y frágil voz proveniente de una pequeña flor dorada llena de heridas
—Alguien sabia lo que planean y los delató— las órbitas de Sans oscurecieron mientras que Alphys temblaba del miedo. Ahora morirían por alta traición.
—¡¿Quien fue el sucio soplon?!— Sans se lanzó a tomar a la flor por el tallo, gritando con su gruesa voz, pero Alphys pensaba en otra cosa, corriendo hacia la computadora encendio las cámaras que se encuentran no solo por el Underground, si no en la Metrópolis que Papyrus había creado.
—¡Olvi...da al soplon!, ¡Te...tenemos que acabar con esto!— Alphys siguió tecleando activando todas las trampas que había colocado en los niveles de su nuevo laboratorio —No los dete...tendrá por mucho— siguió hablando la científica loca —Pero espero que sea suficiente— finalizó mirando a Sans quien asentía para continuar trabajando, al igual que ella. Flowey se quedó mirando por un momento las numerosas imágenes de la ciudad, no estaba de acuerdo con nada mucho menos con lo que ambos pensaban hacer pero... no había alternativa y decidió ayudarlos en lo que pudiera.
Las cámaras mostraban al ejército destrozar las puertas del primer nivel con Papyrus a la cabeza, gritando enfurecido tan fuerte que se lograba escuchar hasta el último nivel donde ellos se encuentran. Pasaron por la primera zona de trampas, muriendo algunos pero no dejaban de avanzar y con cada trampa el Rey enfurecía aún mas, pasaron por el nivel 2, 3, 4, 5, por cada uno hasta que las tropas ya no pudieron cruzar más, acabando con la paciencia del Rey esqueleto, este se hacerco y con solo un ligero movimiento de su mano destrozo los pasillos del resto de los niveles, con estando a un nivel de ellos. Nivel 11 justo en la entrada.
—¡SANS!, ¡ALPHYS!, ¡JURO QUE LOS MATARE!— aquel grito estremeció a los tres, sabiendo lo cerca que está de matarlos, y al mismo tiempo tan cerca de lograr acabar. Era cuestión de segundos para que llegara necesitaban tiempo. Sans suspiro dejando todo a un lado, y camino hacia la puerta
—HEHEHE,Que irónico, ¿no?,— Alphys y Flowey miraron al esqueleto —...Por años he protegido y cuidado a Papyrus, ayudándolo en todo...— Este giro un poco su cabeza para mirar a ambos con tranquilidad y tristeza —El humano, Asgore, las almas y ... La existencia de los demás universos... —
—No importa, todos se equivocan, lo importante es que ambos corregirán esto— hablo esa pequeña flor tratando de alentarlos.
—¡SANS!, ¡¿DONDE CARAJOS ESTAN?¡—
—Exacto, todos se equivocan pero el único culpable de toda esta mierda soy yo... así que, Alphys, termina con esto— Alphys empezó a carcajear comprendiendo el drama que este había planteado, provocando que Sans se enojara.
—¡¿De que te ríes maldita loca?!— Alphys no podía parar de reír aún escuchando al esqueleto gruñir.
—¿No me di...gas que eres tan imbe...becil como para plan...tarle cara a tu safado hermano?— al ver que Sans no dijo nada, que sólo dirigió su vista hacia la puerta, Alphys dejo de carcajear.
—Si lo enfrentas te matará de un golpe— insistía la flor en respuesta se encogió de hombros
—¡Hey Alphys!, Más te vale acabar con este Universo y te largues con ese Papyrus, o te romperé el cuello— este sólo metió sus huesudas manos a la sudadera para cerrar los ojos, dio un profundo respiro y desapareció entre ese oscuro pasillo.
—¡Sans!, ¡Regresa!, ¡Por favor no vayas!— gritaba la flor preocupada para voltear hacia la científica que se quedó boquiabierta por unos instantes.
—¿No piensas detenerlo?— ella solo ignoro a la flor para apresurarse en terminar con los detalles que faltan
—No pue...do hacer nada, el escogió su des...tino— la flor molesta empezó a gritarle, pero ella se limitó en terminar la maquina mientras se escuchaba el estruendo y los gritos de la batalla, aquello que parecía que en segundos llegaría hasta ellos. La explosión hizo estremecer el lugar llevando polvo y tierra hasta el laboratorio, Alphys temblaba del miedo notandose en sus manos sosteniendo un par de cables, sudaba el frío de los nervios solo era cortar y reconectar con cuidado en secuencia correcta para que todo funcione
—¡Ya está! La mo...dificacion que hicimos a la máquina de transportación está lista— Flowey sonrió, por fin saldrían de aquel lugar —Tenemos que ser rápidos— reía aliviada la reptil al lograr acabar —Una ve...vez ensedida no tendremos mucho tiempo— Se apresuró el ir por el Transportador A-16 que no recordaba su ubicación —La explosión será lo suficientemente fuerte para acabar con este Universo—
—¡ALPHYS!—Se escuchó el aterrador grito de Papyrus, ambos voltearon a la entrada para ver un grupo de huesos filosos ir directo hacia ellos, con la terrible forma del rey con sus brillantes ojos rojos ensendidos, esto provocó que Flowey se enredara en el brazo de la científica, al mismo tiempo que ella cerraba los ojos esperando sentir ese agobiante dolor.
—¡Maldita tartamuda!— esa era la voz de Sans quien había aparecido frente de ellos invocando un grupo de huesos bloqueando el ataque de su hermano y en seguida un Gaster Blasters que disparó directo al pecho del Rey sin provocarle ningún daño —¡¿Que esperas para encender esa mierda?!— grito desesperado el esqueleto notando que este jadeaba y que su brazo estaba evaporando en particulas de polvo.
Sans estaba muriendo.
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