No tan lejos de ahí.

Jungkook salió del departamento muy apurado, era cierto, necesitaba ir a casa de Jin a recoger su uniforme de Karate. Tenía que llegar temprano esta vez.

Jungkook recordó que Shindong lo había amenazando unos días antes.

—Jungkook, si no traes tu trasero aquí y das clase tendré que despedirte. Si puedes llegar más temprano de lo normal es mejor, la próxima semana los chicos tienen su examen. Te lo advierto Jungkook.

—Mierda.

Jungkook salió del edificio del departamento de Tae y empezó a caminar.

Para llegar a casa de Jin tenía que pasar por todo el parque, así que siguió caminando.

A pesar de lo que le había dicho Shindong había arruinado su mañana, estaba feliz. Estaba feliz de tener a Taehyung.

Porque Taehyung era el amor de su vida.

Jungkook estaba pensando en lo feliz que Tae lo hacía.

Estaba tarareando la canción que había escrito, euforia. Caminó bajo los árboles que estaban verdes y al mismo tiempo tenían unas cuantas hojas color marrón. El verano ya empezaba a irse.

Jungkook estaba feliz, algo muy raro en él. Desde que se mudó a la cuidad jamás volvió a ser feliz. Todo pasó tan rápido desde que se mudó a la cuidad.

De hecho, si fue feliz. En momentos, pero fueron muy contados. En la adolescencia era muy feliz estando con sus amigos.

—"Amigos" ¡Ja! Claro... —se burló Jungkook.

Jungkook estaba en su mundo hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos. 

—¡Hey! ¡Jungkook! ¡Alto! —Alguien gritó, Jungkook volteó a ver quien era.

—¿Yugyeom? ¿Qué quieres? —Jungkook siguió caminando, tenía la intención de ignorarlo.

—Jungkook, ¿Con quien estabas ayer? —preguntó el chico de cabello rubio cenizo.

—¿De qué hablas?

—Del chico con la que pasaste toda la tarde. —Yugyeom se abalanzó sobre Jungkook y lo tomó de la camisa.

—¡Idiota! ¡Suéltame! ¿Qué te importa? —Jungkook trataba de soltarse del agarre del menor pero no podía.

—Claro que me importa. ¿Quién era? —Yugyeom acercó su rostro al de Jungkook. Cualquiera diría que estaba apunto de besarlo.

—Aguarda, ¿Nos estabas espiando? —preguntó Jungkook confundido.

—¿Qué te importa?

—¡Era mi novio! Ahora, ¡Suéltame! —Jungkook se alejó de Yugyeom.

—No he terminado contigo. ¿Ese tipo es tu novio? —Yugyeom lo siguió.

—Si, Taehyung es mi novio.

—Ahora resulta, otra princesa...

—¿Disculpa? —Jungkook se ofendió.

—Si, el tal "Tae" y tú no son más que princesas. Me dan tanto asco, éste mundo se va a ir a la mierda por maricones como ustedes.

Jungkook en realidad trataba de ignorarlo, quería irse de ahí. Siguió su camino.

—¡Apuesto a que el tal "Taehyung" es más marica que tú! Seguro que es un idiota.

Jungkook no pudo controlarse más.

Se podían meter con él, podían dañarlo, destrozalo y apuñalarlo, pero jamás permitiría que se metieran con su TaeTae.

Jungkook regresó a donde estaba Yugyeom. Lo tomó por la camisa y lo acercó a él.

—Vuelve a decir algo sobre Tae y te parto la madre. —Jungkook amenazó.

—Quiero ver que lo intentes. —Yugyeom siguió provocando a Jungkook.

Jungkook no dudó ni un segundo en soltar el golpe que iba directo a la cara de Yugyeom.

Yugyeom se sorprendió de que Jungkook se hubiera atrevido a lanzar aquel golpe.

—¿Quieres morir? —Yugyeom preguntó.

—¿Tú? —Jungkook regresó.

Los dos chicos empezaron a agarrarse a golpes en pleno parque. Yugyeom golpeaba la cara de Jungkook mientras que éste golpeaba su abdomen.

Yugyeom seguía pegándole a Jungkook, ahora lo golpeaba en el hombro mientras que Jungkook atacaba la cara del menor.

Jungkook lanzó un golpe duro pero preciso a la cara del menor. Le rompió la nariz.

Yugyeom se tomó la nariz y la apretó para que la sangre cesara. Se levantó.

—Esto no se va a quedar así, idiota.

Jungkook se quedó tirado en el pasto, no tenía casi movilidad. Al caer al suelo, Jungkook se había raspado la rodilla. Tenía el labio roto y múltiples moretones en toda la cara.

Solo se quedó ahí tratando de entender el porqué de ser un idiota.

Yugyeom y él habían sido mejores amigos, pero, ¿Qué pasó?

Jungkook, a menudo se hacía la misma pregunta.

Salí del departamento y caminé hacia el departamento de Jin. Ahí encontraría a mi bebé.

Caminé por el parque y escuché que alguien se quejaba.

Me acerqué hacia ese chico que estaba tirado, giró su cara.

—¡Por dios! ¡Jungkook! Mi amor, ¿Estás bien?

Jungkook estaba tirado en el pasto mientras su labio y múltiples lugares de su cara sangraban.

—¡Jungkook! ¡Háblame! —me desesperé.

—Taehyung... estoy bien. —dijo Jungkook mientras unas lágrimas se le escapaban de sus ojos.

—¿Qué ocurrió?

—Tae...

Jungkook se desmayó.

Había llamado a Hoseok y a Suga por teléfono para que me fueran a ayudar a regresar a Jungkook al departamento. ¿Por qué no lo llevé al hospital?

Jungkook me había mencionado que odiaba los hospitales, que le recordaban algo muy triste. Preferí llevarlo al departamento y atenderlo yo mismo.

Mi abuelita me había enseñado a cuidar y tratar heridas.

Llegamos al departamento y entre Hoseok y Suga llevaron a Jungkook a mi cama. Yo corrí por una botella de alcohol, algodón y vendas.

Serví un poco de alcohol en un algodón y lo puse en la nariz de Jungkook para que despertara.

Lo hizo.

—Tae...

—Jungkook, me preocupaste mucho. —dije mientras empezaba a poner alcohol en sus heridas.

—¡Argh! Maldita sea, Tae. —se quejó.

—No me hables así. ¿Qué te pasó? —pregunté.

Jungkook no dijo nada, se sentó en la cama y miró hacia abajo. Volví a hablar yo.

—Idiota.

—¿Qué te dije, Jungkook?

—¿Hmm?

—Te dije que no quería verte con moretones ni cicatrices, mucho menos con heridas abiertas. —puse alcohol en su labio roto.

—Lo sé... pero el otro chico fue un estúpido. —dijo por fin mi bebé.

—Oh, ¿entonces vas a pelear con cualquiera que sea un estúpido contigo? —dije mientras tomé su mano y la curaba.

Jungkook tomó mi mano y la acercó a su rostro.

—Ésta vez fue diferente. —dijo Kookie mientras me veía a los ojos por primera vez.

Miré sus ojos, de nuevo brillaban, a pesar de estar en esas condiciones sus ojos todavía brillaban.

—Lo iba a dejar, hasta que empezó a hablar de ti.

Me sorprendí.

—No podía dejar que se fuera con eso.

Tomamos las manos del otro y las apretamos.

—Eres un gran idiota Jungkook.

Lo solté y miré hacia abajo.

—De todos modos no está bien. Mira cómo te dejó.

—No te preocupes, le rompí la nariz al idiota.

Solté una pequeña risita al escuchar la manera tan entusiasta en la que dijo lo anterior.

—Ven acá.

Lo acerqué con delicadeza hacia mi y lo besé, lo besé como si una pluma cayera en un charco de agua, con delicadeza y lentitud.

Pude saborear la sangre.

Seguí curándolo por otro rato.

Después de unos minutos, Jungkook decidió que aún así iría a la clase de Karate. Intenté detenerlo, no me escuchó.

Dejé que fuera. De todos modos volvería. ¿Verdad?

Ufffff, ¡les tengo noticias!
¡¡La historia ya cumplió su segundo K!!
¡Estoy demasiado feliz!
Ahora, espero que hayan disfrutado este capítulo. Y si leyeron el One Shot Yoonmin espero que también lo hayan disfrutado.
Mmm, ¿qué habrá pasado entre Jungkook y Yugyeom?