— ¿Es tuyo ese auto? —su pregunta me descoloco por un momento.

— ¿Hay algún problema en que sea mío? —rebatí alzando el mentón.

Podía enumerar porque no me caía bien, y sería extensa la lista, y lo que he escuchado de él no lo ayuda mucho, pero lo que me sacaba de mis casillas era que jugaran conmigo, ese era mi punto débil, si se le podía decir así.

— No creí que fueras el tipo de chica a la que le gustan estos autos. —lo dijo tranquilo hasta parecía que nos llevábamos genial.

— Pues felicidades ya lo sabes. —dije seca y le pase por el lado con intención de subir a mi auto, pero me tomo por el brazo atrayéndome a él.

Hay estaba de nuevo ese estúpido cosquilleo en el cuerpo por su cercanía. Lo ignore y me fije en sus ojos los cuales extrañaba y no sabía. 

— ¿Te peleaste con tu amiga por que te estas acostando con su novio? No sabía que eras de ese tipo. —el divertido tono en que lo dijo me hizo estallar en cólera. 

Si ya estaba molesta y decepcionada por lo de Annie hace minutos con su comentario termine de explotar. ¿Qué pensaba de mí que era una zorra? 

Estaba equivocado.

Se escuchaba el sonido de los autos, la gente hablando y añadido a eso mi mano impactando en su mejilla con tanta fuerza que le volteo la cara. Me zafé bruscamente de su agarre y lo mire de la peor manera.

— Primero no soy nada tuyo para que agarres con esa confianza y segundo y lo que nunca en tu vida debes volver a decirme es que soy una zorra. —la mirada que me dio me basto para largarme de hay.

— No fue mi intención —no le di importancia, estaba por abrir la puerta de mi auto cuando volvió a hablarー. No creería que eres una zorra, tu carácter me lo demuestra no necesitas nada de eso para llamar la atención de un chico. —quede estática con la respiración acelerada el mensaje recordé, me arriesgue y lo encare.

— ¿Tienes mi número? —me miró incrédulo. 

Eso no sonó tan bien.

— Quien las entiende primero me golpea, dice que no le diga zorra y ahora pregunta si tengo su número —fueron simples murmullos, pero los escuche claros y fuertes, me iba a retractar cuando habló para que escuchara—. No, no tengo tu número, ni siquiera se tu nombre. —se rió por lo último y desvié la mirada. 

Si estaba enojado lo escondía bien.

Tenía razón ni siquiera le había dicho mi nombre después de entregarle la camisa no quise verlo más, no tuve mucha suerte por lo visto, ¿Se lo digo? 

Después de golpearlo y de insinuartele es lo menos.

Respire hondo, estire mi mano y me le presente.

— Brenda Calvins. —su mirada arrogante y lasciva no faltó, cuando me iba a retractar la estrecho.

— Andrew Williams —lo iba a soltar cuando me impulso a su pecho y me recostó en mi auto, Joder ¿No entendió lo que le dije?—. Tu peor pesadilla, si así lo quiero. —susurro en mi oreja, haciéndome estremecer. 

Me bastó ver su mirada amenazante para saber que hablaba en serio, algo dentro de mi me decía que subiera a mi auto y me alejara, pero otra quería saber de él.

Opte por la primera y retrocedí, antes de subir a mi auto le pregunte:

— ¿Es una advertencia? —su sonrisa de lado me intrigó, con el brillo malicioso de su mirada ya sabía la respuesta.

— Si así lo quieres ver. —lo mire unos segundo.

— De ser así no recomendaría estar contigo, puede ser peligroso. —me miró expectante, hasta que concluí—. Incluso para ambos.

Su mirada desconcertada me bastó para sonreír triunfante, guiñarle un ojo y subirme a mi auto arrancando a todo velocidad.

Algo más que unas simples palabras lo sentí como una promesa que podría destruirnos a ambos.

¿Tendría razón?