Si bien no se deben descalificar los usos y costumbres ajenos, hay casos en que la magnitud del daño provocado, no puede menos que despertar la indignación ante prácticas consideradas de tradición cultural en algunas provincias del interior del país.

Este caso implicó un bebé de 18 meses, trasladado para su intervención quirúrgica, en razón de estar afectado por una parasitosis. Específicamente tenía quistes hidatídicos en pulmones, vesícula biliar e intestino. Del interrogatorio efectuado a su madre, se conoció la causa de su cuadro. La progenitora explicó con lujo de detalles, que para que su hijo no se empachara—no tuviese problemas digestivos— ella recolectaba la "nieve" de los pastizales y con ello hacía un té, que le suministraba al niño una vez por semana.

El pequeño, debió ser sometido a varias cirugías para extirparle los quistes y cuando se le mostró a la madre, lo que se le había retirado, ella razonó que sería un daño hecho al niño por envidia y cuando volviera a su pueblo consultaría con la curandera, los pasos a seguir.

La "nieve del campo" es el excremento de los perros, que luego de varios días de permanecer a la intemperie comienzan la descomposición, generando proliferación de hongos, que le aportan un color blanquecino y algodonoso.

La hidatidosis, es una enfermedad parasitaria, provocada por las larvas de un tipo de tenia,—lombriz— que generalmente están presentes en el intestino del perro y se transmiten por ingestión de alimentos contaminados con heces del animal o, como en este caso por ingesta de esas heces. Forman quistes repletos de parásitos que se fijan a los órganos vitales y producen todo tipo de transtonos, que además pueden llegar a provocar la muerte.