Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

────────────────────────
La verdad tras la sangre.
Omnisciente.
────────────────────────
Año 850
Horas después del secuestro de
Eren, Historia y Gianna.
────────────────────────

Eren se removía. Estaba soñoliento y sentía la pesadez en todo su cuerpo, el cual notó retenido. Asustado abrió sus ojos grandemente, viendo como sus manos yacían atadas en cadenas como sus pies. Desistió de moverse mientras veía su alrededor, estaba en un lugar que no había conocido, pero que sentía el haber estado ahí. Era confuso, una nube gris cegaba sus recuerdos. El lugar era cristalino, sus columnas eran altas y con púas, aunque algunas levantaban el terreno. Estaba confundido, lo último que recordaba era oír los gritos de sus amigos exclamando su nombre y luego de eso, la pesadez invadió tanto sus párpados que quedó dormido. Aunque venían imágenes a su mente donde Historia abrazaba a un hombre desconocido, el cual aclamaba como su padre. Eren lo entendía, de a poco, pero lograba entender en la posición que se encontraba. Y lo más tonto que pensó fue, en los azulados ojos de Gianna. Su boca estaba en una mordaza, la saliva pasaba por su lado. ¿Por qué en una situación tan tensa cómo está pensaría en la chica que le gustaba? Su estómago se volvió una feroz jaula de mariposas que calmaban su miedo, como si se refugiara en lo que ella le hacía sentir para sentirse seguro.

Lo que Eren no sabía es que arriba de esos cimientos, donde su entrada yacía en el sótano de una vieja iglesia, se encontraba Gianna. La sensación de sentirla cerca, no era por un sentimiento, si no por el fuerte vínculo que tenían. Gianna tenía sus ojos vendados, ella no se movía, pues sus brazos estaban retenidos hacia arriba, amarrados en una soga que rasgaba su piel. La joven de cabello rubio alargado mantenía la calma, su respiración era neutral mientras intentaba de desvanecer en su mente el dolor que habitaba en su brazo derecho. Llevaba de pie muchas horas, aunque la mitad inconsciente. Estaba exhausta, quería sentarse y desenvolver esas sogas que retenían sus brazos, mientras que la oscuridad la abrazaba por completo, era observada por el mismo diablo que la trajo hasta ahí. Él estiró una silla de madera la cual colocó frente a Gianna, se sentó de una manera tab clásica que parecía burlarse de la situación. Ella tenía el cabello suelto y de sus fosas nasales sobresalía sangre, aunque ya estaba secándose, habían aún gotas manchando la madera del suelo cubierta de polvo.

—Bien, hora de despertar.—indicó Kenny cuando le desprendió bruscamente el vendaje a Gianna, quien se quedó cabizbaja, con sumo exhausto.—¿Cómoda?—le preguntó, para así ver cómo Gianna miraba todo a su alrededor, confusa.

—¿Dónde estamos?—cuestiono ella con una reacia voz, mirándolo detenidamente.

—No muy cerca para que puedas usar eso.—respondió Kenny, señalando en la pared el equipo de maniobras tridimensionales.

—No lo preguntaré otra vez.—expresó ella, mostrando la pesadez en sus ojos, cansada.

—Estamos en una vieja iglesia, encima de un montón de cimientos, donde están tus amigos.—esclareció Kenny, viendo a Gianna sorprendida.

—No te conviene traerme aquí. Lo has hecho por alguna razón.—indicó Gianna, bastante segura.

—Eres un cebo.—respondió Kenny, mientras yacía sentado en la silla de madera.—Te he traído aquí para que ese enano baje sus armas.—añadió.—Además, necesitábamos una distracción para el niño titánico.—expresó, dejándola impotente.

—¿Distracción?—le preguntó ella, retenida en aquella pared.

—El señor Reiss es algo imprudente, pero de seguro te dejará viva a diferencia del muchacho.—comentaba Kenny, atemorizando a Gianna quien reconoció aquel apellido; Historia estaba vinculada, por eso el secuestro, aquel hombre quería algo.—Es un descendiente de la sangre real, de hecho es la verdadera línea que debería estar en la realeza ahora mismo.—añadía.

—Desconozco de esos rumores, no soy una metiche, tampoco me importa la realeza.—masculló Gianna, evadiendo el tema.—¿Dónde están?—le preguntó, de manera intensa.

