Capítulo 14: La cita
Narra Mariana Lopez Larwen.
—Espero que el plan esté funcionando— digo mirando la tarjeta de Florián.
—En realidad... No—contesta él. Lo fulmino con la mirada.
—¿Y qué vas a hacer? ¡Quiero a esa chica lejos de Blair!—grito.— Deberías haber acabado con ella hace mucho tiempo— digo— Vete, no me sirves— añado . Florián asiente y se va sin rechistar. Una última oportunidad, para que esa chica se aleje de él.
Narra Rebeca Philm.
Abro los ojos. Tengo mucho sueño y me duele la tripa. Odio que me venga la regla. No tengo ganas de ir al instituto. Lo bueno es que las vacaciones de navidad empiezan en menos de una semana y no sé si voy a poder aguantar tanto. Salgo de la cama y comienzo a vestirme.
Cuando llego al instituto allí están Vanesa y María esperándome.
—Menos mal que estás bien— dice María y corre a abrazarme. Olvidé que no les dije a mis amigas que había salido del hospital.
—Te creía muerta— dice Vanesa abrazándome también. María y yo fruncimos el ceño— ¿Qué? Sabéis que soy muy exagerada— añade ella y se cruza de brazos. Nos reímos
—¿Te lo hizo Emily, verdad?— pregunta ella refiriéndose a los golpes de ayer que por cierto, hoy también me he tapado. Asiento.
—La querían expulsar— dice María.
—¿No lo han hecho?— pregunto sorprendida.
—Al parecer la madre de Blair y la madre de Emily le han dicho algo al director para que no lo haga— dice María.
—Sólo han expulsado a sus amigas—dice Vane. Se ve que son los preferidos del director.
Cuando llegamos a clase entra el director con el profesor. ¿Vienen a sacar a Emily de aquí, o no?
—Queridos alumnos— comienza a decir el director intentando hacerse oír por encima del murmullo de los estudiantes.
—¡Silencio!— les reprende el profesor—Gracias— añade sorprendido al ver que le han hecho caso por primera vez en su vida.
—El instituto Smithsoniano de Washington se ha puesto en contacto con "California State University" para darles una beca a todos los alumnos con buenas calificaciones en sus estudios.— todos nos ponemos de pie y aplaudimos. ¡Iremos a Los Ángeles!
—En el instituto sois 3.000 estudiantes aproximadamente. Pero de Bachiller sois 800. Hay solo 30 plazas.— todos soltamos un ooh... Muy largo.—Los exámenes de preparación se realizarán después de que acabe el curso— dice— así tendrán tiempo para prepararse y estar entre unos de los 30 mejores para conseguir una beca, independientemente de la carrera que quieran estudiar, se la pagaran toda. Para más información estoy en mi despacho—añade y comienza a irse pero se detiene.— La siguiente semana tres personas podrán ir a visitar la universidad de Los Angeles, nombrada anteriormente—añade
—¿Será por sorteo?—pregunta un chico de la otra punta de la clase.
—Creo recordar que mañana tienen un examen de todo lo dado hasta ahora ¿Verdad?—pregunta el profesor y todos asentimos. — Bien, el examen de mañana será el decisivo. Las tres mejores notas de todo Bachiller serán las que irán en navidad con el billete y alojamiento pagados. Estudien, mucho y mucha suerte-añade y se va junto con el profesor detrás.
—¿Qué tal lleváis el examen?— nos preguntan Tyler y Matthew.
—Bien— contestan María y Vanesa al unísono.
—No muy bien— digo y Tyler se sorprende.
—Pero si tu siempre has sido una de las mejores estudiantes— me dice él. Sonrío y me voy a sentar a mi sitio. María y yo siempre hemos tenido las mismas posiciones en las calificaciones. Las segundas siempre. No sé quién era la primera. Tengo miedo de que me toque a mí y a ella no. O al revés. Solo quiero irme a casa.
Llego al trabajo con un dolor de tripa horrible y como siempre Larwen está sentado en una de las mesas que yo tengo que atender. ¿No se puede poner en la zona de Angy?
—¿Qué tomará hoy el señor?—pregunto intentando dejar de lado el dolor de tripa.
