Caminaba como un zombie hipnotizado por el aroma que dejaba Ayleen a su paso mientras me guiaba a su residencia. Miraba su cabello moverse caminando en frente de mi y recordé cuando tenia el cabello corto, me parecía lindo pero así su rostro se lucia mejor y todos en la calle parecen notarlo. Mire alrededor y me di cuenta que el paisaje es bastante distinto a la ultima vez que pase por aquí, habían casas mas grandes y mas áreas verdes para que los niños se recrearan.
—Ya estamos por llegar— sonó la voz de Ayleen algo mas animada de lo normal.
Comencé a desacelerar el paso al ver que su casa estaba a unos metros, pero ella no se detuvo allí y siguió caminando ignorándola. La seguí en tanto miraba la casa algo extrañado, ya que estaba seguro de que fue en esa casa donde pase varios meses de mi vida adentro, pero no tenia ganas de preguntarle algo a Ayleen.
—Hemos llegado— se giro mirándome con una sonrisa
La casa en la que se detuvo era mas grande de la que tenia anteriormente, y era de un brillante color blanco. Ayleen me quedo mirando casi pidiendo con los ojos que le preguntara porque estábamos en una casa que no era a la que anteriormente iba, pero mi boca no se abrió para decir nada y solo asentí nuevamente evitando su mirada.
—¿Me insultaste en mi cara y ahora no tienes nada que decir? — rió en tanto se acerco para quedar frente mio.
De nuevo su aroma me llego como un golpe en el rostro y me estremecí de solo sentirlo. Di un paso atrás antes de hacer alguna una estupidez mas grande que haber seguido a Ayleen hasta acá y respire hondo tratando de tranquilizarme.
—¿Por que me tienes tanto miedo?
—No te tengo miedo — respondí serio
—Realmente no lo parece — saco sus llaves y abrió la puerta principal invitándome a pasar.
A pesar de que la casa era distinta y mas grande, el ambiente de esta no parecía cambiar a su antigua residencia. La sala de estar estaba en la misma posición , aunque habían muebles nuevos , y habían varias fotos nuevas de Ayleen y su familia repartidas por el lugar.
—No varia de la vieja casa que conocías — rió en tanto cerraba la puerta.
El ruido de la cerradura fue casi como un clic en mi cabeza diciéndome que ya no había vuelta atrás. Había entrado a su casa, la seguí pero eso no es tan terrible como entrar a su casa con la puerta cerrada y que posible no hubiera nadie dentro.
—¿Quieres algo para beber? — dejo su bolso en uno de los sillones y camino hacia la cocina sin esperar una respuesta.
—No — respondí casi en un susurro.
Estaba arrepentido de llegar aquí, de haberle mentido a Alma en su cara para obtener algo a cambio pero se que siento algo mas por ella que solo un atractivo sexual. Sin embargo si siento cosas por ella porque demonios estoy aquí junto Ayleen, que hago en esta situación a pesar de que hace una hora se peleo con Victoria en mi cara y lo único que hice fue parecer defenderla.
Ella apareció nuevamente en la sala de estar y agarro mi mano delicadamente sin esperar una respuesta de mi parte. Comenzó a caminar y a guiarme hacia las escaleras que estaban en el fondo de un pasillo, casi como si estuviera caminando hacia mi ruina y ella fuera la guia en eso. Subí sin ninguna oposición y cuando abrió la puerta de su habitación fue como vivir un dejavu.
—Estas bastante tímido ¿Que demonios te pasa?
—Yo no debería estar aquí — respondí serio soltando su mano.
—Yo no te obligue a venir —se sentó en su cama y comenzó a sacarse los zapatos.
— Lo se pero...
—¿Por que no te acercas? — me miro mordiéndose disimuladamente el labio inferior.
Mire su boca y fue como si algo hubiera cargado todo mi cuerpo de una extraña adrenalina. Pese a que mi boca estaba diciendo de que no debería estar aquí, mi cuerpo tenia la extraña necesidad de llegar y tirarme encima de Ayleen sin que nada importara y lo sentí desde que la vi entrar al salón. Junto con el factor de que la abstinencia que he tenido este ultimo tiempo por pensar solo en Alma ha producido que cosas tan mínimas como esa me alteren de sobremanera.
—Vamos , ven — me estiro su mano invitándome a sentarme con ella.
Camine unos inseguros pasos hasta sentarme en su cama algo incomodado por la cercanía de Ayleen.
