
Capítulo 27
—Alcaldesa, tiene visitas –se podía oír la voz de Ishizaki al otro lado de la línea.
—No recuerdo haber agendado visitas –contestó la alcaldesa extrañada.
—Bueno…
Las compuertas de su oficina se abrieron, en galante andar y postura recta entraba el susodicho visitante.
—Lamento haber llegado de esta manera –se escuchó su voz–, que gusto me da verla alcaldesa Bárbara Rose.
—Presidente Alan –se levantó la mujer bestia–, sin duda no esperaba su visita.
—Una disculpa, esta en mi naturaleza ser alguien impulsivo.
El rubio se acercó hacia el lobo, quedando frente a él con una sonrisa calmada y ladina, mientras el contrario estaba frío como siempre.
—Soy Alan Sylvasta, presidente de la farmacéutica Sylvasta –extendió su mano–. Es un placer.
—Shirou Ogami –pero el alfa contestó cortante.
—¿No le gusta saludar de mano?
—No lo siento, el olor de humanos se adhiere y es molesto.
—Ya veo, mil disculpas.
La tensión se olía y se sentía, mientras uno era pacifico, el otro era agresivamente directo, Ogami resistía mucho los instintos de saltarle a la yugular por ser un humano.
“No le permito que me falte al respeto ni a mi ni a Akiko […] No cuestione más mis métodos de crianza y váyase por favor antes de que llame a seguridad”
Pero tras ese incidente y el gran regaño que obtuvo se prometió que seria un poco más tolerante.
No dejaba de ver las nubes y el cielo azul con cierta preocupación, entre cerrando el puño, como si tuviera en su mano una pelota anti-estrés.
—_______ tranquila –la mujer beta intentaba calmarla–. Haru estará bien tu le diste permiso.
—Si y ahora me arrepiento –murmuró.
—Pingua prometió cuidar de los niños en el aire, y volverán a este mismo punto, ya verás –el señor Gem también quería calmarla, entendía los nervios de la madre joven y primeriza.
Su teléfono vibro, era una llamada, y al ver de quien se trataba, contestó de inmediato.
—¿Hola, señora Ama Betty?
—Hola _______ querida –se oía la voz de la mujer mayor del otro lado–, que gusto oírte.
—El gusto es mío, dígame, ¿a qué debo la llamada de mi mentora?
—Tengo noticias para ti querida, mientras estabas fuera, ¡la colección y tu aportación se ha vuelto un éxito rotundo!
Realmente esa noticia no se la esperaba, estaba en shock, sin habla.
—D-De, ¿de verdad?
—Si cielo, la colección de primavera es una maravilla, es tanto así, que el joven Sylvasta y varios empresarios harán una gala para celebrarlo –explicó–. Varios activistas y miembros Pro-Animal estarán ahí, les encantó tus moda inspirada en pieles de animales.
—¿Esta diciendo que puedo ir?
—Tienes que ir –recalcó–. Eres mi pupila y además la autora de esas obras, te necesito a mi lado _______.
—Anima City nunca rechazaría a un beastman, entonces, ¿por qué debería hacerlo ahora?
Ante la pregunta de la oji-rubí, el de hebras doradas volteó la mirada hacia ella.
—¿Por capricho?
Su respuesta colmó la paciencia de Ogami, sus pelos se erizaron del enojo y sus colmillos se mostraron, emanando feromonas de alfa agresivas que quizá el rubio no sentía por ser un humano.
—¡Wow que dientes tan grandes tiene! –exclamó levemente nervioso, asustado por el gruñido–. No esperaría menos de un beastman lobo.
—¡Ogami por favor! –regaño la alcaldesa–. Estoy seguro el joven heredero del conglomerado Sylvasta no actúa solo por capricho.
—Me tiene en gran estima alcaldesa –alago–. Lo que pasa es que un culto como la Iglesia del Lobo Plateado podría ser un elemento adverso a lo que usted desea, la religión bien se sabe que cuando tiene el mando del gobierno no muchas cosas buenas pasan. ¿Usted lo sabe no? La guerra en Vietnam y el uso de soldados beastmen es un ejemplo.
—Le reconozco ese punto Sylvasta.
—¿No lo había pensado? El congreso, periodistas y los grupos Pro-Beastmen, incluso activistas que luchan por los derecho de hombres bestia ya han sido atacados, el más reciente es el líder del grupo Pro-Animal Nelson Imzy –siguió–. Además de que hay información sobre hombres bestia aéreos infiltrados en la ciudad.
Su evento de gala, un intento de alivianar las aguas tensas tras el intento de ataque a Nelson Imzy, afortunadamente no le pasó nada; con aquello quizá pueda sorprender a su querida y verla ahí…
Mientras divagaba en sus pensamientos, viendo el ventanal, notó a un beastman aéreo cruzar, tenía encima a una tanuki, y además…
Momento, ¿¡ese era Haru!? Exclamaba en sus adentros y miró por el rabillo del ojo a Ogami.