—Ya te lo he dicho. Estamos encima de ellos.—recitó Kenny, tan sereno.—Pronto nos llamarán para el espectáculo, la dulce chica se convertirá en titán para recuperar el poder fundador que el doctor Jaeger le robó a los Reiss, él mismo que le fragmentó a su hijo.—Gianna abrió los ojos grandemente, soltando una bocanada de aire.

—¿Van a devorarlo?—se preguntó, tan desconcertada y sin fuerza, estaba atemorizada.

—Ya, ya. Mucho drama.—esbozó Kenny, acomodándose en la silla para así Gianna levantar su pierna y bruscamente golpear la pata de madera que se quebró, haciendo que Kenny cayera al suelo riéndose de manera burlona.

—Es un error dejarme viva.—indicó Gianna cuando Kenny se levantó, acercándose a ella.—Te voy a cazar, como un animal.—masculló.

—Diablos, eres su maldita hija.—afirmó, dejando a Gianna tensa y desconcertada.—Eres hija del maldito enano Ackerman.—recitó para Gianna memorizar aquel familiar apellido, significaba que Levi estaba entrelazado con Mikasa.

—No soy una Ackerman.—musito ella, mirando a Kenny quien asentía de manera sarcástica.

—Estoy demente, posiblemente, pero no tengo mala memoria.—aclaró él, para así levantar el tapiz que estaban pisando.—Ya vuelvo. Pórtate bien.—pidió él, abriendo una compuerta la cual llevaba al fondo de un sótano.

—No. No puedo perderlo.—afirmó Gianna, levantando la mirada para ver a varios hombres fuera de la iglesia, ella estaba acorralada.

Si removía demás sus manos ocasionaría ruido y eso podría alertar a los que aún vigilaban, así que de manera sumisa Gianna estiraba su pierna para retener parte de la silla. El estirarse ocasionaba que las sogas apretaran más sus músculos, el brazo derecho empezaba a derivar el dolor punzante de su lesión. Ella apretó sus dientes para cohibir el gemido, logrando acercar la silla quebrada y treparse de manera sigilosa. Gianna obtuvo altura para empezar a morder el lazo donde las sogas la retenían. Los mordió con fuerza hasta desprender su brazo derecho, llevó su mano rápidamente hasta el izquierdo y soltó las sogas. Aún así quedaron marcadas en sus brazos, mostrando cómo empezaba a rasgar su piel. Se bajo de la silla cuidadosamente para ir hacia la pared y ocultarse de las ventanas, sacó de su equipo de maniobras tridimensionales las hojas que habitaban intactas ahí. Si nadie vendría ayudar, ella se encargaría de limpiar la zona. Con su cabello suelto se asomó a la salida de la iglesia, donde los hombres veían el cielo y sostenían su arma, Gianna manchó el verdoso césped de sus sangres después que unas fuertes detonaciones hicieran que Eren bajo los cimientos mirara curiosos puntos fijos.

—Eren, despertaste. Por favor resiste un poco más, todo estará bien.—Eren observó a Historia, quien caminaba hacia él con una bata blanca, Eren estaba en la cima de una colina endurecida.—Eren escúchame, mi padre siempre ha sido aliado de la humanidad. Él es el último apoyo que queda aquí dentro de las murallas, lo que está pasando no es más que un mal entendido. Es verdad que él se interpuso entre la legión y sus hombres mataron al pastor Nick, pero mi pobre padre no tuvo otra opción. Todas las acciones que cometió fueron por el bien de la humanidad.—explicó ella, hasta que Eren miró atrás suyo como aquel hombre se presentaba, arrastrando a la joven de cabello rubio.

—Historia, a partir de aquí seguiré con la explicación.—indicó Rod Reiss, lanzando al suelo a una inconsciente Gianna quien sangraba por la nariz con su ropa llena de sangre.

—¿¡Gianna!?—exclamó Historia, intentando de acercarse a ella, Rod se lo prohibió, pero la furia de Eren desató a través de la mordaza cuando visualizó a Gianna inmóvil.

—Supuse que así podríamos mantener a Eren atento. Como contaste Historia, esta chica parece ser importante para él, pues mato a varios hombres con tal de encontrarlo.—expresó Rod, mirando a Gianna inconsciente en el suelo; había peleado tanto que sus fuerzas se fueron.

—Acabo de recordarlo, estoy seguro, el último recuerdo que tengo fue ver a esos dos. ¿Cuanto tiempo ha pasado?—se preguntaba Eren, mirando a Gianna, mientras que Rod y Historia caminaban hacia él subiendo unos escalones. Armin, Capitán... ¿qué ocurrió con la legión de exploración? ¿Y estas columnas de que son? No sé si es de día o de noche.—se cuestionaba, confundido.—No, espera un momento. Creo que yo... yo he estado aquí.—afirmaba para sí mismo.