—Por favor di algo— puso su mano en mi muslo incitándome a hablar pero en vez de hacerme mas confiado, mi cuerpo se excito de sobremanera.
—No se que demonios debería decirte ahora.
—Algo lindo — sonrió tratando de buscar mi mirada nuevamente —algo como que me extrañaste.
—Algo así nunca saldrá de mi boca — la mire a los ojos siendo sincero por primera vez en el día.
—Entonces algo que tu tú del pasado diría en este momento — su mano subió unos centímetros mas hacia arriba y la extraña necesidad de acercarme a ella se hacían mas desesperadas.
—Ya no soy ese yo — dije algo mas inseguro.
—¿Entonces que haces aquí? — sonrió acercando su cuerpo a mi.
Mi respiración se hizo cada vez mas corta tratando de calmar la extraña excitación que tenia. Evitaba mirarla a los ojos pero ella insistía en mirarme sabiendo que si lo hacia podría conseguir todo lo que quisiera.
Soy débil cuando se trata de ella, pero no se porque demonios soy tan débil. Sin embargo, todo lo que provoca en mi no es lo mismo que me pasa cuando estoy con Alma, es como si fuera la misma intensidad pero los sentimientos fueran totalmente distintos.
—Yo...— trague saliva incomodo viendo se me acababan las excusas y como mi cuerpo ya no se alejaba del contacto de Ayleen.
El pecho de Ayleen se apoyo en mi brazo derecho y su mano seguía subiendo por mi muslo sin intención de detenerse para llegar a su destino, al igual que mis ganas de hacer lo que estaba sugiriendo desde que entramos a su habitación.
Parecía que el contacto de Ayleen hacia que mi mente se pusiera en blanco. Ya nada me importaba aparte de dejarme llevar por lo que mi cuerpo estaba pidiendo y poder disfrutar de ese trago amargo una vez mas.
La mire a los ojos y tome sus manos haciendo que se recostara sobre la cama. Me puse encima de ella tratando de tomar el control de la situación para dejar de pensar que ella me arrastro hasta aquí solamente para utilizarme otra vez. Me sonrió de manera coqueta y su respiración comenzó a entrecortarse al igual que la mía. con una de mis piernas separe las suyas hasta quedar en una posición cómoda y aunque su falda se subió mas de lo que estaba permitido poco pareció importarle.
La mire a los ojos en silencio unos segundos y sin pensarlo mas me acerque a ella hasta que nuestros labios se encontraron.Aunque al principio fue algo extraño, solo pasaron unos segundos para que comenzara a besarle desesperadamente, tratando de que los pensamientos que estaban a llegando a mi mente desaparecieran de una vez.
El contacto con su piel fue como volver a una zona en la cual me sentía seguro y tranquilo. Algo como si volviera a una zona de confort que ya había dejado hace mucho tiempo y añoraba con tocar otra vez. Sin embargo la sensación de calma que prometía poco se expresaba en mi cuerpo ya que mis manos intentaban desesperadamente desabotonar su camisa , casi como si corriera contra el tiempo.
Ella me besaba con la misma intensidad casi bestial que recordaba, y tratando de incorporarse a las intenciones, trataba de desatar mi cinturón con poco éxito. Me separe un momento del beso para quitarle el ya suelto brasier que acababa de soltar , y al lanzarlo a través de la habitación pude admirar su cuerpo luego de mucho tiempo. Ayleen me sonrió sin esconder nada con sus manos haciendo que mi excitación creciera mucho mas, y volviera a besarle mordiendo firmemente su labio inferior.
Levante mi cuerpo nuevamente separándome del beso para poder desatar mi cinturón pero al momento que mis manos llegaron a este, mi celular sonó indicándome que había llegado un mensaje. Mire mi bolso a lo lejos y sentí como la mano de Ayleen tocaba mi rostro y se acercaba a mi nuevamente besándome de una forma mas delicada, como si me estuviera envolviendo para que volviera a lo que estábamos haciendo.
Cuando se recostó de nuevo invitándome con su cuerpo a estar encima de ella, mis manos se acercaron a mi cinturón nuevamente pero mi celular sonó otra vez. Me levante algo molesto, arreglándome un poco la camisa y me agache a buscar el celular entre mis cosas. Cuando lo saque y vi mensajes de Alma explicándome la razón de su ausencia en el instituto sentí como el mundo se me vino encima.
Mi mente paso por muchos estados antes de caer en lo que realmente estaba haciendo, todo se volvía mas claro poco a poco y mi cuerpo ya no parecía estar mandando a mi cabeza. Gire mi rostro y pude ver como Ayleen estaba esperándome sentada semi desnuda en la cama y al ver mi cuerpo pude ver que yo no me había quedado atrás en eso. No sabia si reír, llorar o salir corriendo al ver lo estúpido que fui al seguirla hacia acá y ver en lo que estaba metido. Miles de imágenes de todo lo que había construido en todo este tiempo se desmoronaban ante mi vista solo por haberme dejado llevar solo un segundo.
Definitivamente no puedo caer mas bajo.
— Necesito salir de aquí — metí mi celular a mi bolso y comencé a abrochar mi camisa
—¡Hey! — Ayleen se levanto y se acerco a mi — ¿Que pasa?
—No te acerques a mi —me aleje de ella como si su contacto quemara nuevamente.
— Sam...
—¡Ábreme la maldita puerta! — dije en un tono mas alto haciendo que Ayleen pegara un pequeño salto en tanto se cerraba la camisa avergonzada.
Ayleen abrió la puerta de su habitación y comenzó a bajar las escaleras, yo la seguí sin decir nada casi temblando debido a la baja de adrenalina. En tanto abrió un poco la puerta principal, salí rápidamente sin decir nada.
Quería salir corriendo desde allí hasta mi casa, pero sabia que mis pulmones no aguantarían todo ese viaje, pero estaba completamente desesperado. Mi mente no puede borrar la imagen de Ayleen semi desnuda y mi estomago se revuelve cada vez que aparece en mi pensamiento.
¿Que demonios voy a decir de esto?¿Como demonios veré la cara de Alma luego de esto?
Mi corazón latía inyectado en adrenalina en tanto mi paso se apresuraba a salir de ese lugar. El paso apresurado se comenzó a convertir en una forma desesperada de correr de allí. La gente se quedaba mirando cuando pasaba alrededor de ellos, pero ya no parecía darme vergüenza.
A las pocas cuadras mi paso se puso mas lento junto una agitada respiración, pero ya estaba mas lejos de esa infernal casa. Mi mente nuevamente puso la imagen de Ayleen desnuda y sentí un extraño sentimiento que termino dándome mas nauseas que el de mi apresurado escape. Puse mis manos en mis rodillas tratando de tomar el aire que me faltaba para poder tranquilizarme al fin, pero el sonido de mi celular anuncio que eso no seria posible.
Saque mi celular con algo de angustia ya que no le había respondido los mensajes a Alma. Sin embargo, al ver otro mensaje de ella invitándome a su casa me hacia ver que no estaba para nada enfadada por eso. Ni siquiera tuve tiempo de pensar una excusa cuando una llamada con la leyenda Molestia#Única apareció en la pantalla. Tome una gran bocanada de aire y conteste tratando de parecer que no corrí casi 4 cuadras de un error.
—¿Aló? — soné mas serio de lo normal
—¡Hola!— Sonó la voz alegre de Alma a través del teléfono, y mis nauseas volvieron a aparecer.
—¿Que...— trate de mantener la compostura — ¿Que paso?
—¿Leíste mis mensajes?
— Recién los acabo de leer...
—¿Te moleste en medio de algo? — su voz sonaba un poco afónica — Si no puedes...
—¡Claro que no! — respondí rápidamente —Solo estaba...
Me quede callado un momento y puse mi mano encima de mi cara pensando en alguna estúpida excusa que me sacara de este problema.
—¿Estas ahí?
—Si— suspire algo enfadado — Yo... iré a tu casa ahora.
—No tienes que venir si no quieres— sonó algo menos alegre que antes.
—Si quiero. Realmente quiero conocer tu casa
—Te llevaras una gran decepción — rió al fin.
—Estoy seguro de que no es así — reí junto a ella — solo dime donde es y aparece en 15 minutos.
— Te lo mandare por mensaje— tuvo una pequeña pausa de silencio — Por favor no te rías cuando llegues.
—¿Por que me reiría?
—Esto es diferente a lo que estas acostumbrado así que...
—Solo mándame la dirección — reí — estaré allí lo mas rápido que pueda.
— Entonces nos vemos — rió junto a mi.
—Nos vemos...
Tan rápido como colgó la llamada la sonrisa de mi rostro desapareció. Quería arrancarme el cabello de la frustración al haber sido tan estúpido y débil ante esa arpía y seguirla hasta allá. Sabia que me arrepentiría de mi decisión, sabia que me arrepentiría de todo lo que haría allá y aun así la seguí.
¿Por que demonios soy tan imbécil?
Patee un basurero con fuerza y trate de ahogar un grito desesperado. Todo estaba arruinado de una vez por todas. No se porque Alma decidió darme una maldita oportunidad cuando todo a mi alrededor estaba desbordándose.
¿Por que no me dio una oportunidad antes de que llegara Ayleen? ¿Por que prefirió darle la oportunidad al otro imbécil?
¿Acaso eso hubiera cambiado algo? No se si haber estado con Alma hubiera cambiado el hecho de mi extraña atracción por Ayleen después de todo. Posiblemente todo hubiera terminado de la misma forma.
Mi celular sonó y eso significaba que Alma me había mandado la dirección de su casa.Me maldije mil veces antes de abrir el mensaje y comenzar a caminar hacia el domicilio. Pensé en el camino muchas excusas para decirle que me ocurrió un problema y no podría ir, pero luego pensaba en que ella estaba enferma y quizás tenía ganas de verme.
Yo igual tengo ganas de verla, de besarla y de que borre todas las malditas huellas que dejo Ayleen. Pero ¿Con que cara la voy a mirar ahora?
Camine mas de lo que pensé para llegar a las calles que Alma había indicado. Realmente como decía Alma, todo aquí era distinto a lo que estaba acostumbrado. Las casas eran mucho mas pequeñas de lo que pensaba, y estaba pensando que cuando Alma dijo que su casa era del tamaño de mi habitación, era verdad. No podría decir que era un sitio pobre, pero tampoco puedo decir que era un sitio acomodado.
¿Como demonios paga la academia?
Revise la dirección por enésima vez, y al notar que la numeración de la casa de Alma estaba cerca mi paso se volvió más pesado y casi atemorizado. Un extraño sentimiento se apodero de mi, algo tan profundo que me daba nauseas de solo preguntarme que era, ya que no lo había sentido ni cuando los novios de las chicas que estaba besando nos encontraban.
Mire nuevamente mi celular para corroborar si iba en una buena dirección, pero un grito lejano que decía mi nombre me hizo comprobar que estaba cerca. Mire hacia ese lugar y Alma me estaba esperando afuera de su casa saludándome con las dos manos alegremente.
Sonreí involuntariamente al ver que aun estaba vestida con una simple ropa deportiva, y aunque las náuseas atacaron otra vez las ignore y camine rápidamente de donde me estaba llamando.
Si no digo nada, no debería pasar nada malo ¿Verdad?
Alma comenzó a correr a mi dirección rápidamente y saltó para que la tomara en mis brazos. Cuando la atrape en un abrazo entre risas ella tomó mi rostro entre sus manos y me beso delicadamente sin pensarlo dos veces. Sentí como el tacto de su boca hacia que mi cuerpo se estremeciera, pero no de la misma forma que lo hacia Ayleen. Esto era mucho mas que solo desearla carnalmente.
Se alejo de mi rostro entre risas haciendo que su cabello cayera de forma desordenada entre nosotros. Pasaron un par de personas mirándonos y Alma me pidió que la bajara para no pasar vergüenza, pero no la escuche y la lleve en mis brazos hasta llegar a su puerta.
—Se supone que estabas enferma — solté su cuerpo delicadamente hasta que tocó el suelo y se paró frente a mi.
—Lo estoy— sonrió— pero verte por alguna extraña razón me alegra mas de lo debido.
Sonreí en tanto mi corazón se sentía singularmente emocionado. La frase que dijo Alma no la había escuchado en mucho tiempo , y siento que proveniente de ella es mucho más sincero que todas las veces que me lo dijo una chica de la cual ni siquiera recordaba su nombre.
Tome la poca valentía que me quedaba del día para acercarme a ella y darle un abrazo , el abrazo más sincero que podría darle a alguien pidiendo unas silenciosas disculpas por lo estúpido que he sido.
—Hueles a perfume de mujer — sonó la voz de Alma entre los pliegues de mi camisa.
Mi cuerpo se tenso completamente y mi cerebro pudo crear una respuesta rápida , como lo hacía en los viejos tiempos.
—Estuve jugando con Amanda antes de venir hacia acá— la solté del abrazo — debe haber sido ella.
— Realmente amas a tu hermana — rió en tanto me abrazaba de nuevo.
—Si...— acaricie su cabeza en tanto las nauseas seguían aumentando silenciosamente.
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Espero que les guste :)
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