Capítulo IV
-¿Aira? ¿Ya has llegado? -preguntó Alen, serio.
-No, esto que crees ver es solo un sueño.
-Tan graciosa como siempre- dijo con el mismo tono irónico que yo.
-¿Qué quieres? ¿Vienes a contar la verdad ahora que puedes o prefieres volver a callarte, cobarde?
-Mira, Aira, no busco pelea, así que no me toques los cojones.
-¿Pero de qué coño vas, subnormal?
¡¡Agh, me pones de los nervios!!
-El sentimiento es mutuo. -Alen esbozó una sonrisa.
-No sé como me pudiste gustar alguna vez, en serio...¿que hacía con mi vida?-le contesté con cara de asco.
-Yo si lo sé.-dijo guiñándome el ojo.
-En fin...me voy...ha sido..eh...mmm..agradable hablar contigo. Ya nos vemos. O no.
A la que él me iba a responder, yo ya me había ido, ni siquiera sé como tuve el valor de hablarle después de lo que me hizo...
Cuando llegué a casa, mis padres estaban histéricos, no paraban de preguntarme a donde había ido y porque no había avisado, simplemente decidí no contestar ya que sabía que iba a acabar discutiendo y la verdad no me apetecía; ya había tenido suficiente con el idiota de Alen.
Subí a mi habitación y me pusé el pijama, quería irme a dormir y que el dia de hoy acabara.
Echaba de menos a mi amiga y sus dramas con los chicos y que me contara lo que había pasado en el nuevo capítulo de sus series latinoamericanas; recordar eso me hizo reir, allí era como mi hermana, y aquí a pesar de ser mi hogar; estaba sola.
Me metí en la cama y me dormi.
De repente sentí un ruido, como piedras, miré el reloj, eran las cuatro y media de la mañana; me asomé a ver quien era. Cuando fui a sacar la cabeza, esta persona sin querer me dio con la piedar en la cara, menos mal que era pequeña aunque me hizo un poco de sangre en la barbilla.
-¿¡Qué cojones!?- dije enfadada- Eehh, ¿quién coño eres?
-Perdón no quería darte, ¿estás bien?-me sonaba su voz pero no podía identificarla.
-Pues hombre, como quieres que este si me has despestardo a las cuatro y media de la mañana y además me has lanzado una puta piedra en la cara.
-Perdón.
-Bueno, ¿quién eres y qué quieres?
-Joder, que borde- no se le veia bien la cara pero me sonaba muchisimo su voz.
-Da gracias que soy borde y a que no he llamado a mi padre, no sé si eres consciente de quien es.
-¿No te acuerdas de mí, verdad?
-No es que no me acuerde, más bien es que no te veo la cara.
-Jajajajajaja.
-¿De qué te ries? Eres un poco bipolar ¿lo sabias?
-Eso me decias siempre, de hecho me llamabas Mr. Bipolar y yo mi lady Borde.
-¿¡¿¡Angelyn!?!?!
-Me llamo- dijo riendo.
-¿Que haces ahí parado? Sube-dije riendo.
-Y como esperas que lo haga, ¿volando?
-Que gracioso eres.
-Va, ya voy. -dijo desplegando sus alas- son nuevas.
-Me gustan más que las otras, la verdad.
Angelyn era como mi mejor amigo, siempre estabamos juntos. Nuestros padres eran muy amigos, él era como un hermano.
Cuando por fin entró por la ventana, nos pusimos a hablar de todo, hasta de Alen.
Él me creia y me sigue creyendo, por esa razón, odia tanto a Alen, porque nunca me defendió a pesar de que él sabía la verdad más que nadie.
-Menudo gilipollas es Alen, en serio, me cae muy mal- dijo con cara de asco.
-Jajajaj, lo mismo digo, aunque está bastante bueno, la verdad.
-La verdad es que si....podriamos hacerle un trampa para que nos ayudara a encontrar al culpable, así ya no serías un bicho raro.
-¿Me dices tu lo de bicho raro? ¿Has visto que pintas llevas?- dije riendo.
-Hablo enserio, ¿y si le engañamos para que diga la verdad?
-¿Qué propones?
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