—Dos croissants un cortado con wisky y una galleta de chocolate— ordena. Lo apunto y me dirijo a la cocina. Cuando el pedido sale por fin se lo llevo. Él me da las gracias y después de acabar y pagar se marcha por la puerta, igual que todos los días.
Hoy hay poco trabajo, así que salgo antes que otros días.
Salgo por la puerta de atrás y me dispongo a caminar hasta mi casa. Me tomo dos pastillas para la anemia. Quiero ir a Los Ángeles pero... María y yo...Está muy difícil que vayamos las dos juntas.
Vanesa no quiere saber nada de esa universidad así que con ella no hay problema. Para hacer la carrera de médica forense tengo que entrar en esa universidad sí o sí. Es la única que tiene tanto nivel de enseñanza en esa carrera.
—Philm ¿Te llevo?— oigo una voz a mis espaldas. Me giro y veo a Blair en su moto nueva negra.
—No, puedo sola—le respondo y le doy la espalda. A medida que doy un paso me duele mas la tripa. Maldita regla
—Eso mismo dijiste en mi casa— dice y me paro en seco debido al dolor. Evito retorcerme allí mismo- Venga, déjame ayudarte- me dice y ruedo los ojos.
—Está bien, pero que conste que tú has insistido.— digo y creo que es la primera vez que me alegro de encontrar a Blair. Me subo a su moto y me coloco el casco.—¿Y donde me agarro?— pregunto buscando a que agarrarme.
—Te agarras a mí
—No lo pienso hacer—digo y creo que he sonado como una niña pequeña.
—Como quieras— dice él y arranca de golpe lo que hace que casi me caiga hacia atrás. Me agarro rápidamente a su cintura.
—Emm... Rebeca, puedes agarrarme pero no asfixiarme
—Ah, si— contesto y aflojo mi agarre. Noto cómo él sonríe con esa sonrisa de arrogancia que tiene.
—¿Irás a Los Ángeles?—me pregunta.
—Quiero ir, pero no creo que lo consiga. Me voy a poner a estudiar todo lo que pueda para ir a Los Ángeles en las vacaciones de invierno— digo decidida y sonrío.— Y para conseguir la beca. Tengo que conseguirla como sea. Es la única universidad en la que puedo estudiar bien- añado y el gira la cabeza unos segundos para mirarme.
—¿Qué quieres estudiar?— me pregunta él .
—Médica forense
—¡¿Vas a diseccionar muertos?!— grita él.—Vas a estudiar ocho años más.
—Es mi sueño— le digo firme— Y si no escritora ¿Y tu qué quieres estudiar?— pregunto.
—Siendo heredero del grupo comercial mas potente de Washington no tendré tiempo para esas cosas. Cuando cumpla los veinte años recibiré la herencia— me contesta.— Sigo alucinando
—¿Por qué?— pregunto y frunzo el ceño.
—Ayer cuando te besé no me pegaste— dice. ¿Tenía que sacar ese tema?
—Ah, si, ya...—digo y miro al suelo que hay bajo mis zapatos pasando rápidamente. Quiero llegar a casa ya. Después de varios minutos en silencio llego a casa.
—Gracias por todo— le digo y me bajo de la moto.
—De nada, pero sabes que yo hago favores por algo a cambio
¿Ahora le debo algo? No. Bueno, de no ser por él ahora estaría en la calle adolorida...
—Bueno, vale dime, ¿Qué quieres?—pregunto.
—Que me contestes a una pregunta.
—Dime.
—¿Matthew y tu sois novios?— me pregunta mientras pone en marcha la moto.
Narra Blair Larwen.
—¿¡Qué?! ¡No!— contesta ella sorprendida.
—Entonces puedo hacer esto otra vez...—me acerco a ella y uno sus labios con los míos. La beso suavemente temeroso de que me pegue, pero se ha quedado paralizada. La he cogido de imprevisto.
No se mueve, así que es hora de irse sino, moriré. Me separo y me marcho de allí rápidamente.
—¡Blair!—la escucho gritar a lo lejos después de que me he marchado. El efecto retardado de Bequi. Sonrío y río al escuchar a Rebeca maldiciéndome a los cuatro vientos. Me paro en un desvío y le mando un mensaje.
