Capítulo 8
"Las lágrimas de un Ángel"
PRIMERA PARTE
Narra *ERICK*
Después de ese fin de semana, en el que mente y espíritu no habían encontrado paz, hasta casi el último momento en el que mi amigo me había ayudado a idear una estrategia, un plan para alcanzar la dicha plena junto a mi amado niño; llevaba arrastras afuera de su casa a Diego que era al último que pasaba a recoger para ir al instituto, antes de pasar por "mi amado Ángel". Franco tenía una mano sobre su rostro en señal de desaprobación al ímpetu de mis acciones, By se reía muy divertido, mientras Diego protestaba tajante, aun con pasta dental en su boca.
Ya no quería esperar más sin ver a mi amado, ya no podía más. Necesitaba verlo como todas las mañanas, necesitaba llenarme de su esencia.
Estacione frente a su casa, accione la bocina del jeep varias veces, pero no hubo respuesta. Byron tomo su celular y envió un mensaje, el cual tuvo respuesta casi al instante. By entre apenado y confundido me vio y me dijo:
-Ángel-kun ya está en el instituto-
Maldita sea la re-p*t* m**rd*, mi amigo ya me lo había advertido, pero nada te prepara para esto.
Franco se sentó a mi lado en el asiento del copiloto y coloco su mano en mi hombro, mientras me decía:
-Bienvenido al purgatorio amigo- -!te va a costar mucho!- -Pero estaremos con ambos paso a paso.-
Luego con el pulgar de la mano que tenía en mi hombro señalo a los chicos y me dijo:
-ellos tienen que estar enterados, debemos hacer un pacto entre amigos-
Empecé a conducir despacio al instituto, mientras Franco y yo poníamos al tanto a By y Diego de los últimos acontecimientos. Al llegar By coloco su mano en mi hombro igual que lo había hecho Franco y con honestidad me dijo:
-Reconquistarlo te va a ser difícil, pero la recompensa al final valdrá la pena. Puedes contar con nosotros.-
Entramos al edificio y con la mirada buscaba a "mi Ángel". Caminaba atento entre pasillos, salones, cafetería y no aparecía por ningún lado.
Tuve una corazonada y mis pasos en automático comenzaron a llevarme al baño de varones, aquel en el que lo vi iluminado como una aparición angelical.
Estaba por empujar la puerta de acceso, cuando esta se abrió y casi chocamos de frente, él dio un salto por la sorpresa que le causo mi drástica presencia. Mi corazón encontró alivio al verlo, sentí el impulso de abrazarlo tan fuerte y cargarlo mientras le daba vueltas en el aire, como si fuera un niño, pero contuve mis impulsos. No era ni el momento ni la ocasión.
El me esquivo y camino dejándome atrás, mientras lo veía alejarse de manera fría lo escuche decir:
-!Buen día Erick!, ¿qué tal tu fin de semana?-
Él no se imaginaba lo que me dolía su actitud, pero si este era el camino para alcanzar el paraíso, estaba dispuesto a recorrerlo. Empecé a caminar detrás de él, vi de lejos como llegaba a la puerta de su salón y antes de ingresar, volteo a verme sin ninguna emoción en su rostro, solo me vio y sin más entró. Yo cabizbajo empecé a caminar hacia donde estaban los chicos.
No sé qué cara llevaba, pero By se apresuró a decirme: -¿lo has visto?-
Trate de disimular una sonrisa, lo cual me salió muy mal, la tristeza invadía mi corazón y una opresión se alojaba en mi pecho. A pesar de eso le conteste:
-Sí, estaba en el baño en donde se convirtió en mi "Ángel de la guarda"-
Cuando los mire, los tres tenían cara de acertijo, Franco cuestiono:
-¿Que hacía en ese lugar?
Yo con pesadez respondí: -No tengo idea. Cuando yo llegaba él ya salía-
Ese día fue un verdadero infierno, sentía el movimiento de las agujas del reloj, era eterno, tan lento, no avanzaba el tiempo. Al escuchar el timbre que anunciaba el primer receso salí catapultado, ni siquiera espere a los chicos, yo necesitaba verlo.
Llegue a la puerta de su salón, todos salían, mi Ángel no. La paciencia se me agotaba, estaba a punto de entrar cuando apareció por la puerta, una enorme sonrisa se dibujo en su rostro y un hermoso brillo apareció en sus ojos. Mi corazón se aceleró, pero allí mismo se detuvo. Ángel camino a toda prisa, al estar frente a mí solo me esquivo y paso de largo, mientras lo escuche decir: -¡¿Cómo están?!. ¡Me muero de hambre, vayamos luego a la cafetería!-
No tuve el valor de voltear a ver, no hubo necesidad, lo vi pasar abrazando por el cuello a By y del brazo de Diego.
Me quede estático, solo reaccione al sentir las palmadas de Franco en mi espalda y me dijo:
-¡Si, será laaaargo el camino!-
Así fueron pasando los días, él me esquivaba, me rechazaba, me hacía a un lado de su vida, lo único que me consolaba un poco era que yo me lo merecía. Afortunadamente Byron logro convencerlo de ir y venir al instituto con nosotros, aunque ahora por disposición suya ya no se sentaba al frente, mi retrovisor entonces adopto una nueva posición, yo lo veía aunque fuera de esa manera.
Lo único que me detenía de mandar todo a la m**rd* era la promesa de una dicha plena al final del camino. La felicidad después del purgatorio.
Esto era el fin, ya no lo podía soportar, estaba en el campo preparándome para el entrenamiento antes de los últimos partidos previos a terminar el semestre, vi aparecer a By en el graderío, me miró y luego negó con la cabeza.
¡Maldita sea! ¡Me estaba volviendo loco!. No me podía concentrar, parecía un principiante en el campo, era tanto mi desazón que hasta me enviaron a la banca, Franco se quedó para dirigir al equipo.
Después de las duchas fui en su busca, necesitaba verlo. Otra vez la misma rutina, pasillos, su salón, la cafetería, hasta el mismo baño de varones y de mi Ángel ni la más mínima señal. Estaba angustiado, los chicos me seguían a cada paso. By enviaba mensajes, pero estos no eran respondidos. ¡¿Dónde estaba?!. Ya la angustia se convertía en enojo, me lo imaginaba caminando solo hasta su casa. En mi desesperación caminé hasta el parqueo. Lo odie por un instante, él estaba allí sujetando de lo más tranquilo sus libros, parado a la par del jeep. Estaba por ir a decirle todo lo que pensaba en ese momento, iba a descargar todo el veneno que por su culpa había acumulado en mis venas, pero By se me adelantó, corrió hacia él y muy preocupado le dijo:
-Te buscamos por todos lados. ¿Por qué no respondiste mis mensajes?.-
Él algo confundido y sorprendido nos vio a todos, pero especialmente a mí. Por un momento tuve una pequeña esperanza y esa esperanza se volvió mucho más grande cuando viéndome fijamente a mí respondió:
-¡Perdón!, estaba en la biblioteca terminando el proyecto de literatura que tengo que entregar mañana, coloqué en silencio el celular, por eso no me fijé en los mensajes. Hace un momento vi la hora y me di cuenta que ya era tarde, por eso salí corriendo directo aquí.-
Hizo una carita que ni el gato con botas le hubiera ganado y con esa cara desapareció todo mi enojo, él muy apenado continuó:
-Pensé por un momento que me habían dejado.-
¡Ya no!, ¡era suficiente!, caminé y me valió si me rechazaba o no, lo abracé tan fuerte que sentí que sus huesos tronaban y le dije:
-Jamás te dejaría. Y si alguna vez te vas sin mí, yo iré si hay necesidad, al mismo infierno por ti.-
La tensión del cuerpo de mi amado lo abandonó, pude sentir como entre mis brazos se relajaba. Pasamos unos minutos así, hasta que Franco se aclaró la garganta para llamar nuestra atención.
Lo coloque de nuevo en el suelo, pero no solté su mano. Abrí la puerta del copiloto y lo invité a pasar, él sin darme la cara, solo subió y se colocó el cinturón. Aunque él trataba de ocultarlo, yo notaba que estaba muy sonrojado. ¡Yo estaba feliz!. Franco pasó a la par y volvió a darme un par de palmaditas en mi espalda y en su rostro observé una sonrisa de aprobación.
Otra vez volvimos a ser los de antes, él a mi lado en el jeep, yo esperándolo fuera de su salón para salir a receso, él en el graderío viendo los partidos y los entrenamientos junto a By. Lo único que había cambiado era que ahora había un poco de reserva. Procuraba no quedarme solo con él, cuando sentía demasiado su cercanía buscaba un pretexto para alejarme un poco. De vez en cuando yo ya no me contenía y lo besaba tiernamente, pero luego recobraba la cordura.
Hoy estábamos en la casa de By, nos habíamos reunido allí para celebrar el cumpleaños de su madre y luego nos quedaríamos el fin de semana, ya los exámenes finales se aproximaban y teníamos que prepararnos.
Por la noche, todos estábamos sentados en el suelo, By y Diego jugaban videojuegos, mi amado Ángel recostado sobre la cama viéndolos jugar y Franco y yo terminando de hacer planes para las vacaciones de medio año.
Llamamos la atención de los chicos y les empezamos a explicar:
-Existe la posibilidad de poder alquilar por un par de días durante las vacaciones un bungalow en la playa. Nos gustaría contar con su opinión. Iríamos los 5 y también Lucy y Mery, las amigas de Franco. ¿Les gustaría ir?-
Todos estuvieron de acuerdo. Así que llamé al amigo de mi madre dueño de la propiedad y la reservé para esos días.
El fin de semana iba transcurriendo de lo mejor, pero yo tuve un momento de debilidad y al tenerlo tan cerca lo sujeté tiernamente de su rostro junté nuestros labios. Reaccioné y lo solté, suspiré profundamente y luego me dirigí al baño de la recamara de By. Solo entré sin percatarme que él iba detrás de mí, al escuchar su voz me voltee y lo vi de pie allí sin mostrarme su rostro, el veía hacía abajo mientras decía:
-¿Qué está pasando Erick? ¿Por qué no te quieres acercar a mí? ¿Es que acaso ya no te gusto, no me quieres?-
Yo en ese momento lo iba a mandar todo al mismo diablo, ya no me importaba nada más, solo quería besarlo, acariciarlo, llevármelo lejos de allí y rendirme ante él.
Me acerqué, lo abracé y comencé a dar cortos besos sobre su cabeza. Pero mi mente tenía un candado, no podía hacerlo, faltaba tan poco, no podía haber llegado hasta aquí y luego desandar el camino ya recorrido. No quería tirarlo todo por la borda.
Sujeté sus hombros y poco a poco me fui separando. La mente era fuerte, pero el cuerpo me traicionaba. Mientras lo sujetaba alejado de mí, trataba de regular mi respiración, cuando ya no pude más, lo solté, me recosté en la pared y me deslicé hasta quedar sentando con la espalda apoyada en esta.
En ese momento escuché que Byron tocaba la puerta y luego ingresaba al baño, él nos vio a ambos, abrazó a mi amado Ángel que lloraba y lo llevo fuera. Franco llegó a mi lado y colocó su mano sobre mi hombro y me preguntó: -¿Estás bien?.- Yo solo asentí.
No habían pasado ni dos minutos, cuando Byron entró rápidamente y nos gritó:
-¡Ángel-kun, se ha ido!-
Narra *ÁNGEL*
No entendía que pasaba con Erick, traté de confrontarlo pero By y Franco no me lo permitieron. Quería saber que era lo que realmente sentía él por mí, si valía la pena esperar porque él se decidiera.
Después de salir del baño de la casa de By, mi mente no funcionaba muy bien, lo único que quería era llegar a mi casa, acostarme en mi cama y echarme a llorar sin ningún testigo.
_Lo siento mucho, pero me voy- le dije a By.
Salí de allí y mientras caminaba tenía que secarme las lágrimas porque estas inundaban mis ojos y hacían que no pudiera ver nada.
Dejé de caminar, escuchaba a un costado mío el motor del jeep de Erick, tan grande fue mi decepción y sentí mucho más tristeza de la que sentía hasta entonces, cuando vi que quien lo conducía era Franco.
Franco sonrió y me dijo: -Sube te llevaré-
Yo no quería pelear o ponerme a debatir, por lo que solo subí, me coloqué el cinturón y miré hacía afuera. Franco conducía muy despacio, al llegar frente a mi casa iba a descender del carro, pero las palabras de Franco me detuvieron.
-¿Sabes Ángel-kun?, me gustaría mostrarte algo.-
Yo me quedé quieto y esperé. Él sacó su celular, me lo pasó y me dijo:
-Yo no soy muy bueno con esas cosas, no soy muy organizado que digamos, así que Byte se ha encargado de ir organizando la galería de fotos en mi celular. Quiero que por favor abras la carpeta del año pasado y veas las fotografías que aparecen allí.-
Yo hice caso y comencé a ver fotografía tras fotografía, eran los chicos en diversas actividades, en el centro comercial, en el colegio, en la cafetería, estudiando en sus casas, con sus familias, en el campo de futbol, siempre juntos. Terminé de ver algunas y luego Franco me interrumpió:
-Ahora por favor, abre la carpeta de las fotografías que se han tomado este año-
Hice la misma acción, abrí la carpeta indicada y comencé a ver las fotografías, era lo mismo los chicos en diversas actividades. Cuando Franco comprobó que yo había terminado de ver estas fotografías, me dijo:
-Tu eres muy deductivo, dime, ¿que ves de diferente entre las fotografías que nos hemos tomado el año pasado con las de este?-
Hice una mueca de fastidio y le solté:
-Obvio, en las del año pasado están todos Ustedes, en las de este año yo aparezco, eso es lo diferente. No cuesta nada deducirlo.-
Franco con mucha cautela volvió a sonreír y me dijo:
-¿Observa bien Ángel?-
Volví a ver las fotografías, primero las de la carpeta del año pasado, luego en las que yo aparecía que eran de este. Cerré mis ojos con fuerza, apreté el celular entre mis manos y las llevé sobre el pecho tratando de frenar mi corazón desbocado y no me importó pasar vergüenza, empecé a llorar como niño, con sollozos, lágrimas y mocos.
Franco me sacó de mi ensimismamiento y lo dijo:
-¿Te has dado cuenta verdad?-
Yo solo asentí mientras seguía dándole paso a mi llanto.
-¿Dímelo entonces?- Dijo Franco.
-¿Quiero estar seguro de que te has dado cuenta?-
Entre mi llanto trataba de que mi voz no sonara entrecortada, lo que fue una misión imposible, pero lo dije, porque también yo quería estar seguro de lo que había reconocido.
-Erick en las primeras fotografías no sonríe, en las que yo aparezco junto a él, en todas está sonriendo.-
Franco suspiró profundo y me dijo:
-Así es. Veras, por mucho tiempo Erick no sonreía, después de un serio problema que hubo en su familia, a él se le olvidó creo yo, como hacerlo. Logramos hacer que se levantara y continuara con su vida, pero no volvió a sonreír.-
Suspiró nuevamente y continuó:
-En algún momento desde tu llegada Erick empezó a sonreír de nuevo. No estaba muy seguro si era por tu presencia, pero ahora que Ustedes dos no están muy bien, Erick otra vez ha dejado de hacerlo.-
-No es por justificar a mi amigo, pero realmente está muy presionado, por el equipo de futbol, los entrenamientos, los estudios. Lo que quiero decirte, es que por favor, tengas un poco de paciencia. Ya cuando estemos de vacaciones de medio año, ya será otra la situación, ya no habrá tanta presión.-
Si, ese era Franco.... "el Doctor Corazón" * "Doc".
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