—¿Qué sucede? Se que es la primera vez que estás en este sitio. Pero, es normal que te resulte familiar.—comentaba Rod, mirándole.

—¿Qué quiso decir con eso?—se preguntó Eren.—Gianna, necesito sacarla de aquí.—pensó, mirando que Gianna no se movía para nada.

—Papá, antes explícale a Eren.—pidió Historia en cuanto Rod fue a estirar su mano hacia Eren.

—Por supuesto, eso pretendo hacer, pero antes de eso me gustaría hacer una prueba con él.—indicó el hombre, viendo a Eren de espalda.—Creo que si hacemos esto, él podrá recuperar sus recuerdos.—musitó para acercar su mano y la de Historia, plasmándolas con la piel de Eren.

La sensación del tacto de ambos en su espalda fue como un fuerte escalofrío que erizo toda su piel. Eren podía ver la reproducción de imágenes aleatorias mortificando su cabeza como una migraña. Cada una de ellas fueron recorridas ante él, llenándolo de confusión. ¿Qué demonios era eso? Eren nunca antes lo había visto, no dejaba de preguntarse a quien pertenecían esos recuerdos y porque veía a una familia establecida en este lugar, conjunto una hermosa joven mordiendo su muñeca hasta palidecer en su poder titánico. Sangre, salpicaba la sangre como si Eren mismo lo hubiese provocado, mientras que una iglesia quemada se presentó, juro ver al teniente Keith Shadis en una de las imágenes, hasta que se deterioraron para ver la llave que Eren guardaba consigo después de que el muro María cayó. Cada uno de esos recuerdos lo hicieron atormentarse, atormentarse tanto hasta perderse desconcertado cuando vio su propia imagen de niño convertirse en un titán hasta ver las manos de su padre querer detenerlo cuando lo devoró. Y ahí fue, Eren lo entendió ante la morbosa imagen del desmembrado cuerpo de su padre y los anteojos que sostenía de él.

—¿Y bien? ¿Lograste recordar el pecado de tu padre?—le preguntó Rod, para ver a Eren aturdido y como Historia sollozo a su lado.—¿Qué pasa? ¿Estás bien Historia?—pregunto.

—¿Por qué? ¿Como pude olvidar a alguien tan importante?—se preguntó ella, detallando a una joven que vio en los recuerdos de Eren.

—¿Sígnica que tú conociste a Frieda?—se preguntó Rod, explicándole a ella la razón por la cual no podía recordar a su media hermana.

—¿Frieda borró mis memorias?—cuestionó Historia, mientras que Eren continuaba cabizbajo y aturdido, fue un balde de agua fría.

—Exactamente, supongo que al tener contacto con este muchacho lograron restaurarse tus recuerdos.—explicó Rod, frío ante su hija.

—Papá quiero saber dónde está mi hermana, quisiera agradecerle por todo.—esbozaba Historia con suma felicidad, los recuerdos la habían llenado de luz y amor por todo lo alto.

—Frieda ya no se encuentra más en este mundo.—indicó Rod para abrazar fuertemente a su hija.—Además de ti, tuve otros cinco hijos. Pero mi amada esposa, incluyendo a mis cinco hijos y Frieda, fueron víctimas aquí hace cinco años. Los mato el padre de este muchacho, Grisha Jaeger.—dijo, frío.—Grisha fue un hombre que también poseía el poder. Nunca pude saber quien era ese tipo en realidad, pero su objetivo era robar el poder de la familia Reiss. Lo que Grisha quería obtener era, el poder que tenía Frieda, la habilidad que poseía su titán. Frieda poseía un titán superior al resto de los demás, su poder era inigualable a cualquier otro titán. Pero, ella no tenía la suficiente experiencia para utilizar todo su poder, y antes de poder liberar todo su potencial, fue devorada por Grisha. Por lo que termino quedándose con su habilidad.—decía.