Yo: No me has recordado que si te besaba de imprevisto me pegarías.
Rebeca: Mañana morirás Blair Larwen.
Yo: Estoy deseándolo Rebeca Philm.
Pongo en marcha la moto y sigo conduciendo a mi casa. Mi madre me va a matar si me han hecho una foto con Rebeca, pero bueno, da igual. Tengo que conseguir ir a Los Ángeles cómo sea. Llego a mi casa y aparco la moto fuera.
Lucas y Matteo salen de ella.
—Por fin llegas— dice Lucas.
—¿Qué ha pasado?— pregunto al ver sus caras de preocupación. Mi madre sale de casa hecha una fiera.
—¿¡Que te dije yo de acercarte a esa chica?!— grita como una histérica.
Miro a Matteo en busca de ayuda pero él aparta la vista. Se ve que mi madre ya los intimidó. Bruja
—No me he acercado a ella—le digo intentando sonar seguro.
—Y aparte miente...— susurra ella.— me mandaron las fotos— saca su móvil y me enseña una foto en la que salgo yo hablando con Rebeca en la calle—¿Tengo que recordarte que es lo que le puedo hacer a esa chica?
—Mamá, no— digo
—Déjala en paz—habla ella seca—Mañana por la mañana me voy a California, espero que no hagas ninguna locura
Narra Rebeca Philm.
Estoy nerviosa por el examen. Estamos esperando todos para que nos abran la clase. Localizo a Tyler con la mirada y él se acerca a nosotras.
—¿Nerviosas?
—Un poco—contestamos las tres al unísono y justo nos abren para entrar a clase.
Entrego mi examen y comienzan a corregirlo. Espero que esté bien. Salgo de clase intentando hacer el menor ruido posible y me dirijo a la cafetería.
—¿Qué tal te ha salido el examen?—me pregunta Tyler cuando me siento a su lado.
—Mejor de lo que esperaba—contesto y suspiro.
—¿Cuántos quedan por acabar?— pregunta María
—Dos—le contesto y tomo el café que he pedido.
—Ya tienen casi todos los exámenes corregidos, en cuanto corrijan los dos que faltan se anunciará quienes irán a Los Ángeles en navidad.—nos informa Matthew mirando su móvil.
Miro la cafetería. Localizo a Emily con un montón de chicos.
Seguro que les está diciendo lo bien que le salió el examen. Veo también a Pedro caminando hacia aquí y a... ¿Blair entrando al despacho del director? A saber que ha hecho esta vez... Maldito, lo tengo que matar por lo de ayer.
Blair sale del despacho después de unos minutos y el director comienza ha hablar por el micrófono.
—Tenemos los resultados de los exámenes-anuncia— hemos tenido algunas complicaciones con las notas pero al fin lo solucionamos— añade—Y las tres personas que irán a visitar la universidad son...—cruzo los dedos— Harly González— anuncia el primer nombre—Lucas Sánchez y...— nos deja en suspense—Rebeca Philm—añade.— Bien hecho.
¡Si! Todos mis amigos vienen a abrazarme y a vituperarme. María y Vanesa lloran mientras me abrazan.
—Bien hecho— me abrazan Tyler y Matthew. ¡Iré a Los Ángeles! ¡No me lo puedo creer!
Acabamos las clases y me dirijo al aparcamiento donde he dejado mi coche. No me lo puedo creer, aun no me lo creo.
—Enhorabuena—me dice Blair cuando llega hasta mí.
—Gracias
—Ayer no llegaste a pegarme— ríe.
—Fue porque tu ibas en moto— me excuso.
—Te compensaré— dice y ahora soy yo la que ríe.
—¿Cómo?
—Te invito a comer a algún restaurante— me dice sonriendo.
—¿Me estás pidiendo una cita?— pregunto aturdida.
—Puede ser, pero solo te lo estoy compensando— habla el—y si quieres ir me tendrás que llevar por que le dije a mi mayordomo que no me venga a recoger— añade y le digo que suba al coche. Suerte que Tyler trajo su coche hoy.
Me va diciendo porque calles giro, y todas esas cosas. Hombres.
