
Capitulo 34.- Querubín
La culpa era algo muy difícil de borrar. El arrepentimiento después de haberla cagado era algo horrible. Y Daryl se sentía nefasto.
Otra vez, solo que esta ocasión no sabían que había ocurrido.
Daryl tan solo recordaba la sensación amarga que sintió cuando no vio a Donovan a la vista después de todo lo ocurrido ahi afuera, al inicio no se había querido preocupar pero algo en su pecho le decía que las cosas estaban mal.
Y fue cierto, primero Carl había resultado herido y después se llevo la peor de las noticias.
Donovan no estaba.
Nadie sabia nada, lo único habían sido las palabras de Enid, el como el chico la había seguido para convencerle que regresara pero una horda les había rodeado y cada uno tomo un rumbo diferente.
A la primera oportunidad Donovan hubiera regresado a Alexandria, tres días después nada de eso paso y a pesar de que Daryl intento buscarle nada dio frutos. La tierra se lo había tragado y Daryl podia escuchar lo que decían los demás Alexandrianos a sus espaldas "Ya esta muerto" y no, Daryl se negaba.
De ninguna manera iba a aceptar esa opción sin importar que la probabilidad fuese tan alta, según Enid, era imposible que el solo hubiese podido eliminar a toda esa horda de manera que pudo haberse escondido, pero en el bosque esa tarea era difícil, entonces lo obvio era que había sido el alimento de esos asquerosos caninantes.
No lo aceptaba y no lo iba a hacer, Daryl no iba a descansar hasta encontrarlo vivo o muerto, solo así iba a poder estar tranquilo.
Ni Rick o Daryl iban a creer que estaba muerto y aunque Rick no estaba en condiciones para pensar en ello, Daryl estaba seguro que el hombre estaba al borde de caer en la locura con Carl recuperándose y su otro hijo desaparecido.
Daryl quería arrancarse el corazón del pecho, le dolía, y lo más doloroso era que si Donovan estaba verdaderamente muerto jamás se iba a perdonar la forma en la que las cosas entre ambos terminaron.
La manera en la que su amistad se distancio, la última conversación de ambos en donde Donovan casi rogaba que las cosas estuviesen bien entre ambos, pero Daryl había sido terco y orgulloso.
Ahora se arrepentía y había llorado en culpa mientras lo buscaba, no tenia nada de él, lo único ese dije de pajarillo que el mismo le había dado en Francia.
Sentía que se iba a volver loco, que le habían arrancado algo del pecho, tenia un enorme vació dentro y hasta ese instante supo que antes Donovan lo había llenado, otra vez se sentía como al principio, como antes de conocerlo.
Solo a él se le ocurría ser tan orgulloso y sentir cosas por Donovan, la sensación de haber caído en las manos del más joven era extraña porque era un lugar en el que no podia escapar y no se sentía mal por ello, estaba bien con eso.
Donovan podia hacer lo que quisiera con él y Daryl estaría feliz, el chico podría matarlo incluso y Daryl estaría contento, pero no, Donovan jamás le haría ese tipo de daño, era demasiado puro como para siquiera dañar algo pero de cualquier forma había dañado a Daryl de forma accidental y Daryl lo había dañado a él.
El crujir de las ramas tras él le hizo levantar la ballesta al instante, noto que tenia las mejillas mojadas y fue consciente que había estado llorando como un vil niño.
Bajo su arma cuando Carol salió a la vista, la mujer llevaba una expresión comprensiva en su rostro, empatica con él.
— ¿Cuanto tiempo llevas aquí? — preguntó Carol.
— No importa — respondió Daryl girándose para seguir buscando cualquier pista.
— ¿Has comido algo por lo menos?
— Un pájaro ayer — respondió y sintió un escalofrío al recordar a Donovan.
— Si enfermas no podrás continuar buscándolo — dijo Carol — ¿Crees que Donovan estaría feliz de verte martiriciar así?
— Tú no sabes nada de él — le gruñó Daryl molesto — Ni siquiera te agrada.
— Es un buen chico, ¿cómo no puede agradarme?
— ¡Casi muere por tú culpa! — le recordó Daryl girándose para verla — ¿Que no lo recuerdas?
— Eso no significa que lo odie — respondió la mujer — Tan solo quería que perdiera el miedo a defenderse, era como ver un reflejo... uno mío.
— El no es nada como tú.
— No, claro que no — negó Carol — Yo creía que Donovan era débil por el simple hecho de que no sabia defenderse, pero no lo era, nunca la ha sido.
— ¿Entonces?
— Es bueno — especificó Carol — Es una alma pura, si no hace las cosas es porque piensa que es algo cruel. No hay crueldad en su corazón, no hay maldad, no hay nada ruin o cruel en él. Es puro, completamente.
— Es un querubín.
— Es exactamente lo que podrías estar necesitando — dijo Carol — ¿Desde cuando lo amas?
Daryl se quedo de piedra, nunca se había hecho esa pregunta a si mismo pero la respuesta le había llegado fugaz porque muy dentro suyo la sabia.
— Desde que lo conocí — respondió Daryl finalmente — Desde que.. lo sentí, lo escuché en mi inconsciencia. Me sentí cómodo sin siquiera haberlo conocido.
— ¿Y que harás al respecto? ¿Piensas no decirle nada?
— No, ya lo he arruinado — dijo Daryl — Y ahora él ni siquiera esta aquí, he escuchado lo que dicen y no quiero aceptarlo pero eso podría ser cierto. Donovan podría estar muerto.
— No creo que lo este — dijo Carol con honestidad — ¿Por qué lo has arruinado?
— Lo besé — confesó Daryl sin sentir vergüenza alguna, lo único que sintió fue resentimiento — Y.. me dijo que si que había hecho, se veía asustado y entonces supe que la había cagado. Lo arruine y decidí alejarme, arruine todo con él por un pequeño un impulso, un beso que ni siquiera fue largo o romántico o nada... fue un toque y fue algo que arruino todo.
Carol asintió la cabeza, guardo silencio unos segundos pensando en su respuesta, Daryl notó que no había parado de llorar desde que comenzó a hablar y la cabeza lo comenzó a doler ante lo mismo.
— Acabo de decir que no había maldad en él — le recordó Carol — ¿Realmente piensas que por un simple beso él iba a tratarte distinto? ¿A tratarte mal o herirte?
— El jamás haría eso.
— Tú eres el que pone baches en el camino de ambos — señaló Carol — Tú eres el que se autosabotea, entiendo que todos hemos dicho que no eres bueno para él pero... tú te has encargado de confirmar nuestras palabras.
— Carol..
— Amárrate bien los pantalones, Daryl, deja de llorar como un niño y se un hombre — dijo Carol con dureza — Búscalo porque esta vivo pero antes deja de comportarte como un chiquillo.
Eres un adulto, actúa como tal.
Con esas palabras Daryl realmente sintió que había abierto los ojos y que su panorama cambio completamente.
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Siguiente capitulo:
El tiempo pasa.
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