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012

El pecado es tentativo, las cosas malas y que traen consecuencias a lo largo también lo son.

Entonces ¿Por qué a los seres humanos les gustaba tanto?

Quizás la tentación. Quizás la adrenalina.

Fuera lo que fuera, tenía a Jungkook y a Taehyung besándose como locos hambrientos.

Como si necesitaran esto con toda su alma, como si lo quisieran desde siempre.

No había cordura ni pensamientos.

Lo único que había eran las ganas prominentes del otro.

Taehyung sostenía las caderas de Jungkook con fuerza mientras el otro lo sostenía por su nuca, los chasquidos de sus labios al unirse eran lo único que se escuchaba en la habitación.

Los besos empezaron a bajar de sus labios a su mandíbula y terminaron en el cuello del menor.

Jungkook se sentía en la mismísima gloria y Taehyung estaba siendo completamente irracional, más aún cuando sus manos bajaron a esos muslos que tanto le gustaban, su piel era bastante suave y lechosa.

Mmm~

Fue ese sonido el que golpeó a Taehyung con la realidad, estaba comiéndole la boca al hijo de su novia.

Se separó del cuello del menor dándose cuenta de que había dejado marcas por las succiones.

Ambos se miraron.

Con mucho que decir y con pocas ganas de hacerlo.

Entonces cuando Jungkook le sonrió Taehyung supo que ya había caído hasta la médula por Jungkook y que por más que lo intentará no podría solo dejarlo.

Jungkook tomo el valor y la osadía de acercarlo con ferocidad a su boca nuevamente.

Ambos gimieron por el contacto de sus labios necesitados.

Taehyung cargó a Jungkook haciendolo enrollar sus piernas en su cintura, mientras él lo sostenía por los muslos y lo llevo a la cama.

Recostándolo con delicadeza, su mano subió de su muslo a la cintura del menor, Jungkook tenía una linda y contorneada cintura.

Posicionado en medio de sus piernas, empezó a besar su cuello nuevamente, el rubio tenía un olor dulce, como a vainilla pero al mismo tiempo sofisticado, como todo su ser.

Jungkook arqueaba su espalda cada vez que Taehyung pasaba la lengua por la sensible piel de su cuello, mientras que sus manos lo tocaban con delicadeza sintiendo cada fibra de su piel.

Jungkook era como un delicado tesoro para Taehyung, su piel era hermosa y sus reacciones al tacto del mayor eran demasiado excitantes.

Cuando la mano de Taehyung subió a uno de los pezones del menor pellizcándolo, la mano de Jungkook fue al miembro erecto de Taehyung presionándolo por encima de la ropa.

—Oh Jungkook~...

La cabeza de Taehyung cayó hacia atrás cerrando los ojos con fuerza, estaba demasiado sensible y tener al dueño de sus pajas ahí mismo debajo de él, lo prendía demasiado.

Jungkook aprovechó la distracción del mayor para quitarle el cinturón del pantalón.

Taehyung sabia perfectamente que iba a pasar y mentiría si dijera que no quería, de solo recordar a Jungkook chupando aquel dildo sentía su miembro palpitar y al mismo tiempo doler por lo duro que estaba.

Bajo su mirada encontrándola con la del menor, sus miradas derrochaban, deseó, Taehyung mordió su labio cuando Jungkook empezó a bajarle el pantalón sin despegarle la mirada.

Cuando lo hizo miro el miembro del mayor aún envuelto en la tela de la ropa interior.

Sus ojos se abrieron causándole una risita a Taehyung.

—No solo eres muy atractivo, sino que también estás muy bueno Taehyung...

Sus manos apretaron el prominente bulto haciendo que el mayor siseara de placer.

Entonces, cuando estaba por bajar la elástica del bóxer, la puerta principal de la casa fue abierta.

—¡Amor ya llegué!

Jungkook abrió sus ojos y miro a Taehyung con pánico.

El mismo que se alejó lentamente subiendo su pantalón, Jungkook pensó que este lo abandonaría o que simplemente le diría que todo había sido un error.

Pero Taehyung se inclinó y beso sus labios lentamente.

Sin decir ni una palabra ambos se sonrieron para luego dejarse ir como si nada hubiese ocurrido.

Taehyung se fue directamente a su habitación, específicamente al baño, necesitaba quitarse la calentura y las grandes ganas que el menor le había dejado.

Mientras Jungkook no podía aguantar el cosquilleo que sentía, le puso el seguro a su habitación y tomo aquel dildo.

Necesitaba quitar sus ganas con urgencia.

Ambos se masturbaron a nombre del otro.

[...]

Cuando la noche llegó, los tres estaban reunidos en el comedor cenando, los mayores hablaban animadamente mientras Jungkook parecía no querer comer su comida y Taehyung lo noto.

Definitivamente, tenía que hacer algo para cambiar la perspectiva que el menor tenía de sí mismo.

—¿Entonces que dices cariño? —Taehyung miro a Juyeon sin entender qué decía, por qué hace mucho había dejado de escucharla.

—¿Eh?

La mujer giró los ojos y luego río.

—¿Qué te parece reservar unos lugares en el spa el fin de semana?

—¿Este fin?

Juyeon asintió con una sonrisa.

—Está bien supongo.

La mujer sonrió contenta y se inclinó hacia su novio para darle un beso, pero Taehyung giro su rostro haciendo que el beso fuera en la mejilla.

—¿Qué fue eso?

—Lo siento, estoy comiendo, tengo los labios sucios —Jungkook miro al mayor por unos segundos y después se levantó, llamando la atención de ambos.

—Me iré a mi habitación, tengo que ensayar.

—Pero si no has comido nada Jungkook —su madre le reprendió.

—No tengo hambre mamá.

—¡Por Dios Jungkook! Parecerás un espanta pájaros si sigues así.

—Oye, no le digas así —la mujer giró su rostro hacia su novio quien la había regañado, Jungkook parecía tener problemas de autoestima y alimentación, ese tipo de comentarios no ayudaban mucho que digamos.

Jungkook bajo su mirada con vergüenza.

—Lo siento mamá, no todos tenemos una figura perfecta como usted.

—¡No quise decir eso!

— ¡Siempre me dices cosas así sobre mi cuerpo mamá! —tuvo el valor de enfrentarla mirándola a los ojos, aunque por dentro su corazón palpitara rápidamente.

—¡Ya basta Jungkook! Esto es culpa de tu padre, si él no te hubiera consentido tanto tendrías un peso ideal, yo cuidaba tu alimentación ¡Pero claro, si el niño quería una hamburguesa grasienta debíamos comprarla! ¿Ahora yo soy la mala?

—¡Juyeon basta! —La mujer se calló al escuchar el grito de su novio —¿Cómo puedes decirle esas cosas? ¡Deberías ayudarlo!

—Ni siquiera lo intentes, ella siempre será así.

Murmuro, el menor con sus ojos cristalizados, para irse corriendo a su habitación.

Taehyung entendió quién había creado la mayor inseguridad en Jungkook.

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