—Lucas también va a visitar la universidad en navidad—me dice Blair.
—¿Enserio?— asiente— cuando dijeron Lucas Sánchez, nunca pensé que podía ser el que va contigo por allí— añado sin apartar la vista de la carretera— Que pena que tu no vengas, escuché que también eras bastante listo.
—Quedé en 4° posición— no, no, no y no.
—¿Te he quitado el puesto? Es todo culpa mía, tenías muchas ganas de ir...— comienzo a decir pero Blair me interrumpe.
—Tu también tenias muchas ganas, además, no es tu culpa, sacar más nota que yo así que era lógico que fueras tú.— me dice.
—Es que ahora me sabe mal...
—Aparca por aquí que sino luego no encontraremos aparcamiento—cambia de tema así que entiendo que no quiere seguir hablando de esto.
Salgo del coche y veo un restaurante e-n-o-r-m-e. ¿Cuánto costará cada plato? ¿50€? Blair me abre la puerta para que entre y parece aún más grande por dentro que por fuera. Todo el suelo está recubierto de... ¿Terciopelo? ¿Qué? Las cortinas son de terciopelo rojo y los manteles que cubren las mesas también son de terciopelo rojo.
—El rojo es mi color favorito...— susurro
—Lo sabía
—¿Cómo?—pregunto sin dejar de admirar el establecimiento mientras nos sentamos en unas de las mesas.
—Por tu diario— lo miro fulminante—es de color rojo y si no te gustase ese color no te lo habrías comprado.
—Si, pero aun no te he perdonado por lo que dijiste esa vez en tu casa—digo acordándome de ello.
—No lo dije en serio— me dice— además, deja de acordarte de cosas malas y piensa en este maravilloso restaurante al que tu amado Blair te a traído—río
—¿Amado?— sigo riendo a carcajada limpia.
—¿No lo soy?
—De momento no—se hace el ofendido. Voy a decir algo pero viene la camarera y pedimos lo que queremos comer.
Veo como la gente ríe animadamente, parejas que se besan, gente mayor comiendo, camareras van locas perdidas... Suerte que yo no soy así. O eso creo.
—Así vas tú cuando entro por la puerta de tu trabajo— dice Blair refiriéndose a las camareras.
—Mentira— sonríe— no voy tan aventada
—Cuando entro yo, sí— me dice sonriendo con la típica sonrisa que derretiría el polo norte.
—No, si voy aventada iré siempre, no sólo por ti—digo y nos empezamos a reír.
Pasamos casi todo el tiempo riendo pero ya noto como la regla vuelve ha hacer su aparición en mí y comienza a dolerme la tripa más que antes. Y me estoy mareando.
—¿Estás bien?—me pregunta Blair mirándome con cara de preocupación.
—Si, solo es un pequeño mareo.
—¿Pero estás bien?
—Si, tranquilo, estoy bien— sonrío para tranquilizarlo y asiente no muy convencido
Seguimos comiendo y yo aguanto las ganas de gritar de dolor. Maldita regla. Era mejor irme a casa, así estaría gritando en mi casita, tranquila.
Y así me paso todo el rato hasta que decidimos irnos. Blair paga la comida y yo pongo propina para la camarera. Intento andar normal para disimular los dolores y creo que me estoy empezando a marear otra vez.
—Rebeca—me llama Blair antes de subir al coche.
—¿Si?— le digo y me agarro a la puerta para no caerme por el mareo. Maldita regla.
—Estaba pensando....— comienza a decir, si sigue en es plan me caeré redonda en el suelo— bueno, quiero decir, con lo bien que nos lo hemos pasado y que nos lo pasamos bien el uno con el otro... Pues quería preguntarte si...—me estoy mareando, en cualquier momento me caigo. Dilo ya. Va. Quiero oírte diciéndolo- ¿Me harías el gran honor de ser mi novia?— me caigo al suelo.
—¡Rebeca! ¿¡Qué te pasa?! Di algo Bequi— le oigo decir una vez que se arrodilla a mi lado. Noto como Blair me levanta y saca de mi bolsillo las llaves del coche. Me pone en el asiento del copiloto y comienza a conducir hacia no se donde.
—Siento mucho que me veas así—digo lo más alto que puedo.
