
LIX: UN DIA DIFERENTE
.
𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟱𝟵:
𝗨𝗡 𝗗𝗜𝗔 𝗗𝗜𝗙𝗘𝗥𝗘𝗡𝗧𝗘
...
Pasaron ya tres meses y lo único que habíamos hecho era seguir con la estación de radio. La cual, era nuestra gran escapatoria. Al menos por ahora que lo único que hacíamos, era darles esperanzas a todos de poder seguir con sus vidas en algún momento. Se que en lo que cabe, esta mal, pues, eso no pasará pronto... no si Voldemort sigue fuera pero, no pasa nada si uno tiene un poco de fe.
El día de hoy me desperté tarde, aprovechando que Queenie acompañó a Tony a ver a su familia y George por igual decidió salir a checar cómo estaba su familia. Fred y George llevan ya un mes turnándose en qué semana ir. A ver cómo iba todo. Estamos pensando en ya por fin irnos a la madriguera de nuevo junto con Molly. Puesto que Ginny si regresó a Hogwarts y Bill y Fleur tienen su propia casa. Pero ese proceso se ha atrasado mucho por el hecho de que Queenie bueno, aún piensa en sus padres. ¿Cómo decirle que ya han pasado meses? Es imposible que los vuelva a ver.
Como sea, fui a preparar algo de desayunar para Fred y para mi. Creo que salió temprano y desconozco a donde, pero bueno aún así le prepararé algo. Mientras cocino, dejé la radio prendida... no había nada que me interesara oír si no era Potterwatch pero en estos momentos pasaban una canción. Una la cual estaba disfrutando mucho. Fue inevitable no empezar a bailar lentamente, mientras preparaba unos huevos.
Hace tanto tiempo que no teníamos un día tan tranquilo. Es más, hace tiempo que no tenía un día para mi sola. Porque si, solo soy yo en la casa y sin nada que hacer. Aunque ese pensamiento me duró muy poco. Pues en ese momento escucho los ronquidos de Fred. Los cuales creo que nunca había escuchado. Supongo que es porque tengo el sueño pesado. Me acerqué a la sala de estar y ahí se encontraba Fred dormido.
- ¿Fred? - me acomode enfrente suyo agachándome para poder hablarle. - ¿que haces aquí?
- dormir, Lottie. - dice aún con los ojos cerrados y muy dormido aún. - es increíble. Deberías intentarlo algún día.
- ¿y porque no dormiste en la cama como todos los días?
- estamos solos... - aún dormido. - tenia que verificar que nada malo té pasaría. Así que me vine a checar la entrada en la noche... pero tengo sueño. - no pude evitar sonreír ante eso. Le di un beso en la mejilla. El sonríe ante el beso. Miré como en la mesa había un ramo muy precioso. - compraste flores. ¿A que hora?
- corrección, me robé unas flores. - reí ante eso. - supongo que los vecinos de Queenie no lo notaran. Y en todo caso, diría que fue George.- ya por fin abre los ojos. - son para ti.
- Gracias. - las tomé. - son muy lindas.
- si, esos vecinos tienen un muy buen gusto. - le puse los ojos en blanco, con una sonrisa por supuesto y me levanté para irme pero el me detiene, tomando de mi mano. - duerme una rato conmigo.
- ¿no quieres desayunar? - el niega con la cabeza. - son las once.
- no... quiero dormir con mi futura esposa. - voltee a verlo y otra vez cerró los ojos para dormir. Me senté en el piso para poder verlo cara cara y este vuelve a abrir los ojos. Estaba muy sorprendida se haberlo oído decir eso. Recuerdo tanto la boda de Bill y de Fleur, y como moría por hablar del tema con el... y jamás pude. Mucho más por la situación. Me quedé helada ante ese comentario. - antes de qué haya alguna confusión, si, me refiero a ti. No hay nadie más en esta habitación. A menos de que cuentes al gato que lleva viviendo aquí un mes pero, no estoy interesado en felinos.
- Fred... - no supe que decir, pasé mis manos a la boca, sorprendida. Ambos aun escuchando la canción de fondo.
- se que dijiste mil veces que no te quieres casar ahora. - pero ahora si. - y no lo haremos. - por obvias razones. - pero aún así quiero que sepas que estoy muy decidido con esto. Hoy lo estoy más que nunca. - se sienta y deja de estar acostado. Empieza a estirarse y yo me siento a un lado de el en el sofá.
- lo único que he hecho estos días es ser una amargada insoportable. - y es que si, así como fui con Tony ese día que pensé en atacarlo, así han sido la mayoría de los días aquí. - ¿por qué ahora quisieras hacerlo? En especial ahora.
