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Capítulo 17

Shirou Ogami, cuya apariencia a simple vista es la de un joven que por mucho aun no llega a los 30, beastman y alfa, siempre ha sabido perfectamente lo duro que es la inmortalidad.

Para muchos la inmortalidad sería el mejor de los regalos, vivir para siempre jóvenes, con belleza y salud; ¿pero a qué costo? ¿De qué sirve ser eternamente joven y bello si no hay a tu lado alguien?

Pero no cualquier alguien, alguien, como sí mismo en las mismas condiciones, eterno.

Por eso él no ama ni aprecia del todo su inmortalidad. Él vivía feliz, pacifico, en Nirvasyl, su tierra de origen, para su época y sus tiempos, vivía bien; familia, amigos, conocidos, gente que lo rodeaba y el apreciaba con su corazón.

Nirvasyl se veía como una tierra de maravillas, adaptada entre todos los tipos de hombres y mujeres bestia para todas sus especies, acuáticos, de tierra y voladores.

Tiene un vago y pesado recuerdo de él mismo, de hace miles de años. Un apuesto joven lobo plateado alfa, que al ser un alfa y ser joven, se sentía con la responsabilidad de ayudar a todos con lo que podía, dar siempre una mano, y sobre todo ser optimista; se recuerda a sí mismo ser más expresivo, tener un agradable tono de voz dulce y un brillo en su mirar. Un alfa con un futuro prometedor según todos los ancianos de Nirvasyl, que probablemente despose a un omega para hacer una buena familia y un buen matrimonio.

Pero ese recuerdo cada vez más se perdía en su pesada oscuridad, así como ese chico quedaba olvidado y escondido en algún recóndito lado de sí mismo.

Jamás pensó que los humanos los llegarían atacar, para su juventud, él pensaba de manera revolucionaria sobre la relación entre hombres bestia y humanos. El creía que juntos podrían crear una civilización como ninguna otra, utópica; llegó a conocer humanos enamorados de gente bestia, cuya unión había dado a luz a híbridos, el futuro según su joven mente.

Su vida era un eterno cielo azul despejado, con verdes prados, y una brillante civilización. Que de un momento a otro se rompió descaradamente.

En un pacífico medio día, alzándose de entre las colinas, notó como un ejército de humanos comenzó a lanzar una lluvia de flechas hacia los habitantes de Nirvasyl, eliminando a cierto número, lo que siguió después para él es una pesadilla; que al cerrar los ojos en la noche rogaba no tener que soñar.

Recuerda el sol oscurecerse, ráfagas de fuego pasar por encima de su cabeza, la adrenalina invadir su cuerpo al no saber que pasaba, la tensión en sus músculos al ver a aquellos guerreros perseguirlos y sus nervios tatuarse los gritos de las mujeres y niños que corrían o por su vida o eran brutalmente asesinados.

En su camino y huida notó como las familias híbrido, entre humanos y bestias, se mataban e incluyendo a sus cachorros; una horrible sensación al ver como los propios progenitores terminaban con la vida de aquellos que eran sus hijos le persigue hoy en día. Recuerda intentó esconder a varios cachorros en diferentes escondites, a ancianos y madres, como su deber de alfa; pero al regresar por ellos, se encontraba con que los guerreros los encontraron y frente a sus ojos bien abiertos, les atravesaban con sus lanzas.

Vio como mujeres humanas dentro también de dicho ejército arremetían contra las madres y no tenían piedad de los niños. Los gritos de un cachorro antes de morir son su más grande pesadilla y tormento, una imagen que no desea que nadie viva.

Rojo por todas partes, paredes, hogares y puertas, sus pies ahora pisaban una avenida de sangre. Su propia familia fue devastada, su padre y madre, quienes se veía se defendieron con valor también muertos.

Su instinto de alfa se lo dijo, quería vengar a los suyos.

Subió hasta las colinas, no importaba si era él solo, la ira, la tristeza y sed de venganza le invadían cada fibra de su pelaje. Salto hacia el comandante y…

... Sintió como una filosa lanza le atravesaba totalmente el pecho.

Para cuando sus pies volvieron a tocar la tierra, y después de haber masacrado con casi todos los humanos, retomó conciencia con millares de cuerpos humanos a su alrededor, en peor estado quizá que los de su gente.