No basto en que lo detallara delante de Eren, porque aunque Historia oyera abatida, Eren yacía aturdido y reviviendo cada una de las imágenes. La masacre empezó con los hijos varones, culminando con los demás que habitaban ahí. Todo le dolía, cada parte de sus emociones le daba en el pecho de una manera tan solida hasta quemarlo. Eren ardía, ardía de dolor y de vergüenza, de pena y tristeza. Una familia fue aplastada por la mano de su padre y Eren sintió como si hubiese sido él, como si él mismo lo hubiera impulsado hacerlo. ¿Acaso significaba algo? Eren no lo sabía, pero sus ojos verdosos azulados sólo repetían la imagen de la sangre salpicando en el suelo cristalino, la sangre de los pequeños que intentaron huir del monstruo de su querido padre a quien devoró para adquirir ese maldito poder que lo llenaba de tanta ira hasta hacerlo desvanecer. Eren mantuvo su cabeza baja, la impotencia lo sometió a ver las imágenes sin fin para así oír los pasos de un hombre de sombrero que se acercaba con una risa burlona, interrumpiendo el disgusto de Historia por los actos de Grisha Jaeger.

—Oigan, oigan, oigan. ¿Por qué ambos están practicando tan plácidamente? Afuera tenemos bastantes problemas, señor.—indicó Kenny.

—Hola Kenny. Explícame la situación.—pidió Rod, mientras que Kenny se acercaba a Gianna, examinándola con una risa burlona.

—Bueno, la legión de exploración dio un golpe de estado y las demás unidades se les unieron. Ya saben que el rey de la capital era falso y arrestaron a todos los que estaban a cargo. Estamos en la peor situación de todas.—contó, inclinando ante la joven de cabello rubio.—Que lleguen hasta aquí solo es cuestión de tiempo, así que hagan lo que tengan que hacer.—expresó.

—Comprendo perfectamente, su escuadrón con el equipo de maniobras anti personas defenderán la entrada de la capilla.—pidió Rod.—O al menos los que esta niña no logró inmovilizar.—musitó con sarcasmo para ver a Gianna.

—Es una animal, ¿no?—se preguntó Kenny, tocando el rostro de Gianna para así levantarla y colocar su cuerpo en el hombro de este, sosteniéndole sus piernas; Eren abrió sus ojos, pues podía notar que Gianna no traía su equipo de maniobras tridimensionales.

—¡Mhm!—esbozó a través de la mordaza, viendo con horror a Kenny.

—Tranquilo galán, la llevaré a un lugar seguro. No quiero que se traume cuando devoren a su amor.—dijo Kenny, haciendo que Eren se confundiera en lo absoluto.

—Kenny, recuerda que les pedí que se mantuvieran alejados mientras iniciaba la ceremonia.—expresó Rod, mirando a Kenny.

—¿Qué ocurre su majestad? ¿Se molestó conmigo?—le preguntó Kenny sarcástico.—Bien lo lamento, es solo que me preocupo demasiado.—masculló ante la seriedad de Rod.

—Escucha Kenny, tengo plena confianza en ti y en tus hombres. Ahora ve.—le pidió.

—También confió en usted, su majestad.—afirmó Kenny, girándose para llevarse el cuerpo de Gianna.

—Papá, ¿a donde se la lleva?—le preguntó Historia a Rod, a quien miró detenidamente.—No quiero que le hagan daño.—pidió ella.

—Kenny no le hará daño. Esa niña es un Ackerman.—contó, haciendo que Eren abriera sus ojos grandemente al igual que Historia.

—¿Una Ackerman?—se preguntó Historia, desconcertada para ver a Rod alejarse.

—Es hija del capitán de la legión de exploración.—añadió él de una manera fría, para hacer que tanto Historia como Eren se quedaran perplejos.

Eren levantó la cabeza para mirar a Kenny de espalda, y como Gianna continuó inconsciente en el hombro de aquel hombre tan bufón. Tenía miedo, tanto por lo que había visto, como por lo que podía suceder. Si la legión había dado un golpe de estado, significaba que pronto llegarían hasta él, pero temía que algo malo le pasara a Gianna y Eren lo entendía más que nadie, realmente la quería con cada latido de su corazón que parecía escapársele en los suspiros que provocaba cuando la veía. Verla así, tirada en el suelo e inconsciente, con su ropa ensangrentada lo hizo sentir una horrible impotencia. Tenía que levantarse, o al menos intentar escapar de aquí, pero con ese amargo sentimiento de culpa que había en él, lo hacía permanecer arrodillado ante estas personas. La claridad era más evidente en este altura, el hecho de entender la ausencia de su padre no lo hacía entender la razón por la cual hizo eso, pero mientras pensaba, solo intento enfocarse en una cosa. El corazón de Eren palpitaba rápidamente, pero había algo que él no podía preguntarse, porque no lo sabía. Aunque a su diferencia Gianna sí podría, ¿por qué una joven que proviene más allá de los muros podría ser hija del capitán de la legión?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro