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-VIII-


Capítulo VIII-Ocho. –"Percance"

Canción: Ella-Karol G

Lo observaba cada mañana caminar con lentitud y seguridad, era un buen amigo. Todas las veces que habíamos hablado me proporcionaba serenidad, casi siempre observaba sus labios, lo delgados que eran y como lucían de delicados, no estaban secos, al contrario estaban bien cuidados.

Casi siempre que nos encontramos recuerdo la vez que salimos todos al cine, en mi interior se colisionaron miles de emociones, al principio en mi pecho existían nervios, no sabía cómo podría aguantar mis emociones. Recibí en la mañana un mensaje, antes de levantarme de la cama, lo leí y me tensé:

-Buenos días. ¿Cómo amaneces? ¿Qué tal tus sueños? He invitado a los chicos y tus amigas a venir a mi apartamento, habla con Mel... está enojada conmigo.

No sé porque razón su mensaje no aceleró mi corazón a toda velocidad, sino que lo tensó y me proporcionó miedo, era raro en mí esa sensación, aunque sé que a todos los seres humanos, por lo menos una vez en la vida, existirá y reinará ese sentimiento en el interior. El hecho de que llamara a Melissa de otra manera, me molestaba... -¿Celosa?- Me pregunté mentalmente y me lo negué, sin muchas esperanzas en salir de casa, lo dejé en visto y abandoné a un lado el móvil.

Caminé lentamente hacía la ducha, tras relajar mis pensamientos y ponerlos en orden, decidí responder el mensaje a Matteo, porque no podía dejar que el miedo, los celos, si es que así se podía llamar lo que sentía e identifiqué reinaran mi vida. Me paré expectante en mi armario, necesitaba elegir algo adecuado para ir al apartamento de Matteo, miré varias opciones y opté por colocarme: un vestido rojo descubierto en la espalda con escote en "V" adelante, unos tacones negros de plataforma con algunos accesorios. Escuché mi celular sonar, anunciaba una llamada entrante de - Melissa-

Respondí a Melissa. -¡Amiga!-Decía la voz ahogada entre lágrimas de Melissa. -Necesito tu ayuda, me acabo de hacer una prueba de embarazo... -Dijo su voz, ésta vez preocupada.

-Melissa, no me vengas a decir que estás embarazada de... o de... -Dije sorprendida, mi corazón latió con rapidez, se descontroló. Inhalé y exhalé varias veces hasta estabilizarme.

-Necesito que vengas a mi casa. -Dijo sollozando a través de la llamada. -Te lo pido, te necesito para la prueba de embarazo. -Susurró y no dijo más, el ambiente quedó en silencio.

-¡Melissa! -Dije gritando. -Aguanta, resiste. No tardo. -Dije y colgué nerviosa.

Me apresuré, estaba nerviosa. Aunque había dicho que asistiría al apartamento a ver una película, se me presentó una emergencia, Melissa era mi amiga, no podía dejarla, no a pesar de sus locuras, de sus traiciones, de sus maldades. Me peiné solamente desenredando mi cabello, no me dio tiempo de arreglarlo, por suerte tenía un corte que me favorecía para esos tiempos en donde estaba apurada, agarré mi bolso, una manzana de la cocina, un cóctel de frutas y me fui a la casa de mi amiga.

Una vez en la puerta de su casa, toqué repetidas veces el timbre, al ver que nadie abría, decidí tomar mi atajo: la puerta de atrás y así fue como entré, me dirigí a la habitación de mi compañera, la vi tirada en la cama, lloraba descontrolada, su cara era un desastre: ojeras, maquillaje, los labios resecos, en verdad no era ella.

-Melanie. ¿Qué te pasa?- Dije y ella no miraba, traté de ver cómo reaccionaba, pero nada. -Melanie. Reacciona, no estoy jugando. -Dije pero me alteré, ella miraba pérdida, no estaba en el mundo real.

Decidí llamar a emergencias, ella estaba muy mal. Dentro de poco estábamos en una ambulancia, le detectaron que había tomado una píldora, les informé que estaba deprimida. Porque todo el asunto de que me llamó, no era nada más descubrir su noticia de posible embarazo, eso ya lo sabía, lo noté hace varias semanas, sus senos no eran los mismos, su abdomen no lucía igual, comía por montones y estaba irritable, incluso no salía con nosotros casi, se emborrachaba muy rápido.

-Le haremos a la paciente una serie de exámenes más. - Dijo el doctor. -Necesitamos darle el alta mañana, te aconsejamos llamar a sus padres. -Dijo nervioso, el doctor. Asentí, tomé mi móvil y les mandé un mensaje a los padres de Melissa.

<<Buenas noches, su hija está en el hospital. Estoy con ella, tuvo un desmallo. >> Mandé a las once y media de la mañana, mientras me mordía las uñas con nerviosismo.

Me dejaron entrar a ver a Melissa, ella estaba despierta, sus ojos verdes me miraron y sabía que me vendría un golpe de vida, ella diría toda la verdad.

-Señoritas, lamento la molestia. Tenemos las pruebas, necesitamos hablar con ambas. -Dijo la enfermera e hizo una pausa, su cara no nos decía nada bueno, era de preocupación.

-La paciente estaba grave, necesitamos hablar con sus padres porque además de que está embarazada, tiene un embarazo de veinte semanas y es de alto riesgo. –Dijo la enfermera mirando los análisis de Melissa preocupada.

-Doctora, no puedo tener ese bebé. –Mencionó Melissa estallando en lágrimas.

-Tranquila Melissa, te vamos a brindar mucho apoyo. –Acotó una doctora joven entrando en la sala.

-¡Melissa!- Dijeron los padres entrando en la sala sorpresivamente

-¿Por qué no lo dijiste antes? Eres la peor mujer de la historia. ¿Cómo vamos a hacer contigo? ¡No podemos mantener a otra persona, no te quiero en la casa!–Replicó el padre de Melissa, ella solamente sollozaba hecha ovillo en la camilla.

-Señor, necesitamos que proporcione a la paciente un ambiente de calidez, no de odio y malas palabras. –Dijo la doctora que atendió a Melissa.

-Usted a mi no me tiene que decir cómo debo tratar a mi hija, No se inmiscuya en asuntos ajenos. –Dijo en tono desagradable el señor.

-Disculpe, solamente estoy aclarando un asunto. Aquí en la clínica no puede hacer lo que le dé la gana, en su casa haga lo que quiera, se lo agradezco. –Dijo la doctora con rabia.

-No sabe con quién está hablando. –Gritó mientras era sacado por seguridad a la fuerza por su actitud. La madre de Melissa, la acurrucó en sus brazos, ella era una mujer que se había dejado llevar por su esposo, siempre se dejó manipular, pero quería cambiar.

-Disculpen, lamento la actitud de mi marido. El trabajo es el culpable de todo, él es un hombre muy cerrado. –Aclaró la mujer con el rostro tenso.

-Entendemos. No debe preocuparse, la paciente está embarazada pero es de alto riesgo, necesitamos hacerle una ecografía. –Dijo la enfermera, la madre de Melissa asintió. Caminamos hasta el consultorio de la obstetra, todavía Mel no cambiaba su actitud triste, sabía que estaba rota por dentro.

-Veamos cómo va ese bebé. –Dijo la doctora, moviendo el aparato que nos daría la imagen de la eco donde veríamos al o la bebé. -¿Está bien?- Preguntó Melissa apenas sintió el líquido

-Necesitamos hacerte algunos estudios para determinar algunas enfermedades, sin embargo, su corazón late bien y se empieza a mover- Dijo la doctora tranquila. Melissa se relajó y se vio mejor.

Le suministraron algunas medicinas que debía tomar para enriquecerse a ella misma y a su bebé.

-¡Muchas gracias por acompañarme!- Agradeció con un abrazo Melissa.

-No tienes que agradecer, me alegra haberte ayudado. –Dije acariciando su barriguita apenas pronunciada.

-Tengo miedo de decirle a Matteo o a Sandro.-Dijo apenada.

-Cuando nazca le podrán hacer una prueba de sangre, sin embargo, debes comenzar a atar cabos sueltos de con quién tuviste relaciones. –Dije y ella asintió. Me dejaron en la puerta de mi casa, me duché y una vez vestida con ropa cómoda, puse a cargar mi celular, noté que estaba completamente descargado, vi cinco mensajes y doscientas llamadas pérdidas de Matteo, mi madre y

Llamé a Matteo, contestó al primer tono.

