Anécdota de @ALIX-THEBLACKWORLD

Resulta que una madrugada del mes de agosto, mi querida hermana mayor siendo aracnofóbica, se topó con una tierna tarántula. Y pues, esta mujer de veinticuatro años llamó a su hermanita menor de catorce para que matara a la araña. Cabe destacar que soy la menos miedosa entre las tres hijas de mi mamá.

Sucede que tomé una escoba para "intentar" barrer la araña fuera de la casa, pero cuando me acerqué, la maldita saltó sobre la escoba. De inmediato la solté y salí corriendo cual alma que la lleva el diablo (exacto, y yo soy la más "valiente").

Cuando volví, mi hermana estaba montada en una silla y se negaba a bajar, pues la tarántula estaba justo debajo de ella. Una vez más tomé la escoba y me acerqué; intenté golpearla varias veces, pero entre el miedo y los gritos de mi hermana, la perdí de vista durante un rato.

De pronto ambas nos quedamos quietas; mi hermana miró hacia abajo lentamente... y yo seguí su mirada. ¡LA PUTA ARAÑA ESTABA EN MI PIE!

Comencé a gritar, brincar y patalear como cabra; cuando cayó al piso terminé de matarla. Le dimos un funeral digno de una araña —tirándola a la calle para que se la comiera un gato—. Esa noche no pude dormir creyendo que la tarántula volvería para cobrar venganza.

Moraleja de hoy: Las arañas son una creación de Satanás.