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Había comenzado la clase de Yuba, las siempre y los Nuncas juntos, por suerte no hubo peleas, solo algunas miradas.
— Aggie, Vi, qué bueno es verlas, ¿quiénes son sus amiguitas? - preguntó Sophie, señalando a Alex y Mich
— Ellas son Michelle y Alexandra - respondí
— Mucho gusto, tú debes de ser Sophie, nos hablaron mucho de ti - saludo amablemente Alex
— Sí, por supuesto, prontos serán mis nuevas amigas y compañeras - dijo con un tono "dulce", para luego voltear a vernos - que bueno que tengan amigas, pero Aggie y Vi en algún momento tendrán que volver a su escuela asique aprovechen su tiempo juntas, si me disculpan, tengo que hablar con ellas.
En ese momento nos agarró a las dos desprevenidas y nos alejó un poco del grupo.
— ¿Qué les dijo Tedros sobre mi carta?
— La verdad no nos dijo nada - contestó Agatha
— Tal vez solo se impresionó demasiado - susurro Sophie — Sophie, sabes que tenemos que ir a ver al director, ¿no? — Si lo sé, si quieren, vamos hoy día
— Entonces nos vemos en el puente, ayer me levanté en la noche y vi al director entrando a su torre por unas escaleras que estaban por el puente
— Entonces nos encontramos ahí en la noche – agregué
Después de eso cada una se fue por su camino, Sophie fue siguiendo a Tedros "disimuladamente" mientras que Agatha fue con Kiko, era muy agradable y yo fui con Mich, Alex y Jackson.
— Sin ofender, pero tu amiga no es muy amable - comentó Mich
— Creo que solo se expresó mal, sucede seguido
Estábamos hablando cuando vimos a un Nunca que se había quedado atrapado con las rosas mordedoras.
— Hay, por favor, ¿por qué me sucede a mí? - chilló
— Tal vez necesites un poco de ayuda - dije acercándome a ayudar
— Gracias - contesto de mala gana mientras acariciaba a la rosa, haciendo que lo soltara - al parecer no todos los siempre son unos egoístas presumidos
— Bueno, mucho de ellos no son así, mi nombre es Violet, por cierto, y ¿el tuyo?
— Me llamo Hort - contestó de mala gana
— Es un nombre extraño, aunque único
— Si bueno. Asique tú eres la amiga de Sophie.
— Sí, somos amigas desde hace algunos años y ¿ella es tu amiga?
— No exactamente, pero hablé con ella algunas veces, no parece una Nunca
En ese momento llegaron Alex y Mich
— Vivi, ¿quién es tu amigo?
Quise contestar, pero alguien hablo antes.
— Soy Hort - contesto mientras lo miré atónita, pensé que solo éramos "conocidos" - no creo que solo seamos conocidos, después de que me hallas ayudado - me susurro, pareciendo haberme leído la mente
— Asique un Nunca haciéndose amigo de una Siempre, un caso muy raro, aunque desde su llegada nada parece que fuera como antes. — dijo Jackson con desconfianza - por cierto, soy Jackson
— Yo soy Alex
— Mich
— Un gusto, supongo
— Asique eres un Nunca, ¿por qué nos hablas? - pregunto Jackson a lo que lo miramos mal - ¿qué?, no están común
— Solo quería hablar, no veo un problema con eso - contestó Hort de mala gana
— Y no lo hay - respondió Mich dándole un golpe (suave) a Jackson
— Saben que, en vez de tener esta linda conversación, es mejor que le prestemos atención a Yuba, a menos que queramos reprobar - agregué para que todos prestemos atención, aunque debes en cuando habla un poco con Hort, era divertido.
— Gracias por acompañar a este humilde servidor - dijo Hort mientras actuaba como si fuera un admirador o sirviente
— De nada, aunque ya se puede retirar - agregué fingiendo a lo que los dos nos reímos
— Esto será un hasta luego, querida - dijo mientras se reía y seguía algunos Nuncas.
— Hasta luego, Hort
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Pasaron las horas, Aggie, Soph y yo nos encontramos en el puente.
— Asique... ¿Por qué tanto apuro?
— Algo te está buscando – comenté
— Okay, terminemos con esto - dijo Agatha para después subirse al muro del puente, muy cerca del borde
— Aggie, ¡no! - grité viendo que se podía caer
— ¡No vale la pena! - exclamó Sophie
En ese momento Agatha piso los escalones invisibles que estaban cubiertos por niebla.
— Vengan
El plan era simple. Encontrar al rector y pedirle que las llevara de vuelta a casa. Solamente había un problema.
— ¿Cómo se supone que entremos? - pregunto Soph al darse cuenta de que la puerta estaba cerrada y sin poder abrirse
— El rector subió aquí, yo lo vi - dijo Agatha
— ¡Oiga! ¡Ábranos! - grito Sophie
— Capaz hay un acertijo o algo así - comenté, eso pasaba en los cuentos, ¿no?
— Por supuesto. Ahora estamos encerradas - refunfuño Sophie
A sus espaldas, las puertas se abrieron por arte de magia.
¿Estarían preparadas para lo que les esperaba en las sombras? Agatha llamo en la oscuridad...
— ¿Hola? - pregunto Aggie
Pero no hubo ninguna respuesta.
— Ustedes también la oyen, ¿no? - pregunté (a menos que me haya vuelto loca), por suerte las Aggie y Soph asintieron.
— ¿Quién es?
Sophie descubrió los libreros cubrían las paredes, llenos de historias de todos los rincones del mundo.