—La verdad es que no desearía que alguien supiera sobre Haru en Anima City –la peli-___ ocultaba su sonrojo bajando la mirada–. Si voy… podrían quitármelo por ser un cachorro de hombre bestia y yo una humana en tierra ajena, no creo que me permitan tenerlo y ser su madre…
Si Ogami lo viera… ¿trataría de quitárselo? Pensó teniéndolo en la mira, mientras Haru surcaba las nubes riendo y alzando sus lindas manitas. No, no debe mirarlo, debo distraerlo, debo proteger a mi niño.
—Yo soy un miembro activo que lucha por los derechos de los beastmen también, y haré una gala en Tokio incluyendo a criaturas beastmen –dio la vuelta acaparando a Ogami y todo su campo de vista.
—¿No es algo peligroso joven Alan?
—Para eso los necesito, me gustaría algo de protección –miro al albino–. ¿Y que mejor protección que un hombre lobo?
—¿Me quiere a mi? –preguntó alzando una ceja.
—A usted y a su asistente, ya no le diré linda –agregó en una sonrisa molesta para el de ojos claros–. Por favor acompáñenme, ya hubo humanos aquí en Anima City, ahora es momento de que el mundo vea a habitantes de esta ciudad.
Recibió una mueca de parte del alfa, tal parecía estaba indeciso de la idea.
—Ah, y ahora asumiré el cargo del centro médico, ya que el puesto de director quedó vacío –se dirigió hacia la salida del despacho–. Seria una lástima tener que reubicarnos… hasta entonces –se despidió y la puerta cerro tras de sí.
Fiu, eso estuvo cerca, pensó soltando aire, solo espero no haya visto a Haru. Y si él está aquí significa que… ¿ella también estaría aquí?
—Ay Haru, Haru mi amor que bueno que estas bien.
—¡Mami! –fue recibido por los amorosos brazos de la joven de ojos ___.
—Sano y salvo como lo prometí señorita –decía el ave albatros viendo la escena.
—Mami el señor Pingua nos elevó por los aires, era como estar en un avión, ¡como el principito! –exclamaba entusiasmado.
Su rostro mostró una sonrisa ante la escena de madre e hijo, al ser un ave que no se quedaba quieta ni era sedentaria, nunca tuvo tiempo de formar una familia.
—Toma, esto les ayudará con la reparación del techo, una disculpa que sean dólares –volteo hacia Michiru entregándole el fajo de billetes.
—¿Qué?
—Awww ¿ya se va? –habló el pequeño oji-azul.
—Soy un ave migratoria pequeño, nunca me quedó en el mismo lugar mucho tiempo.
Miró a la fémina que lo tenía en sus brazos, joven, bonita, sus ojos eran brillantes y lindos, su cabello ondeaba levemente con las corrientes de aire de Anima City.
—PERO –recalcó–, si alguien, quizás me lo pide… –tanteo el terreno–, yo podría considerar volver de vez en cuando.
Las palabras emocionaron al infante, quien no contuvo sus emociones y se transformó en un cachorro de lobo, moviendo la cola y orejas.
—¡Por favor venga otra vez! ¡Como promesa!
Pingua noto que el menor le había enseñado su pequeño dedo meñique, un acto digno de un niño.
—Mi mami dice, que cuando se hace una promesa de meñique nunca se rompe.
Aquellas palabras le ablandaron el corazón, sonrió de lado conmovido, se inclino a su altura e imitó el acto.
—Esta bien, una promesa, por el meñique.
—¿Entonces deberá volver pronto con los humanos? –le hablaba Michiru viendo el atardecer al lado de _______ y su hijo.
—Así es, me necesitan en una gala, y quieren conocerme, a mi –se notaba el entusiasmo en las palabras de su mayor.
—Como me gustaría ir para ir a ver sus vestidos y trajes… –soltó en un suspiro.
—¿Dónde esta el beastmen ave? –se oyó la voz de Shirou llegar.
—¿Te refieres al señor Pingua? Se fue hace rato.
Ante la respuesta el ojos claros chisto la lengua con desgane.
—¿Y eso por qué?
—¿Podría ser un terrorista? –soltó dicha bomba.
—¿Qué te pasa? El señor Pingua no es esa clase de persona –reprochó la joven.
—¿Sabes eso con solo volar unos minutos con él?
—¿Nos viste o algo así? –indagó.
—Estaba con la alcaldesa cuando los vi volando sin precaución.
—¡No fue sin precaución! –le gritó Michiru.
Y esa, era su señal para correr.
—Ven hijo, hay que irnos –lo tomó entre sus brazos para poder irse antes de que Ogami la mencionara o dijera que también a miró a Haru.
—¡Hiciste algo muy imprudente Michiru!
—¡Lo que pasa es que eres un amargado!
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MISS VOLVIÓ DE LA MUERTE Y ENTRE LAS CENIZAS
Una disculpa pero he estado muy ocupada con la Universidad, tengo nuevos proyectos y otros que estan por venir, preparando su pronta llegada con emoción.
PERO EXTRAÑABA ESTE FIC
LOS EXTRAÑABA A USTEDES Y SUS COMENTARIOS
Estoy lista para ser inundada por ellos por favor.
Llenenme de comentarios!!
🪶༆━━Miss Writer
💋
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