-¡Buenas noches! ¿Por qué no me contestaste? ¿Dónde estuviste todo el día? Todos vinieron menos Melissa y tú. ¿Te comunicaste con ella?-Matteo me llenó de miles de preguntas que me dejaron confundida por no saber cual responder.

-Estuve con Melissa, tuvimos un percance. –Dije. Suspiró y después le corté la llamada, no quería ahondar en el tema, no era yo la indicada en decirle sobre lo que había ocurrido. En el fondo del alma me dolía, me sentía mal por Melissa porque era una prueba difícil lo que iba a tener que pasar, también me dolía por Matteo porque lo quería, me preocupaba por su vida, de verdad me importaba él, como nadie más.

Llamé a casa de mis padres, me contestó una persona de servicio y me dijeron que estaban de viaje, así que le envié un mensaje.

-Ma, estuve ocupada con una amiga. Buen viaje, los amo. –Para: Mamá a las 9:56pm.

Pensé en llamar a Lola, pero escribí un mensaje para Lola porque tenía mucha hambre, pasé todo el día con Melissa y no comí nada, me sentía débil. Preparé algo para cenar que me llenara, me dediqué tiempo duchándome con agua caliente, me unté una mascarilla verde y me dormí.

Fui despertada por el incesante ruido de llamada de mi celular para el contacto de Mel, contesto adormitada, una voz desconocida dice:

-Alo, necesitamos saber su parentesco con la señorita Melissa, la encontramos sin vida hace veinte minutos, un personal de la casa nos llamó. -Dice una voz que me aterra.

-Disculpe, soy una amiga de la universidad, iré ya mismo. -Respondo y cuelgo.

Me coloco la misma ropa que tenía cuando estuve con ella, tomo mis llaves y llevo mi celular, espero un taxi que vaya vacío, le pido que me lleve hacía la dirección que le manifiesto, llegamos allí rápido.

Llamo a Matteo, también está adormitado, solamente le digo: -Matteo, ven pronto a la casa de Melissa, le pasó algo horrible-

-¿Que pasó?-Dice exaltado.

-Se quito la vida y estaba embarazada. -Respondo y él mismo cuelga.

Le dejo un mensaje a Lola: -Amiga, Melanie está sin vida, ven pronto. -A pesar de que no respondería pronto, lo sabría al despertar.

Varias personas de la policía analiza la habitación de Melanie, encuentran varias pruebas de embarazo positivas, una carta y su teléfono con grabaciones, vídeos y fotos en las que luce muy triste,  incluso había escrito mensajes que quedaron guardados como borrador.

-Señorita, hemos encontrado esto. -Dice el oficial de policía, señala una bolsa que contiene varios papeles con sangre y lágrimas. Lo vamos a analizar,  la llamaremos por cualquier cosa. -Agrega.

Veo el cuerpo sin vida de mi amiga, me arrepiento tanto de lo malo que pude haber pensado de ella, no tiene la culpa de nada, no tenía el apoyo de sus padres, por pensar que no podía criar un bebé se mató, se quitó su vida pensando que no podían existir esperanzas.

Los padres de Mel no se han visto por ninguna parte

-Oficial me gustaría contarle algo. -Digo. Me dice que lo espere en el auto de policia, iremos a la estación de policía.

-Conocí a Melanie en la universidad, ella me tomó mucha confianza, me contó hace poco que estaba embarazada, los doctores le dijeron que tenía que cuidarse muy bien, le contó a sus padres, el papá no la quería en casa, la mamá fue victima de violencia doméstica, ellas mismas me lo contaron. Sufría mucho, el bebé tenía veinte semanas. -Hablé.

-Gracias a ti por hablar. -Dijo el oficial de policía Mark. Asentí.

Matteo vino a la estación de policía, habló acerca de su relación con ella, contó que no sabía nada de que ella estaba embarazada. Le practicaron una autopsia a Melissa, descubrieron que tuvo mucho sufrimiento, tomó nuevamente píldoras, después cortó sus venas y se desangró en su habitación, dos personas habían muerto.

Una semana después tenía las cenizas en mano de mi amiga Melissa, sus padres nunca quisieron aceptar que ella había muerto, las dejé en un panteón. Paz a su vida, eso era todo lo que quería.


~love~

¿Que opinas de los cambios que se van forjando? ¿Dejas tu opinión en comentario, precious? 

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