— Te extrañaremos — Sara me abrazó con algo de fuerza a la misma vez que yo lo hice, cada uno me dió uno junto un pequeño beso en mi mejilla o en mi frente, aunque faltaba alguien.

— Mick está en su habitación — Asentí para mirar a Wally, él me dijo que me podía esperar, sonreí para ir corriendo a la habitación de aquel chico que se había convertido en más que un nuevo amigo.

Toqué la puerta varías veces y él no respondía, comenzaba a desesperarme porque ya me tenía que ir. Entonces no me importó en lo absoluto si anduviera en calzones, como si no lo conociera, y utilizando mis poderes abrí la puerta, entré y él me miró algo confundido o molesto con unos lentes en su rostro que se quitó de inmediato.

— Mick, ya me voy y vine a despedirme.

— Odio las despedidas, siempre terminan en muerte — me escupió con su voz impostada y algo traumada.

— Oye, prometo que yo no voy a morir, me queda mucho por vivir, tal vez cuando me gradúe te invite a mi primer trabajo enseñándole a niños hablar español — Sonreí emocionada.

— Odio a los niños — Genial, no podía faltar algo peor.

— En fin, nos veremos pronto, te invitaré a mi graduación y si no vas, vendré por ti — Él me miró sin ninguna expresión, yo metí las manos a los bolsillos de mi pantaló, di media vuelta dispuesta a irme porque Mick no iba a despedirse, entonces sentí su mano, giré y él tomó mi mejilla rápidamente.

— No podemos estar juntos, no pertenecemos estar juntos, pero jamás perdería una amistad contigo, simplemente no te vayas — Entendía a lo que se refería, ¿o tal vez no? Wally me había contado una historia con su compañero y mano derecha llamado Leonard Snart, me ponía triste pensar en aquello.

— Nos veremos.

Me acerqué a besar su mejilla lentamente, me separé y me alejé, todo haciéndolo despacio porque quería recordar todo con él. Llegué con Wally y tomé su mano agitando la mía que tenía libre para despedirme de los demás quienes Nate y Ray estaban llorando.

Solté una pequeña risa, me había sentido tan cómoda con ellos que no dudaría en volver a venir aquí una navidad, Wally me cargó y salimos disparados de ahí, corriendo por toda ciudad central, no iba a negar que me encantaba sentir la brisa de aire en mi rostro, pero a la vez no es genial sentirla por tan solo cinco segundos ¿o si? 

Cuando llegué a los laboratorios, cada uno tenía un rostro preocupado que lo taparon con uno de felicidad al verme de nuevo ahí.

— Amanda, qué gusto verte — Barry me abrazó por unos momentos, después Caitlin se acercó a mí.

— ¿Cómo te sientes?

— Pues se con estudios que mi depresión siempre estará aquí, pero por el momento me siento increíble— Le sonreí, ella asintió y después miré a los demás. Joe y Cecil se veían aterrados, Caitlin y Cisco también, yo me acerqué por inercia a aquel chico de cabellos largos que alguna vez llamé mi novio, Barry por otro lado negó y Harry salió detrás de él con una pizarra—. Oh Por Dios, ¡Harry! — Grité saliendo disparada a donde estaba él, quien me abrazó con algo de fuerza.

— Hola — Cerré mis ojos, pero sentía que algo no estaba bien —. Tenemos que hablar.

— Harry está perdiendo su inteligencia — Miré a Cisco—, en algún momento u otro comenzara a decir cosas sin sentido, después tendrá que aprender otra vez todo lo que sabe hasta el momento—. Mi rostro giró hacia él y tomé sus mejillas mordiéndome los labios para no llorar.

— Tranquilo, todo estará bien.

Me alejé y vi a Barry, él quería decir algo pero le parecía increíble e imposible, al menos es lo que podía presentir.

•••

No había forma alguna, ¿o si? No podía permitir que Barry hiciera tal cosa, ni siquiera Iris que esta vez estaba de acuerdo con ella en que no hiciera la estupidez que planearon, Harry era el vivo ejemplo, inclusive Ralph.

