Anécdota de @TamarSamarNevaRuiz

Yo vivo en Colombia, un país bastante inseguro por ciertas zonas. Como estudio en un colegio campestre, una ruta escolar me recoge y me trae de vuelta a mi casa; es un largo camino de dos horas y media, así que por eso me gusta escuchar música en el camino, a veces con audífonos y otras ocasiones sin ellos.

Escucho la música en mi iPad y como suele hacer calor, opto por llevar la ventana abierta. Grave error.

Lo que sucedió ese día fue que iba escuchando música en el iPad sin audífonos, mi prima (que se sentó junto a mí) estaba dormida y yo llevaba la ventana abierta. Solo quedábamos cuatro personas en la ruta y todo parecía tranquilo.

Entonces... ¡Un Brayan salvaje apareció, metió la mano por la ventana y me arrebató el iPad, para luego salir corriendo! 

Yo me quedé en shock unos segundos, pesando "¿Por qué no tengo el iPad en las manos? Creo que me acaban de robar... pero, ¿en verdad me robaron? ¿No será un sueño?"

Una voz en mi cabeza gritó "NO ES UN SUEÑO, ESTÚPIDA! ¡TE ACABAN DE ROBAR EL IPAD!

En ese momento me di cuenta de la situación y grité "NOOOOOOO" a todo pulmón; el conductor paró la ruta y el resto de la gente se quedó sin hacer nada. Me tiré al piso llorando cuando se escuchó una moto... ¡Era la policía! Me faltó poco para lanzarme por la ventana con tal de llamar la atención, incluso grité "¡Por favor, ayúdenme!"

Ellos se detuvieron con toda calma (casi como Flash de Zootopia) y me preguntaron lentamente (como Flash de Zootopia) cómo iba vestido el ladrón. Me dieron ganas de gritarles "¡Y CÓMO VOY A SABER QUÉ LLEVABA PUESTO; SE ACABA DE LARGAR CON MI IPAD!"

De pronto un amigo que iba detrás de mí abrió la boca:

—¡Tenía capucha roja! ¡Yo lo vi salir corriendo!

Los policías repitieron la descripción y salieron en persecución. Me contaron que cuando el Brayan vio que la policía iba tras él, tiró el iPad al piso. "Pantalla rota", fue lo primero que pensé. Entonces un vigilante que había visto todo me tranquilizó asegurándome que éste había caído al pasto. Hasta ese momento pude suspirar de alivio.

El vigilante recogió el iPad y me lo entregó en las manos, sano y salvo. Noté que había avanzado tres canciones desde que me lo arrebataron, ¡o sea que todo había pasado en menos de quince minutos!

La policía atrapó al Brayan y llegaron algunos refuerzos. Lo bueno de la historia: recuperé el iPad y estoy escribiendo esta anécdota desde él. Lo malo: solo mi mamá podía poner la denuncia... y ella estaba en el centro de la ciudad; así que al día de hoy, el Brayan está suelto de nuevo.

Pero aprendí la lección; el mundo no es una bolita de cristal, así que NO ABRAS LA VENTANA.