—No lo sientas, tranquila, estamos de camino al medico, tú sobre todo NO TE DUERMAS— me dice y yo lucho por no hacerlo pero me vuelve a doler la tripa mucho y la cabeza también, todo a mi alrededor da vueltas y entonces me cubre una oscuridad inquebrantable.
Narra Blair Larwen.
Conduzco lo más rápido que puedo al médico. Cuando llegamos pido a gritos que me ayuden y en menos de dos segundo aparecen dos enfermeras con una camilla, juntos subimos a Rebeca y se la llevan a una habitación a toda prisa.
¿Qué he hecho? ¿Era alérgica a algo? Me olvidé preguntarle eso a Tyler. Como le pase algo... A lo mejor es la impresión de que le pidiera que sea mi novia... No, ella no se desmayaría por eso. Mi teléfono vibra en mis pantalones. Me llaman.
—Hola
—Bro, te hemos visto conduciendo el coche de Rebeca a toda prisa y a ella dormida en el asiento de al lado ¿Está todo bien?— pregunta Matteo
—¿Qué le has hecho ya?— pregunta Lucas.
—Yo nada. Simplemente le pedí que sea mi novia y se desplomó en el suelo
—¿Pero ella está bien?— esa voz me suena.
—¿Tyler? ¿Qué haces allí?- pregunto
—Oye, si te dejaba salir con mi prima... ¿Crees que os dejaría sin vigilancia sabiendo como eres?— dice él y yo sonrío.
—No le haría nada—digo—si, supongo que se levantará pronto, cuando tenga noticias os llamo
—Vale, cuídala— dice Tyler y cortan.
Espero y espero durante media hora cuando por fin me dicen que puedo pasar. Entro intentando hacer el menor ruido posible. Está dormida.
—Se le bajó la tensión y por lo visto no se tomó las pastillas de hierro—dice la enfermera.
—¿Ella es anémica?— pregunto sorprendido.
—En el análisis de sangre que le hicimos salía que sí— dice la enfermera y se marcha dejándome a solas con Rebeca. Me acerco a ella y la miro. Está pálida.
—¿Rebeca?—pregunto mirando a ver si da señales de vida—Di algo, lo que sea—Pasan varios segundos.
—Si— susurra alguien— quiero ser tu novia—vuelven a susurrar y me doy cuenta de que es ella la que habla.
—¡Rebeca!— exclamo y la abrazo no muy fuerte— ¿¡Como se te ocurre no decirme que eras anémica?!— grito y a ella inmediatamente se le quita la sonrisa.
—No quería preocuparte y parecer una carga— dice ella suavemente, casi inaudiblemente.
—Me alegro de que estés bien—sonrío e inmediatamente llamo a los chicos—¿Tyler? Ella está bien— cuelgo.
—¿Tyler tiene algo que ver con la cita?— pregunta ella sorprendida.
—No, solo me dijo donde te gusta comer, qué clase de lugares... Todo lo básico— digo restándole importancia. Ella alza una ceja — Ahora si que eres la misma de siempre— digo y los dos reímos. Las enfermeras me dicen que salgan para que puedan hacerle las últimas pruebas a Rebeca y así ella pueda salir.
Al fin salimos del hospital y le abro la puerta del asiento del copiloto. Me voy a sentar y comienzo a conducir.
—Así que... ¿Rebeca Philm ha aceptado ser mi novia?— pregunto sonriendo. La miro y veo que está roja.
—Si— dice tras unos segundos de silencio- pero no hagas que me arrepienta- añade.
—No lo haré— digo convencido y sigo conduciendo hasta su casa. Cuando llegamos aparco el coche en su garaje y nos bajamos.
—Gracias por todo— dice ella sonriendo.
—De nada, mejórate— digo— que en dos días te vas a Los Ángeles— digo para darle ánimos. Ella asiente y sonríe. La acompaño hasta la puerta y le doy un beso de despedida en la mejilla.—Que descanses— Ella sonríe y entra a su casa. Cojo mi moto que Tyler escondió detrás de los arbustos cuando le llamé para decirle que Rebeca estaba en el hospital y me voy a mi casa.
Sonrío. Por fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro