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𝗗𝗶𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲²: 𝗙𝗮𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮 𝗣𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁𝗮

Hyunjin era el hijo menor de un matrimonio convencional. La familia perfecta, dos alfas que se habían enamorado y que siguieron la línea natural de la vida, teniendo dos cachorros.

Para la mayoría de personas que conocieran superficialmente a la familia, se podría escuchar que ellos eran el prototipo de familia que todos deberian seguir, era la familia perfecta; para Hyunjin era diferente.

No eran la familia perfecta, no cuando sus padres pasaban más tiempo en el trabajo que con ellos, no cuando siempre decidieron por ellos y jamás dejaron que los dos cachorros tuvieran un poco de autonomía en sus decisiones... En sus sueños, no cuando no sabían que era una muestra de cariño. No lo eran, para Hyunjin, sus padres eran completos desconocidos. En algún punto de su vida en quien se refugio fue en su hermana, eran ambos contra el mundo; no sabe cuándo todo cambio, ¿Cuando fue que su hermana decidió darle gusto a sus padres? ¿Dejándolo a él de lado?

No eran la familia perfecta y jamás lo serían. Pero, para sus padres era diferente; claro que lo eran y como tal debían mostrar ese rostro a los demás.

Ese dónde el cariño, la comprensión, el respeto eran las columnas que levantaban ese título de familia perfecta.

Hyunjin estaba harto, harto de la sonrisa hipócrita de su madre a sus tías o a sus amigas, harto de la supuesta superioridad de su padre, harto del papel de buena hija de su hermana.

Estaba harto, tal vez, por eso quiso llevarles la contraria en todo, si ellos decían negro él diría blanco. Así de simple, cuando supo que hasta su carrera ya había sido decidida por ellos supo que debía cambiarlo, supo que una vez más debía llevarles la contraria.

Sus padres querían que tanto él como su hermana estudiarán derecho; él hizo el examen a medicina. Sus padres querían que se casará con una alfa, que tuviera una carrera digna de presumir, que fuera sumisa y que supiera su lugar como mujer.

A él no le gustaban los o las alfas, jamás le llamaron la atención y cuando supo que ya tenían a la mejor mujer para tomar el puesto de su esposa decidió que era buen momento para presentar a su primer novia.

Una omega, sus padres estaban enfurecidos y decepcionados, pero, aceptaron. Al final de cuentas era mujer, estudiaba medicina y era más fácil de moldear al ser omega; pero, no era digna del apellido Hwang.

Así que buscaron otra opción como les gustaba decirlo; Ryujin, una amiga de Yeji.

Y una mierda. Hyunjin no se casaría con ella.

Empezaba a hartarse de los malditos discursos de su hermana, esos que terminaban en un "quiero lo mejor para ti" pero solo buscaba que la imagen de la familia resaltará más.

- Yeji ya te dije que no -hablo con fastidio sin dejar de mirar su celular.

- Hyunjin yo sé que tal vez esto es difícil para ti, pero deberías pensar un poco más en tu familia -la rubia hablo con seriedad -. Deja de ser tan egoísta.

¿Egoísta?

¿Él?

- ¿Ya terminaste? -la miro con enojo, la habitación comenzó a llenarse de los aromas de ambos, una lucha podría comenzar. El alfa se levantó de la cama abrió la puerta enojado -. Si es así, sal, tengo cosas que hacer.

La chica lo miro enojada, suspiro, nego con la cabeza y salió de la habitación enojada.

¿Egoísta?, Los únicos egoísta eran ellos, ni siquiera se habían puesto a pensar en él, en lo que sentía, en sus sueños y metas. En las personas que le gustaban, ¡Nada! Todo eso era invisible para su familia.

Las horas pasaron, Hyunjin había estado hablando con Lisa durante toda la tarde; no fue hasta que escucho la puesta ser tocada.

- Baja a comer -la voz de su madre.

Hyunjin suspiro y miro a la cámara de su computadora.

- Es mi madre, tengo que bajar a comer -suspiro con fuerza llevándose ambas manos a su rostro.

Lisa lo miro con tristeza, entendía lo estresado que estaba su mejor amigo, y no podía ir a ayudarlo.

