Mar Lockley

Liz me pidió de favor que la acompañara a este partido del City contra el Fulham pues el español quería que mi hermana estuviera presente y ella no pensaba ir sola a un estadio que no conocía, por lo que ambas estamos en el Etihad un par de horas antes de que inicie el partido.

Rodri nos ve llegar a las instalaciones -Lizzy, mi amor- va en camino a besar a mi hermana en sus labios -hey, Mar- me saluda una vez que terminan.

-Rodrigo- le respondo seria.

El español me regala una sonrisa -sigues sin confiar en mi?

-Exacto.

-Ok, está bien- da una pausa -cuñada, fui un inmaduro e imbécil al creer que Lizbeth había terminado la relación oficialmente ni mis acciones tienen justificación alguna. Asumo completamente la culpa- revela.

Mi hermana recarga su mano en el pecho de su amado -awww Rodri- expresa conmovida.

-Te quiero, Lizzy. No pienso dejarte ir de nuevo- confiesa besándola con más intensidad.

-A ver, Rodrigo. Antes de que se coman, me puedes decir dónde está Rúben?- pido siendo el mal tercio.

Los enamorados sueltan una risita -hola, Mar- me susurra por detrás mío el portugués.

Lo encaro -Dias.

Dejo que me tome de la mano para alejarnos de mi hermana y el español. Me lleva a un lugar más privado -vaya linda sorpresa el venir a verme- se adelante.

Le sigo el juego -lo lamento, Rúben. Pero estoy aquí por mi hermana. Ni cuenta que jugarías.

-Oh si?- su rostro se acerca al mío.

No éramos nada oficial, nos hemos besado y salido un par de veces. Sin embargo, no me sentía lista para ser su novia. Lo quería pero al mismo tiempo no lo quería. Es complicado de explicar -más te vale impresionarme allá en la cancha- condiciono.

-Ahora tengo una mejor motivación- dejo que me bese por un largo tiempo hasta que alguien nos interrumpe.

-Dias!! Pep te busca- dirigí mi vista a un chico alrededor de mi edad y estatura.

Rúben también lo mira -allá voy!

Su compañero se me queda viendo -te conozco?- me pregunta.

-Huh no creo. Jamás te he visto- respondo respetuosa.

Se acerca más para tener un mejor ángulo -ay!! Si! Solías salir con mi compañero! Soy Julián Álvarez- estrecha su mano -al fin un placer conocerte, Mar!!

El portugués lo mira extrañado -de dónde la conoces, Julián?

-Licha me contó mucho de ti cuando nos reuníamos en la concentración. Es amigo cercano mío- revela el argentino -parece que hasta le hiciste un hechizo para que estuviera obsesionado contigo- se burla el castaño.

Trago saliva al enterarme de ello, desconocía el hecho de que tanto así impacté en la vida de Martínez -un gusto, Julián.

En estos instantes me sentí incómoda y Rúben lo notó -en un momento voy, Álvarez. Te importa dejarnos?- pide amable.

-Oh si! Una disculpa por interrumpirlo- decía Julián -luego nos vemos, Mar!

De nuevo nos quedamos solos -lo siento, Mar. No me esperaba que Julián te reconociera...- menciona Rúben distraído.

-Te tienes que ir- desvío la conversación incómoda por lo de hace rato.

-Guardiola puede esperar- insiste el defensa central.

-No te quiero causar problemas. Iré a buscar a Lizbeth de todas maneras- ya me iba pero su mano me detiene.

-Quiero darte esto- se quita su jersey para entregármela -me vienes a apoyar, cierto?

Solo le respondo con un gracias para después irme a buscar a Liz. Los veo aún muy juntitos cuando mi hermana mayor desvía la mirada hacia donde estoy. Se disculpa con su novio caminando directo a mi -llamaban a Rodri para prepararse- me dice mientras nos dirigimos a nuestros asientos en el estadio -no deberían salir de la concentración porque después los sancionan creo con una multa- revela Lizzy.

Con ello me doy cuenta que Rúben estaba dispuesto a ser castigado por el tan solo hecho de venir a verme horas antes del partido -lo sé, tiene sentido- expreso mientas observo la jersey del portugués.

-Lo vas a usar?- desea saber Lizbeth.

Sonrío -lo haré- una vez que me lo puse, sentí que no estaba correcto. Fuera de que trabajo para el club rival, estaba deseando que esta camiseta fuera de alguien diferente, de un color diferente, del dorsal diferente.

Decidí olvidarme de mis sentimientos y enfocarme en el partido. Esperamos hasta que dé inicio, nuestros conocidos eran titulares y buscaban la victoria. Nadie lograba sacarse ventaja hasta que meten al famoso Julián Álvarez quien hace el gol de la victoria.

El tan solo hecho de verlo complicaba más el tener que olvidar a cierto argentino. De tan solo pensar que no estaba apoyándole estos momentos me hacía sentir culpable. Pero solo vengo por Liz, no por Rúben. Espero que lo entienda si es que ve mis posts que subí.

Esperamos en nuestro lugar cuando vemos a los futbolistas caminar hacia nosotras. El ver a Rúben sin camisa y lleno de sudor hacía que mis hormonas poco a poco perdieran el control. El portugués se veía tan sensual -damas- saluda el español.

Lizzy ríe -deja las formalidades- pide bromeando.

Rodri se acerca -pero usted es milady que merece que la traten con caballerosidad- la ayuda a saltar al terreno de juego.

-Qué empalagoso saliste, Rodrigo- ruedo los ojos.

-Yo también te quiero, cuñada- me dice.

Me atrevo a obsérvalos añorando tener una relación como la de ellos, sana y con los problemas ya resueltos. Entiendo que me contradigo a mi yo del pasado en Dortmund que solo buscaba pasarla bien con cualquier chico que deseaba lo mismo. Extrañaba aquella vida, pero al mismo tiempo no quería regresar a ella.

-Estas ocupada esta noche?- Rúben me saca de mi burbuja.

Lo observo sintiendo que él podría ser la solución a mis tantos problemas -nope, por qué? Tienes algo planeado?- pregunto pícara.

El portugués me sonríe.