1. No pares de correr
- Vamos, Allison. Ya pasó más de un mes, debes divertirte y disfrutar. La semana que viene empiezan las clases - habló Amber.
- Pero ir a carreras ilegales no es un buen plan - dije recostándome en mi cama.
- Por favor, por favor - suplicó - vamos Ali, no me dejes ir sola. Eres la mayor.
Miré a mi hermana con mala cara, ella y yo solo nos llevábamos cinco minutos de diferencia. Amber es mi hermana melliza y mi mejor amiga.
La conozco tanto como me conozco a mi misma y se que quiere ir a ese lugar por algo más que ver correr a nuestro hermano, Scott.
Ella estaban tan loca como lo estaba yo y por eso en el instituto nos llamaban "Las mellizas problemáticas".
Apodo que nos puso el imbécil de Scott.
Siempre estábamos metidas en algún que otro problema estúpido.
Los profesores estaban hartos de nosotras pero también les agradábamos. A pesar de lo problemáticas, imprudentes, impulsivas y bravuconadas también éramos muy aplicadas en la clase.
Bueno... Amber mas que yo.
El año pasado suspendí biología y la horrorosa clase de arte y escultura. Eran las clases que peor se me daban, por lo demás todo iba genial.
En realidad no creía que fuéramos tan "Problemáticas" como decían todos, puede que impulsivas, sí, pero ¿Qué adolecente no es impulsivo? solo éramos dos chicas que defendían sus ideas.
-Allison Jensen, eres mi hermana. Una hermana a la que su novio dejó hace más de un mes, ya has estado triste mucho tiempo es hora de ir a divertirse. Has estado todo el verano llorando a ese idiota.
No va pasar nada, yo estaré contigo todo el rato. Solo veremos como corren los chicos. Además tenemos que aprovechar que mamá hoy tiene turno de noche - habló suplicante.
-Puff...de acuerdo - me puse de pie - deja que me cambie.
Acabé poniéndome unos jeans blancos, una blusa de Nirvana negra, una sudadera de Scott y mis vans negras.
Salir de casa no fue un problema ya que mamá no esta y bueno... mi padre un día decidió que prefería tener otra familia y se largó a Seattle a vivir. Por lo que sabía tenía una media hermana de ocho años llamada Ashley.
El viaje no fue muy largo ya que las carreras se realizaban en el puerto. Amber aparcó y bajamos del coche uniéndonos al montón de gente que había en el lugar. La música estaba a todo volumen y la gente caminaba de un lado a otro.
-Este lugar parece una de esas escenas de Fast and Furios - comenté.
-Sí, solo que aquí las que corren son las motos y no los coches.
Al final nos unimos a un grupo de amigos de Almber, en donde un chico muy amable nos ofreció a mi hermana y a mi unas rica cervezas.
Por lo que parecía estaban esperando a unos cuantos motoristas que faltaban por llegar, mientas los que ya estaban aquí disfrutaban de las bebidas y de las chicas.
Mientras Amber se entretenía hablando con un chico muy guapo, yo me dediqué a observar el lugar y a las personas a mi alrededor. Mirando a la gente me topé con los ojos azules de mi querido hermano, intenté esconderme pero estaba más que claro que ya me había visto. Caminé en su dirección pensando en una buena escusa pero ninguna llegó a mi cabeza en ese momento.
-¿Qué coño haces aquí, Allison? - preguntó enfadado.
-Pues...bueno...yo...
-Este no es un lugar para gente como tú - ok, eso me ofendió.
-¿Gente cómo yo? Puff...eres un imbécil hermano. Yo vine a ver las carreras y tú por lo que veo viniste a corre - lo acusé al ver la moto que Vincent (mi padre) le regaló para su decimo-octavo cumpleaños.
-Quiero que vuelvas a casa ya - ordenó.
-Scott, no me voy a ir. No vine sola, Amber esta por ahí y no la voy a dejar aquí. Además tenemos el mismo derecho de estar aquí como tú.
Mi hermano suspiró para luego frotarse la cara y llevarse con la mano derecha los mechones de cabello castaño hacia atrás.
-Ok, pero si viene la policía corran y no paren hasta que estén bien seguras en casa ¿Entiendes? No dejen que las cojan porque sino mamá nos matará a los tres - me advirtió.
-De acuerdo, eso haremos. Oye y ¿Dónde esta Peter?
-Tuvo una cita - se burló.
Iba a decir algo cuando una moto se colocó al lado de Scott, sobre ella había un chico completamente vestido de negro. El casco que llevaba solo dejaba ver sus ojos celestes, los cuales tenían una mirada tan fría que sentí un escalofrío subir por mi espalda.
Me lo quedé mirando intentando descifrar quien podría estar debajo de ese casco.
-La carrera va empezar, deséame suerte hermanita.
Volví la mirada a mi hermano
-Solo no te mates, no se que haría sin ti - le di un leve golpe en su hombro.
Le dediqué una última mirada al chico de los ojos celestes y me di la vuelta en busca de mi hermana, la cual me encontró antes que yo a ella.
Buscamos un buen sitio y nos pusimos a ver la carrera. Todas las motos corría a una velocidad bastante aterradora perdiéndose de la vista de los espectadores durante unos minutos para luego volver a aparecer de nuevo.
La verdad me parecía muy entretenido esto de las carreras.
Llevaban seis vueltas cuando se escuchó "¡Policías!" Entonces todo se volvió un caos. La gente corría de un lado a otro gritando y empujando. Me giré en busca de Amber pero ella ya no estaba. Asustada empecé a dar vueltas intentando encontrarla entre la multitud, pero lo único que encontré fueron las luces azules y rojas de los policías. Sin pensarlo dos veces empecé a corre en sentido contrario.
Mientras corría vi a lo lejos la moto de Scott y a él intentando deshacerse de un policía.
Corrí en su dirección y salté a la espalda del "Stupa"
-¡SUELTALO!- grité envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.
No duré mucho en su espalda ya que se sacudió como un perro y me lanzó al suelo. El hombre se dio la vuelta y caminó hacia mi mirándome con asco.
"Mierda"
Pensé al verlo con la porra en la mano.
Scott se puso en pie ágilmente y le lanzó un puño al hombre.
-¡Corre!
Por primera vez le hice caso sin alegar. Corrí sin mirar atrás, sentía como las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos.
Había dejado a mi hermano con ese tipo ¿Y si le hacían daño?
Es que lo sabía, lo sabía. No tenía que haber venido a este lugar.
Por más que corría no conseguía salir de ese maldito sitio, al final paré en busca de aire para mis pobres pulmones que ardían junto a mis piernas. Me sentía como si fuera corrido una maratón. Sí, era buena corriendo, pero escapar de la policía no era mi pan de cada día.
Sentí como alguien tiraba con fuerza de mi brazo y mis alarmas se volvieron a encender.
Al darme la vuelta me encontré con la cara de un hombre que me sacaba como dos cabezas.
-¡Mierda! - exclamé. Empecé a tirar de mi brazo intentando deshacerme del agarre, pero no lo conseguí - suéltame- gruñí.
No había corrido tanto para que ahora me llevaran a comisaría como si nada. Nunca había pegado a nadie (a parte de mis hermanos) y ahora me encontraba golpeándole la cara a un agente de la ley. Estaba cavando mi propia tumba. Logré soltarme e intenté salir corriendo pero el fue más rápido y envolvió sus sucias manos en mi cabello tirando de el y atrayéndome a su cuerpo de nuevo.
-Malditos adolecentes de mierda, siempre metiéndose en problemas - maldijo arrastrándome a su coche.
-¡Déjame ir, yo no hice nada! - gruñí clavando mis uñas en su cara.
Sin darme cuenta sacó la porra y me golpeó con ella el brazo izquierdo y en la pierna de le mismo lado dejándome de rodillas frente a él.
Solté un grito de dolor y llevé mi mano a la zona afectada de mi brazo.
Me soltó el cabello (lo agradecí) y me empujó haciendo que me comiera el suelo.
-Vas a aprender a respetar a la autoridad - dijo alzando de nuevo la porra.
Me encogí en mi lugar esperando el golpe que nunca llegó.
Alcé la vista asustada y vi como un chico vestido de negro y con el casco puesto peleaba con el policía. Cuando se aseguró de que ese hombre estaba inconsciente se acercó a mi y me tendió la mano. Una mano con el tatuaje de una calavera en ella.
-Joder - suspiró molesto para luego alzarme y llevarme hasta su moto y sentarme en ella - te llevaré a tú casa .
No reconocia esa voz pero era una profunda, de esas que te dejaban claro lo que quería decir, de las que transmitían miedo y respeto.
Me moría por ver su rostro.
Él también se subio y arrancó sacándome por fin de ese maldito lugar. Me abrazé a su cintura sintiendo su abdominales y pegué mi cara a su fuerte espalda.
Esta ves si deje salir las lágrimas, todo había sido demasiado. No sabía donde estaban mis hermanos ni si estaban bien, pegué a un policía y el casi me mata a golpes y ahora estaba abrazada a un desconocido.
-¿Dónde vives? - exclamó para que lo escuchara sobre el ruido de las calles.
Después de darle mi dirección recorrimos las calles de California, pudiendo salir por fin de ese puerto.
Diez minutos después estábamos enfrente de mi casa.
-Gracias - susurré y bajé de la moto sintiendo el ardor en mi pierna.
-¿Estas bien? - preguntó alzando el visor polarizado de su casco mostrándome sus hermosos ojos celestes.
Era el chico que estaba junto a mi hermano en la meta.
-S-si... es solo un golpe - hablé embobada.
-Ya veo - contestó bajando de nuevo el visor y dejándome sin la oportunidad de ver esos ojos - adiós - y sin más se fue.
-Ni si quiera pude darte las gracias -susurré con lastima.
-¡Allison! - mi hermano corrió a abrazarme.
-Scott...dios, estas bien - lo abracé más fuerte.
De verdad que no sé que haría sin mis hermanos.
-Joder, pequeña. Estaba tan asustado... pensé que te había pasado algo. No me lo fuera perdonado.
-Tenía miedo - confesé.
Aquí está el primer cap!!! Espero que les guste.😚
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