- Lo siento mucho Jinnie -el rubio asintio -. Si quieres, mañana podemos salir a dónde tú quieras, ¿Te parece?

El alfa sonrió, Lisa era un amor de persona que siempre trataba de hacerlo sentir bien.

- O podríamos ir con Chris a ver a Lixie y de paso saludas a Minho -su voz se volvió coqueta y le guiño un ojo haciendolo reír.

- Obvio no -rio, aunque pensar en ese omega de carácter fuerte le hizo sentir bien, una sonrisa involuntaria salió de sus labios.

- ¡Ves! -la chica comenzó a reír -. Ve como te pones de solo pensarlo, mañana iremos. Ahora ve a comer.

Con unas palabras más, terminaron la videollamada que habían estado haciendo. Salió de su habitación bajando las escaleras, el olor a comida estaba por toda la casa, cuando llegó a la mesa se sentó en una de las sillas, sin esperar a su hermana o a su padre. Aunque minutos después se escucharon sus pasos bajando los escalones, la ama de llaves les sirvió a todos la comida.

Las comidas en "familia" siempre eran incómodas y silenciosas. Lo único que se escuchaba eran los cubiertos chocar con la cerámica de los platos, a veces sus padres hablaban entre ellos, Hyunjin no les ponía atención.

- ¿Cómo te va en la universidad, Hyunjin? -su padre hablo viéndolo con una ceja alzada.

- Bien -contesto con simpleza, sin mirarlo.

- ¿A ti Yeji? -

- Bien padre, algo difícil, pero todo en orden -el rubio quiso voltear los ojos ante la voz dulce de su hermana.

- Bien -el hombre se llevó un bocado a la boca -. Es bueno que hayas decidió esa carrera -un silencio -. Mínimo Hyunjin escogió una buena carrera y no se fue por idioteces.

El rubio apretó la mandíbula, no dijo nada. ¿Y que si hubiera escogido una carrera de artes?

¿Que habría pasado si de verdad hubiera escogido otra carrera?

- ¿Cuándo viene esa amiga tuya?, ¿Ryujin? -esta vez fue la voz de su madre.

- Cuando ustedes lo pidan, madre -

- Es una buena chica, a pesar de ser omega -rio encantada -. ¿No es así, Hyunjin?

Por primera vez en toda la comida, Hyunjin alzó la mirada asintiendo con una sonrisa falsa.

- ¿Cómo la viste tu, querido? -

- Es una exelente opción, para ser omega no es tan problemática; aunque podemos buscar más opciones Hyunjin -se tenso al escuchar su nombre.

¿Opciones?

¿Por qué hablaban de ella como si fuera un simple objeto que podía ser desechado y cambiado en cualquier momento?

- Te estoy hablando -la voz de su padre fue demandante -. ¡Contesta Hyunjin!

Estaba harto de toda esta mierda. Alzó la mirada y se enfrentó con la de su padre.

- Creo que es una idiotez que la trates como un objeto -hablo de forma dura -. Y no, no quiero casarme con ella.

- ¿Disculpa? -la mujer que se hacía llamar su madre preguntó.

- Que no me casaré ni con ella, ni con otra mujer -con una sonrisa los miro -. Así que háganse una idea de que eso no va a pasar.

- Hyunjin hemos sido pacientes contigo, hemos tratado de darte todo lo que quieres -la voz de la alfa mayor tenía un tinte furioso, sus ojos lo veían con decepción; como siempre lo veían. Todo en esa mesa -. ¿Con esto nos pagas?, ¡¿A nosotros, tu familia?!

Hyunjin comenzó a reírse ante las lágrimas falsas de su madre, Yeji lo miro sorprendida ante tal osadía. El alfa mayor lo miraba con enojo.

- Por favor madre, deja de llorar falsamente -los cubiertos habían sido dejados en la mesa -. Ya no me vas a manipular de esa forma.

La mujer se seco las lágrimas, lo vio enojada. Las feromonas comenzaron a salir por toda la habitación.

- ¡No me hables de esa forma, Hyunjin! -grito la mujer.

- Entonces deja de querer meterte en mi vida, todos en esta mesa -los miro a los tres -. Dejen de creer que es lo mejor para mí, ¡Porque no saben ni una mierda!