El sentimiento de sentir como toda tu conciencia y tu cuerpo, se apagan totalmente, como sentir que tu corazón da el último latido y tu cerebro pierde noción, sucumbiendo todo al negro vacío momentáneo; para después volver a ser activado en una ola de adrenalina, que activa de golpe todos tus sentidos otra vez, despierta tu cabeza con una oleada de luz, sentir como tu corazón vuelve a latir y el palpitar retumba en tus oídos, y te reactiva en una gran bocanada de aire; eso, eso es revivir según Shirou.

Cuando despertó, encontró sus manos llenas de sangre, una masacre alrededor de él y el olor a muerte inundando el ambiente. Sabía en que se había convertido, Ginrou, un lobo plateado inmortal, con el peso de ser el último alfa dominante superviviente de Nirvasyl.

Un alfa dominante o alfa puro se nace cuando sus progenitores son ambos alfas; y él, era el último de su especie.

Ser eterno no tiene sentido ni propósito alguno, no sólo. Caminar al compás de las eras, ver imperios formarse y caer, ves estaciones llegar e irse, el atardecer y el anochecer para ti pierden sentido; al menos eso es lo que siente Shirou, el tiempo se congeló para el albino y nada tenía sentido.

Ahora era inmortal, y debía vivir condenado a una vida eterna donde todos sus conocidos morían y él seguía ahí, eterno.

Pero algo bien podía hacer, con su gran poder, proteger a los hombres bestia de los humanos, evitaría que la historia se repitiera. Enmendaría errores del pasado y así, buscaría remendar aquella inmortalidad que él considera condena, castigo.

El trabajo de salvador y héroe se le hacía monótono y al mismo tiempo su deber. Debía haber una manera de distraer su cabeza y conciencia, de aquellas pesadillas y noches de insomnio, donde se repetían las grotescas escenas de su juventud.

Debido a esas cosas, él dejó de sonreír, de expresarse más abiertamente como antes lo hacía, su chispa y calidez por vivir y apreciar su vida se apagaba lentamente quedando en una mínima llama; y en sus solitarias noches sucumbía a horribles pensamientos de culpa.

De todos los beastman posibles… ¿por qué él?

¿No hubiera sido mejor otra persona? El hubiera sido feliz con finalmente morir y al menos estar con sus padres, y no teniendo miedo interno por cerrar los ojos y vivir nuevamente esa tortuosa película que él llamaba pesadilla.

Al conocer a Bárbara Rose y a Kuro, ambos se volvieron una especie de razón, motivo, por el cual seguir adelante. Por ahora era temporal, pues el recuerda incontables caras envejecer y morir, mientras él se quedaba.

Anima City se había vuelto un hermoso paraíso y hogar para él, no por nada ayudó a fundarlo, esa ciudad es obra de su trabajo y esfuerzo, de muchos años. Se sentía orgulloso, finalmente algo comenzaba a valer la pena en esto de la inmortalidad.

Poco a poco a llama dentro de sí tenía razones por las cuales seguir y no extinguirse cada vez más valerosas.

Melissa y Gem, una pareja de betas que al conocerlo, lo vieron como un beastman que era más joven que ellos, algo serio, de pocas palabras, y con probablemente un feo pasado como cualquier beastman; pero no dudaron en ver por él y abrirle su corazón…

Eso a Shirou le recordaba a sus padres, que aunque alfas, eran cálidos y amorosos con él. Sabía que Melissa y Gem no estaban consientes de quien era el en realidad; a sus ojos era como un joven hijo, que a pesar de ser ya mayor, aun le faltaba mucho por vivir.

Aprovecharía esa paz interna momentánea, pero sabía, que donde ellos se fueran, dejarían sin dudar alguna un vacío en su corazón, y le dolería en realidad.

Ser un alfa puro en una ciudad como Anima City y además inmortal, realmente le daba ciertos problemas.

Su celo podría tardar años en llegarle, tal vez por su inmortalidad o por sus sentimientos atascados. Ya que las emociones fuertes afectan en los celos a los hombres bestia.

Anima City era un reino animal moderno, al ser solo de beastmen, se regían como solo ellos sabían. El más fuerte, el macho dominante, el alfa regia todo, son parte animal después de todo.

Alfa, beta y omega, esa clasificación está dentro de su instinto, dentro de lo que son. Y él al ser un alfa puro, podía intimidar, mandar y dominar con solo la voz a cualquiera; pero aunque alfas no hubieran muchos, él no era de esos que usara su voz y sus dotes de alfa para regir a cualquiera.

Él solo se dedicaba a cuidar Anima City de problemas mas fuertes e importantes que un grupo de alfas brutos.

Adoraba las noches estrelladas de Anima City, brillantes, majestuosas, solo como esa ciudad podría ofrecerle. Cientos de años, miles de pueblos, y nunca conoció un lugar con vista tan cautivadora como Anima City.

Estrellas que parecían diamantes blancos, tan brillantes, pulcros y en gran cantidad, luces de ciudad cuya luz embelesaba a los ojos, una oscuridad que en realidad poseía un tono azulado y una paz en la noche silenciosa que le hacía cerrar los ojos y decir.

No cambiaría esto por nada.

—Dónde, dónde, ¿dónde? –murmuraba el albino mirando hilos y fotografías.

—¿Otra vez con eso Ogami? –la voz de la alcaldesa le sacó de sus pensamientos–. Ya te lo dije, no hay de qué preocuparse o porque hacerla prioridad, además creí que dijiste que ya no podías olerla y el problema se acabó.

—El aroma volvió a mi –respondió el alfa volteando a verla.

La oji-rubí soltó un suspiro. En poco tiempo Ogami había creado un admirable muro de conspiración, todo para encontrar a una fémina humana, que ni siquiera era una mafiosa o sicaria mata beastmen hasta donde se sabía.

Se acercó al muro también. Notó como Ogami tenía marcados lugares cómo Rabbit Town, lugares cerca de el pero no dentro, cerca del muelle y como el lobo plateado tenía ya marcada una zona en especial.

Notó como conectaba las fotos de Gram Granma y Flip a aquella desconocida, y también como en un pequeño papel tenía escrito: “cachorro?” y también unido a ella.

—Te veo muy dedicado, pero me pregunto –habló la beta llamando su atención–. ¿Qué harás cuando la encuentres?

—Si mis sospechas son ciertas y tienen a un cachorro con ella, probablemente lo tenga de rehén, así que se lo quitaré, la sacaré de Anima City, la eliminare o la matare, lo que pase primero –respondió simple.

—¿Nunca te has puesto a pensar posibilidades más positivas que no rocen en la paranoia? No lo sé que no es tan mala y en realidad ese cachorro esta con ella porque quiere –intuyó.

—Imposible –devolvió caminando a su escritorio.

Soltó un suspiro pesado, definitivamente lidiar y convencer a un lobo inmortal como él era más que difícil.

—¿Sabes dónde esta la señorita Michiru? –preguntó nuevamente la alcaldesa.

—Salió al parque de Anima City, a dar una vuelta probablemente.

—Hola pequeño, ¿y tú cómo te llamas? –hablaba la Tanuki inclinándose a la altura del cachorro.

—Me llamo Haru, ¡y ella es mi mami _____! –señaló el cachorro a la mujer que se acercaba hacia ellos.

—Un placer Haru y señora, mi nombre es Michiru, un placer conocerlos.

Siempre he pensado que Shirou tiene estrés postraumático y síndrome del superviviente, debido a lo que nos platica el anime de su pasado y como se comporta ahora.

Quiero dedicar a personitas que me dedican biblias hermosas como -sweetwitch MonicaCarino9 Ayame_hatake890 y Ale7w7r234

Realmente millones de gracias por su apoyo. En especial -sweetwitch y __starsss se estan ganando un importante espacio en mi corazón.

Entiendan por favor que las cosas son complejas para mi, tengo mas de un fic y ellos esperan desde hace mas tiempo.

No puedo dedicarme solo a uno y dejar a los demás de lado, eso no se hace y es cruel.

Pero en fin, mil gracias por este apoyo. De verdad, nunca pensé que un fic llegara así de lejos, espero tener la misma suerte con mis demas fics, que no solo son de rayis si no también de otros ships.

Gracias a estas personitas que previamente mencioné les traigo estos Edits.

Por favor valorenlo mucho


Se despide

🖋️༆━━ Miss Writer
💋

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