Anécdota de @TheStalkerBoy

Cabe recalcar que soy un chico (?) homosexual.

Estaba con mi tía comprando ropa, tranquilo, sin ningún problema. Pasaron los minutos de compras y toda la cosa.

Llegó el tiempo de comprar la ropa interior. ¿Debo mencionar que tengo aspecto de mujer?, sólo que sin los pechos y el rostro muy fino. Pero tengo el aspecto.

Mi tía me dijo que me vería en la cafetería del centro comercial y yo como todo niño bueno e inocente, acepté. Desearía que ella la hubiese comprado por mí.

Me fui a la sección de ropa interior para hombre sin percatarme de que tenía varias miradas encima; no tenía ni la más remota idea de lo que pasaba. Aun sin saber por qué me miraban, decidí ver la ropa interior que escogería. Fue entonces que se me acercó un tipo que no debía pasar los dieciocho, iba sonriendo, como si le hubieran contado algo espectacular. Yo no hice nada más que ponerme como gelatina.

Digamos que no era un Francisco Lachowski, pero tampoco un Fernanfloo (?).

Y me habló. Quisiera que nunca hubiera pasado eso.

—Parece que la niña se confundió de lugar. Cariño, aquí sólo hay ropa para hombres, por si no lo has notado.

Me quedé como estúpido recapitulando lo que me había dicho. Capté a los segundos; mi cara se puso más roja que un tomate por el enojo y la vergüenza.

—Soy hombre, estúpido. Que estés acostumbrado a ver tetas no es mi culpa.

Mi voz de niña/niño no ayudó en nada.

Él soltó carcajadas sarcásticas.

No sé por qué, no sé cómo o de dónde saqué la valentía, pero el caso es que agarré su mano y la estampé contra mis... gemelos (?).

Sí, eso hice.

No dijo nada, se puso rojo con los ojos bien abiertos. Le solté la mano y salí corriendo con los primeros bóxers que estuvieron a mi alcance.

Adivinen quién tiene que ver al tipo todos los días... ¡este nene!