— No, no, no..., quiero lanzar cosas ¿lanzaré cosas? Sí, lanzaré cosas — Tomé una pluma que estaba en el escritorio, una voz sonó de espaldas a mi que al girar el objeto lanzado fue directo a esa persona—. Cielos, lo siento.

—  Se que merezco una muerte, pero tampoco quiero que sea con una pluma — Cisco caminó hacia mi con sus manos metidas en las bolsas de sus pantalones—. Háblame, qué pasa.

— Bueno, ¿por donde empiezo? Mi mejor amiga fue asesinada, mi hermana también, Ralph bueno, también, Harry va en progreso, tú me dejaste y Barry quiere hacerse matar, en realidad que no se que me pasa — Hablé demasiado rápido, lo sabia y el rostro de Cisco me lo decía.

— Bien, lo lamento — Le miré —, y se claramente que una disculpa no arreglará lo que hice, pero al menos espero que podamos ser amigos.

— Ser tu amiga ahora mismo Cisco, será muy difícil, no se si pueda confiar en que en realidad sí te quedarás como mi amigo y no te irás a reemplazarme.

— Bien, merezco eso.

— Pero — Hubo un silencio algo largo, tomé un suspiro —, tal vez podamos serlo en algún tiempo.

— Eso me parece bien, me conformo.

— Aparte, ¿supiste que me voy a graduar pronto?

— ¿Eso es posible? Digo, parece como que nunca fuiste a clases.

— Sí fui, simplemente que algunas solo eran trabajos, ir a entregarlos y listo— Me cruce de brazos dándole toda la atención al chico frente de mí, rayos, tengo tantas ganas de abrazarlo.

— Ralph estaría muy feliz de acompañarte y lo sabes — Mis ojos se inundaron de lágrimas al escuchar eso, quería aguantar la respiración, contener las ganas de llorar, pero fue imposible. Cerré mis ojos y cubrí mi rostro con mis manos, segundos después sentí una mano sobre mi cabello y un pecho frente de mí, ahí estaba él, me quería abrazar y lo iba a permitir.

— Me duele, Cisco — Dije, lanzándome por completo a él abrazándolo, sentía como acariciaba mi cabeza —. Me duele mucho, hubiera sido yo.

— No, linda, no digas eso...

— ¡Fue mi culpa! Hubiera estado con él — Parecía una niña pequeña donde le acaban de quitar su dulce preferido, soltaba suspiros pesados, el pecho me dolía y sentía que no iba a poder contener más mis piernas.

— Ey, tranquila. No fue tu culpa — Cuando sentí que iba a caer, él me sostuvo de mis brazos, no iba a contenerme el estar parada, por lo que me cargó y me escondí en su pecho.

Él no dijo nada, seguramente dejaría acalambrados sus brazos por estar en esa posición durante cierto tiempo, cuando solté mi último suspiro él entendió que debía bajarme lo cual hizo, limpié mi rostro y mis mocos, miré la camisa del chico y pase mi mano limpiando el área mojada.

— Lo siento, te manché de mis mocos.

— No importa.

Ambos no dijimos nada, admito que había sido el mejor abrazo de todo el mundo, volverlo a abrazar se había sentido bien, aunque no quitaba el hecho que lo iba a disculpar tan rápido.

Barry nos mandó a llamar así que llegamos directo al córtex, miré a todos quienes hablaban y faltaba aún alguien específico que alivianara el ambiente, pero no había nadie a disposición.

— Amanda y yo iremos, ustedes chicos se quedarán aquí.

— ¿Y eso por qué? Tú no puedes tomar las decisiones del equipo así porque si, Barry. Recuerda, tú no eres flash, nosotros sí — Ante esa frase, miré algo confundida a Iris y Barry, este mismo sonrió mientras me reía en mi cabeza ¿que babosadas son esas? Barry era el único flash ahí, que haya teñido poderes un capítulo no la hace "flash".

— Lo siento Iris, esta vez creo que sí me corresponde, no pondré en peligro a mis dos mejores amigos — Miro a los chicos —, Amanda y yo tenemos más resistencia, por eso la llevo conmigo.