Había explotado, ya no podía seguir aguantando esto. Seguir aguantando a la familia perfecta, ya no quería hacerlo.

- ¡Eres un egoísta! -la mujer le grito con la voz quebrada -. ¡Siempre lo fuiste!, ¡Nosotros jamás te hemos importado!

- ¡¿Yo?! -se señaló a sí mismo - ¿Yo lo soy?, ¿Y que hay de ustedes?, ¿Acaso ustedes se han preguntado lo que yo quiero?, ¿Lo que a mí me gusta?, ¿Lo que yo quiero hacer con mi maldita vida? -los miraba con furia, con tristeza lo que tantos años se había guardado por fin salía -. ¿Yo lo soy?, ¿O son ustedes? Les adelanto su respuesta, ¡Ustedes son los únicos egoístas!, ¡Ustedes son unos terribles padres! ¡Ni siquiera ese papel pudieron lograr desempeñar! -sus ojos estaban rojos, las feromonas que desprendían eran fuertes, picosas, llenas de desagrado -. Son una mierda como padres.

- ¡Hyunjin! -el alfa rugió enojado.

El rubio lo miro desafiandolo, esperando cualquier movimiento.

- Eres la decepción de esta familia, ¿Lo sabes cierto? -lo sabía, sabía que era una decepción para él, que jamás le daría gusto con nada de lo que hiciera -. Primero tu maldita rebeldía en la escuela, que hayas escogido otra carrera sin nuestro permiso, y ahora ¿Omegas?, ¡¿Después que será?!

La palabra decepción era la única que su mente procesaba, como si de pequeños alfileres clavándose en su piel se tratara. Siempre lo fue, lo sabía, pero jamás había escuchado a su padre decirlo en voz alta.

Dolía.

- ¿Quieres otra razón más? -hablo de forma baja pero que sabía que lo escucharían -. Soy malditamente gay.

Su madre lo miro con los ojos abiertos, Yeji se llevó una mano a sus labios, y su padre... Su padre lo miro con los ojos rojos del coraje, así como su rostro pintado de ese mismo color.

- ¿Que mierda estás diciendo? -

- ¡Lo que escuchaste! -le sonrió con burla -. Y sabes tengo un excelente omega a mi lado.

Obviamente no era verdad, solo quería enojarlo más, porque si sería una decepción para su perfecta familia sería la mejor de ellas.

- ¡Minho es el omega más hermoso que he conocido! -siguio, la adrenalina que corría por sus venas no le dejaba pensar con claridad lo que estaba diciendo -. ¡Así que guardanse sus mierdas para ustedes, no voy a aguantar un día más en esta casa!

Se levantó realmente enojado, fue a su habitación y tomo la maleta que ya desde hace algunos días había hecho, tal vez esta era su excusa para irse de forma más rápida, sin pensarlo.

Tomo su mochila metió las pocas cosas que faltaban en la maleta y salió de la habitación con maleta en mano, al bajar las escaleras su madre lo vio que se dirigía a la puerta.

- ¡¿A dónde vas?! -preguntó la mujer acercándose a él.

- Me largo -abrio la puerta.

- ¿A dónde?, espera, hijo -quiso reír ante la palabra hijo, sonaba tan falso.

- Déjalo -la voz del alfa se escuchó, ambos se miraron a los ojos -. Deja que se vaya, veamos cuánto tiempo dura sin nosotros.

El rubio quiso reírse en su cara, decirle que jamás volvería a pisar esa casa. Sin embargo, no lo hizo, simplemente salió de la casa, tomo su celular, empezó a caminar por las calles con los audífonos puestos pensando que hacer. Fue a una cafetería que ya conocía bien, cuando se calmo un poco encendió su celular, sus manos temblaban, marco al primer contacto que se le ocurrió.

- ¿Dime? -la voz de su mejor amiga logro calmarlo un poquito más.

- Lisa -suspiro, su voz estaba temblorosa -. ¿Puedo quedarme en tu departamento? Por favor.

La alfa supo que su amigo estaba mal por el tono de su voz, empezó a preocuparse por él.

- Claro, ¿Dónde estás? -

Si hay algún error no duden en decirme :3

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