Anécdota de @Helena1929

Cuando tenía siete años me volví más asustadiza que de costumbre; no soportaba las películas de terror o cualquier cosa semejante. Con decir que el muñeco pelirrojo con el cuchillote me daba pesadillas.

Bueno, resulta que mi prima mayor se casó por esas fechas y se fue a vivir con su esposo a cinco casas de la mía. Como no tengo hermanos, era muy apegada a ella y la iba a visitar casi a diario. Ella es fanática de Michael Jackson, por lo que una noche puso Thriller, pero eso no fue lo peor de todo. ¡Me dejó sola a mitad del video porque alguien la llamó!

El punto es que por no resistir más, apagué la televisión en la parte donde empezaban a salir los zombies y me fui al comedor a robar un poco de comida. Encima de que era de noche, a la luz se le ocurrió irse; de pronto todo se volvió oscuro. Terminé acurrucándome a lado del gato; supe que se trataba de él porque me pegó un aruñón que me hizo soltar la bolsa de papas.

Entonces alguien tocó la puerta y mi primer pensamiento fue que mi prima había regresado. Aún así inspeccioné desde la ventana. Descubrí que no era ella, aunque tampoco logré descifrar quién era por la oscuridad. Solo recuerdo que alcancé a ver una sombra enorme y casi se me salieron las pocas papas que comí.

Tomé la escoba del comedor; según yo me defendería con eso. Me armé de valor, abrí la puerta y apenas entró la sombra, le di un palazo en la cabeza. El hombre se cayó y tocó su frente; le estaba sangrando.

¡Y yo seguía dándole! Aprovechando que estaba en el suelo mientras gritaba "¡Muere, maldito zombie!"

Pero no era ningún zombie. Era José, el esposo de mi prima.

Ahora que tengo dieciocho y los visito, me da pena verlo. Mi prima solo se carcajea por lo que pasó.