— Bien, vayan ¡ya!— Barry se fue corriendo, yo iba a ir detrás de él, pero una mano sobre mi hombro me detuvo y un susurro en mi oído me hizo tener coraje—: no mueras.

Ignoré por completo el comentario súper informativo de Iris para salir de ahí detrás de Barry, puede que no tenga súper velocidad, pero puedo hacer lento el tiempo y hacer parecer que sí.

Barry me estaba esperando a las afueras del edificio, rasque mi nuca y lo miré con atención, su rostro estaba serio y no entendía por qué me esperaba haciendo muecas, hasta que cayó al suelo de rodillas. Mis ojos se abrieron de golpe mirando a Malcom con una estupida espada, el cual limpiaba.

— Oh, Barry...— Susurré levemente escuchándome solamente a mi misma —. ¿¡Qué quieres Malcom!?

— Ya extrañaba venir a visitarte — Mis manos se hicieron puño —. ¡Tranquila! Solo venia a saludar y pues, pregunto por tu hermana... ¡oh! Ella ya esta muerta.

— Te voy a matar con mis propias manos, Malcom.

— Que así sea — Gruñí, sentí como me iba elevando a los cielos alzando mis brazos, mis manos brillaban de un color morado llamativo, ahora mismo lo iba a matar.

— ¡Explosive, no!— El grito de Barry me hizo detenerme, bajando rápidamente mirando a mi amigo —. Nosotros no somos así — Jadeó tocando su costado.

— Pero quiero.

— No, no lo hagas..., hazlo por Ralph.

— Exactamente.

Ignoré a Barry llegando justo frente a Malcom, pero en ese momento mi cuerpo se había paralizado por completo, mi cabeza era la única parte que podía mover por completo, giré algo asustada a Barry, él estaba perdiendo mucha sangre y era algo bastante extraño por el hecho de que tiene poderes, es metahumano, se puede curar poco a poco por el mismo.

— ¿Cuando vas a aprender? No me puedes ganar — Él tomó mi cuello con fuerza, me alzó haciéndome sentir como iba perdiendo el aire—. ¿Últimas palabras, Speerling?

— N-no estoy so-sola — Jadeé y con un movimiento rápido pude ver como Malcom salía volando por los aires mientras me soltaba tocando mi cuello, acaficiandolo sintiéndolo incómodo.

— ¡Ey! ¿Estás bien?— Cisco apareció frente de mi con su traje y sus lentes, me levantó y yo me lancé en directo a él para abrazarlo con todas las fuerzas por unos segundos.

— Sí, gracias. Ve a ayudar a Barry, llévalo con Caitlin— Le dije, él parecía pensarlo bastante en tomar la decisión de dejarme sola con él—. Ve, Cisco — Sonreí, tomando sus mejillas —. No me agrada mucho la idea de que pueda morir, pero si lo hago, que haya valido la pena — Él asiente para irse corriendo y ayudar a Barry abriendo una brecha desapareciendo de ahí.

— He de admitir, Amanda. No te creía capaz de tener buenos amigos como esos, te creía más capaz de morir en mis manos a que tuvieras amigos.

— No me asustas, Malcom.

— Ni tu a mí, pero no vine a pelear — Solté una risa irónica—. Aparte de Barry, pero no lo hice para matarlo, vine a ayudarte — Yo no confiaba en sus palabras, dudo que alguien lo haga—. Te ayudaré a traer de vuelta a tu amigo Golf.

— Ralph.

— Ándale — Sonrió acercándose a mí de nuevo —. Te ayudaré a traerlo de vuelta, así estaríamos a mano por lo que me hiciste.

— ¿Qué? Yo no te hice nada a ti, tú mataste a mi hermana.

— Cierto, pero decir eso me hizo sonar como un verdadero villano, ¿no crees? En fin, ¿qué dices? ¿Aceptas? — Por más que lo odiaba, creo que él sí podría traer a Ralph de vuelta, anhelaba que lo hiciera, vamos, ¿quien no quisiera que trajeran de la muerte a ru mejor amigo?

— Hecho.

En ese momento no sabía si realmente era una estúpida, probablemente sí, pero ya comenzaba a retractarme.