— Es como en un libro - susurre
— Oye, te estamos escuchando, narrar, desquiciada. Si quieres asustarnos, pues no lo estás logrando
Las chicas oyeron que algo rascaba en las sombras, y avanzaron cautelosamente hacia el ruido.
— Tiene que ser una broma - se burló Sophie - ¿Es solo una pluma tonta?
Había un libro, un libro gigante, nunca había visto algo así. Y estaban escribiendo una historia, espera. Estaban escribiendo, ¿de ellas?
— ¿Todo esto por una vil pluma?
— ¡Espera!
— ¡Sophie! ¡No te acerques mucho! No creo que sea una buena idea - la alerte al ver que parecía intentar tocarla, pero la pluma se había acercado muy cerca de su ojo.
— Ningún estudiante había entrado a mi torre.
— Detrás de nosotras estaba el rector - Sabía que eran especiales. La Autora empezó a escribir su historia desde antes que llegaran. Por eso estoy tan confundido de por qué quieren irse.
— Ellas quieren irse, yo no. — comento Sophie apresuradamente
— Sophie - murmuré
— Entiende que tengo que sacarte de aquí, por tu bien - agrego Aggie
— Señoritas, les aseguro que están perfectamente a salvo aquí - insistió el rector - Nosotros protegemos a nuestros lectores.
— ¿Ah sí? ¿Y qué hay de la torre de sangre que estaba obsesionada con Sophie? - cuestiono Agatha de forma desafiante
— ¿Y de Gregor? - si no salvaron a los que eran de ese mundo, que les esperaba a ellas.
— Mis amigas, hay tantos espíritus perdidos y hechizos personalizó que ni yo llevo la cuenta, sin embargo, acerca de su amigo, fue un desafortunado accidente y el castigo era parte de la disciplina.
— Pero eso solo pondría en riesgo a los estudiantes, corren peligro.
— Y por desgracia, no podemos languidecer aquí mientras nos entrenan para estar en un estúpido cuento de hadas.
— Nuestros egresados viven eventos muy reales que cambian al mundo y que se vuelven las historias que lo cambian todo.
— Espere, ¿está diciendo que Blancanieves, la Cenicienta, Jack y las habichuelas y Bella han sido reales? - pregunte incrédula, pero con emoción, luego voltee a ver cómo me miraban Aggie y Soph, con una mirada de reproche - lo siento, no es el momento
— Bueno, ellos son tan reales como Hércules, Simbad, el Cid y todos los demás que han luchado contra las fuerzas del mal. Aquí les enseñamos a cumplir sus destinos.
— Y eso quiero aprender, pero me puso en la escuela incorrecta. Debería estar en la del Bien. Se equivocó.
— Bueno, puede que sí, no obstante, tendrás que demostrarlo.
— ¿Por qué? Sí fue su error
— Porque una vez que algo fue escrito por la Autora, solo ella puede cambiar su curso a menos que escriba el final.
— Qué ridiculez
— Y por consecuencia, tendrán que pelear entre ustedes, ya que están en bandos contrarios, ¿no creen?
— ¡Pero no queremos pelear! - dijo Sophie
— ¡Estamos del mismo lado! - aseguró Aggie
— ¡Somos amigas! - insistí, tomando a mis amigas de la mano
— Bueno, eso cambian las cosas, entonces tendrán que cambiar la opinión de la Autora. Aunque unas princesas y una bruja jamás pueden ser amigas - Lo último lo susurro, pero logre escucharlo.
— ¿Cómo haremos que cambie de opinión? - pregunté, no es que uno todos los días vaya a cambiar la opinión de una pluma
— Si es que tiene una - agregó sarcásticamente Aggie
— Oh, claro que la tiene. ¿Y solo hay una manera, ¡qué es lo único que el mal no puede tener y que el bien no puede prescindir?
— Ah, ya sé, modales - contestó Sophie rápidamente - Un castillo. Un buen cabello. Un corcel.
— Amor verdadero - dijimos Agatha y yo al mismo tiempo
— Que tradicionalmente se manifiesta con un beso - estableció la Autora
— Está diciendo... no puedo creer que voy a decir esto. ¿Que si Sophie besa a su amor verdadero le demostraría a doña pluma, que usted se equivocó?
— Si alguien de la Escuela del Mal se ganara un beso de amor verdadero, lo cambiaría todo.
— ¿Me quedaría y cambiaria de escuela?
— Sophie - se inquietó Agatha
— Aggie, Vi. Esto es lo que siempre he querido. No puedo volver a Gavaldon, ni a mi vieja vida. Ya no tendré esta oportunidad.
— ¿Y nosotras? - murmuré con un tono triste, entendía que era su sueño, pero, era nuestra amiga...
— Por favor, déjenme hacer esto
Miré a Agatha y asentí con la cabeza.
— Lo voy a pensar - dijo Aggie
— Excelente. Bueno, más vale que alguien encuentre a un príncipe a quien besar.
— Pero recuerden queridas lectoras, todos los besos tienen un precio que pagar.
— Pero ¿qué significa? - pregunto Agatha
Ante eso, una luz la cegó al trío de amigas y cayeron al vacío, como cuando Soph quiso cambiar de escuela.
Desperté y estaba en mi cama. Ahora la misión era encontrarle un príncipe a Sophie
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Hola, en realidad este capítulo iba a ser dividido en dos parte pero decidí hacerlo largo.
No lo voy a poder publicar el miércoles por temas de estudio, pero aquí ya lo voy subiendo :D
Este es el ultimo capítulo del acto uno, ya empezaremos con el acto dos, siii.
No se olviden de apoyar por favor (al ponerle estrellita y comentar jsjsjs) y de tomar agua <3
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