- ah no, para nada me refiero a que mi sentimiento por querer estar contigo toda la vida empezó ahora. - se ríe. - no, eso fue hace ya bastante tiempo. Creo que fue el mismo momento en el que decidí comprarte esa pulsera. - apunta a ella. - aún y cuando te dije que le había conseguido algo por igual a Vivian, por supuesto que no, fue porque quería de alguna manera que tuvieras algo mío. Quería verte sonreír y que fuese por algo que hice. - como siempre, quita el mechón que cae sobre mi cara y lo coloca detrás de mi oreja. - y si eres una amargada.
- lo siento. - reí nerviosa pero el seguía con el rostro serio.
- pero ya conociendo tu otra tu estos días, estoy más que fascinado y confirmo que quiero estar contigo. - saca de su bolsillo, un anillo de esos de dulce. Reí y el también. - no, no lo digo de broma. Esto fue lo que mejor encontré en estos días.
- ¿llevas contigo ese anillo desde cuando? - dije conteniendo las lágrimas pero aún también riendo por el momento.
- no sabría decirte... de preferencia no lo pruebes. - me gustaba tanto esto porque por primera vez en mucho tiempo nos reíamos mucho. Ambos. - pero necesitaba darte un anillo pronto.
- no tienes que darme ni un anillo, Fred. - sin avisarle, ni nada. Tan solo di un brinco de emoción para abrazarlo y besarlo. - tu no tienes una idea de lo mucho con lo que soñé con este día. - el me mira sorprendido. - mi plan era yo pedirte matrimonio, hace unos meses. Pero decidí no decir nada por...
- no, hoy no hablaremos de eso. - me tapa la boca con su enorme mano. - tuve que literalmente pedirte matrimonio para verte sonreír. No dejaré que estés triste el día de hoy.
- déjame hablar. - dije sin que se me pudiera entender bien y este me suelta. - a lo que voy es que, claro que quiero esto. Llevo con el sentimiento ya mucho tiempo y se siente tan bien decirlo.
- ¿sabes? Quien quiere una inmensa boda como la de Bill. - dice mientras me suelta y se pone de pie.
- bueno me encantaría poder tener a mi familia ese día. Solo eso. - dije ahora yo levantándome del sofá.
- por supuesto que si, mi mamá me mata si no le avisamos. - se ríe. - aunque no se como tomará la noticia.
- ¿por que lo dices? Ella Es prácticamente la persona que me impulso a decirte cómo me siento. - bueno, fui una cobarde y usé una poción pero aún así. - y no me odia como odió a Fleur.
- si bueno, aún piensa que somos muy jóvenes. - asentí. - pero hey, ¿que es la vida sin riesgos? Que no nos dice que luego ya tengamos a un...
- no aún. - no quiero un hijo ahora definitivamente.
- bien, no aún. - repetí después de mi asustado por lo firme en que lo dije. - bien, si, al cabo que ni quería. - dice tratando de convencerse. Se limpia las manos y se acerca de nuevo para ponerme el anillo. - había olvidado El Paso más importante.
- oh si porque si no me lo pones, no vale. - dije burlándome. - tenemos todo un día para nosotros solos... ¿que hacemos?
- solo dime que cuando te toca a ti y a George día solo, no le propones cosas. - lo empuje. - solo digo.
- no tonto, está es la primera vez que Queenie ni Tony están. - lo acerqué a mi para poder besarlo pero en ese momento, ambos percibimos un olor el cual no estaba antes.
- ¿sabes? Siempre me ha gustado mucho el huevo muy cocido pero... - se ríe pero yo no y corro a la cocina para poder apagar la estufa.
- no es gracioso. - empecé a abrir las ventanas para que saliera el humo. - así es como te voy a cocinar, eh.
- es tierno verte preocupada. - se recarga en la barra de la cocina y me mira. - me preocupa lo mucho que te amo.
- ¿como puedes decirme algo así mientras estoy volviéndome loca aquí con como arruine el desayuno?
- pues... por eso. - sonríe y en ese momento la puerta se abre. - George, si eres tú, espero que hayas traído comida de mamá porque Lottie aquí ha quemado todo.
- no George, Bellatrix. - En cuando escucho eso, tomo de mi varita la cual tenía en la mesa y Fred hace lo mismo, acomodándose frente mío. - son tan tontos, ¿en verdad escogieron esconderse en la casa registrada de su amiga? Era muy evidente que vendríamos a buscar a la casa de la mejor amiga.
- ¿por qué hablas de ella? - Fred dice refiriéndose a mi. - no tenemos idea de donde esté Harry.
- no vengo por Harry, tú asqueroso Weasley. - Ella le lanza un hechizo y Fred cae al piso soltando un grito. - ¡vengo por la chica! - dice aplaudiendo feliz por lo que acaba de hacer.
- Fred. - me agaché para checar de el pero aún con mi varita en alto.
- oye yo de verdad no estoy para juegos. Pero tampoco puedo lastimarte o Lucius jamás me lo perdonará. - ¿qué? - bueno, pero a quien le importa lo que el piense. Al menos estoy ayudándole al mal agradecido. ¡crucio!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro