La culpa lo estaba comiendo ya, era como un gusano metido bajo su piel que no dejaba de moverse por debajo de ella, siempre que Atsushi lo visitaba las ganas de decirle que él era el autor del asesinato de Ranpo crecían más y más, sin embargo aún había algo que no cuadraba.

¿Por qué él asesino a Ranpo? ¿Que había ocurrido? ¿Por qué su memoria evocaba únicamente lagunas borrosas?

—Poe-san, han pasado ya dos meses desde que Ranpo-san desapareció... Algunos en la agencia están perdiendo la esperanza, pero yo juro qué...

—Lo maté...

—¿Disculpe?...

—Yo, fui yo quien mato a Ranpo.

—¿Que acaba de decir?

—¡Fui yo! Yo... No se por que lo hice pero asesine a Ranpo, yo... Él... Él está bajo nuestra cama...

Le temblaba la voz, el sudor frío recorría por su rostro y su espalda, volviendo su cuerpo pesado e imposibilitandolo de moverse, Atsushi no se movió de su lugar, impactado por la confesión permaneció quieto analizando las palabras del escritor.

—Poe-san... ¿Esta seguro de lo que dice? Por qué es algo muy grave y... Tendré que llevarlo arrestado...

—Te llevaré a verlo.

El gato había estado demasiado callado, no parecía divertirse con la situación, ¿No era eso lo que deseaba? ¿No quería verlo agonizando sobre su culpa? Acaso ese gato... ¿No quería terminar de arruinar su vida?

El escritor llevo al detective a su habitación, Atsushi en contra de su protocolo decidió asegurarse primero de que realmente Ranpo estaba enterrado en ese lugar.

Movió la cama, el suelo tenía los tablones flojos.

Al retirarlos tuvo una mejor vista de la placa de concreto blanca, la cuál tuvo que retirar en conjunto con el escritor.

Encontraron las sábanas manchadas de sangre. Envueltas de tal forma que podía haber un cuerpo escondido entre ellas.

Poe, aún nervioso, sin dejar de llorar, miraba todo en esa habitación donde había pasado sus mejores momentos junto a su prometido.

Pudo verlo por el reflejo del espejo, sentado sobre la cama con una sonrisa tranquila, observando al platinado desenvolver las sábanas.

—Poe-san...

Sabía lo que se aproximaba. Sabía que sería arrestado por el asesinato de Ranpo.

—Poe-san, aquí no hay nada..