Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐫𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐨𝐜𝐡𝐨

Atenea alzó la vista confusa mirando a su padre, quien se cruzó de brazos con una sonrisa.

Tu eres mitad humana y piglin, cierto?─ Dudosa, la de cabellos negros asintio mirando a su padre con sus rojizos ojos a los potentes del mayor.

¿Ya pasaste tus cambios de pubertad?─ Abrió los ojos un poco sorprendida y asintió, bajando la mirada hacia sus manos donde cambiaron a unas pezuñas, las volvió a cambiar a sus manos normales.

Los híbridos de alguna forma eran extraños, desde que ella era hija de un piglin y humano se le hacía raro, tener dos formas con las que interactúas y variar, las personas siempre la miraban con asco desde que su madre misteriosamente desapareció, su padre siempre se ocupaba de ir a buscarla todos los días sin falta dejándola en el olvido como su hija.

Eres fue la única persona que la crió, mimo y amo, y lo adora como su padre aunque haya traicionado a su tío y varias veces a su familia de igual forma siempre terminaba perdónanos por todo lo que hizo.

niña, supongo que ya lo dominas no?─ Dominarlo no eran palabras, más bien convivir con dos seres en constante conflicto.

Al ser de diferentes especies era obvio que tendría conflicto pero tampoco dudo que su parte mágica y sangrienta también entrarían en conflicto, era una caos en toda su cabeza tratando de mantenerse cuerda por tantas voces.

Algo sería algo, no?─ su abrazo a sí misma vagamente, technoblade miro esto alzando sus cejas y acercándose a su hija quien retrocedió un poco, vacilando el contrario por el leve rechazo.

Iré a caminar un poco, volveré en el atardecer.─ comentó dando la vuelta y caminando hacia donde sus piernas la llevaron ignorando la presencia de su padre quien solo bufo un poco y se alejó de ella.

Metió sus manos a sus bolsillos y su capa flameaba, saltaba encima de las rocas incrustadas en la tierra y admiraba su alrededor lleno de árboles, parando frente de un lago retrocedió un poco para ir a sentarse en la sombra de uno de los árboles, cruzando sus piernas mientras que se recargaba en el roble de este cerrando los ojos un poco pensante.

¡Atenea!¿Qué haces aquí hija?─ Abrió los ojos de un susto, mirando hacia arriba a la figura hermosa de su madre con sus cabellos negros cayendo de sus hombris y una manta tejida a mano por ella misma y un hermoso vestido que no habia visto.

Descruzo sus piernas y las llevó a su pecho, mirando con ojos como platos a su madre que se inclinaba sobre sus rodillas acariciando ladeando la cabeza curiosa, sin embargo, atenea miraba con ojos lagrimosos a su madre, impulsándose por la adrenalina hacia adelante para abrazar con fuerza hundiéndose en su suave abrazo caluroso y amoroso.

Lloro en su pecho sintiendo a su madre moverse para sentarse en el suelo mientras que acariciaba su cabeza con tanto amor rebosante y dulce, sus dedos jugaban con sus lizos y ondulados cabellos negros sintiendo la incomodidad de su pesada armadura y su espada junto su hacha incomodarla un poco.

Mi madre siempre fue un angel, una persona que abre sus brazos a cualquier persona que esté en su alrededor, herida en cualquier circunstancia, siempre con una sonrisa calidad en sus labios, acariciando con sus finos dedos cabezas llenas de malos pensamientos.

Lo recuerdo desde niña, mamá siempre cantaba canciones de cuna cuando me sentía mal o me lastimaba las manos por estar jugando, limpiando y besando mis manos de niña con sus labios dulces y suaves, siempre admire la calma y tranquilidad de mi madre.

¿Ahora dónde estaba ella?

La ilusión se esfumó dejándose caer en el pasto verde mientras que comenzaba a soltar desgarradores sollozos desde lo profundo de su cuello, abrazando a sí misma del calor que creia que tenia pero necesitaba el calor de su madre, los dulces y cómodos brazos de su madre.

Sollozos escapaban de su boca ahogándose en su propia miseria, abrazándose con fuerza a sí misma mientras que miraba aun lado dejando de lado que ya estaba anocheciendo y no se había dado cuenta de ello.

(-----)

No llores, dulzura, pronto acabará todo...─ Quería vomitar y gritar con todas sus fuerzas, amarrada de sus manos y piernas mientras que el dios de la creación jugaba con un pedazo de su cabello y besándolo brevemente con amor.

Shhh, solo necesito el bastón para unirlos a ambos, tu y george, de nuevo unidos como debería de ser, volviendo a la vida a mi dulce amada.....beth.─ ____ abrió los ojos con fuerza, no recordaba haber leído esto en el libro que solo hojeo un rato.

Pero ocupó también el libro con suerte, puedo reemplazarlo por cierto tiempo.─ se levanta moviéndose por el gran salón, en ello, miraba a un chico dormido en un cómodo sofá y la luz dándole, supuso que era george de quien habla que se encontraba dormido.

Y ella aquí tirada en el suelo.

Se removió un poco, un jadeo ahogado de dolor siguió cuando las cuerdas doradas se apartaron con fuerza contra ella, dejó de forcejear y miro su alrededor por unos momentos, sin saber más que hacer dejando su tensado cuerpo al suelo y sus cabellos revueltos mirando al cuerpo de george durmiendo.

Desde que había sido secuestrada por el dios del caos y creación, dejando a tommy completamente solo la había ahogado en la desesperación y frustración, incapaz de no hacer nada y ser incompetente la frustraba mucho.

¿Así va a ser su vida?

No, ¿Así iba a terminar?

Sin ver a sus familiares, sin volver a ver a su hija y probablemente golpear a technoblade por no tratarla como se merece?

No, Necesita luchar, por su dos hijos que la esperaban, por su cuñado en las garras de su feroz abusador, recuperar y vencer a la tirana bruja que quiere lograr todo esto.

Necesita cambiar el futuro de su hija, Atenea quien sufrió mucho para cambiarlo y todo su esfuerzo será en vano.

(-----)

Las voces raramente se quedaban en silencio.

Era sofocante cuando lo hacía, el irritante bullicio que siempre jodia cada segundo de su vida estaba como los cementerios desolados por la noche, arreglo su guante izquierdo y paso su mano por sus cabellos negros y rosados, bostezando un poco mirando hacia la arboleda que estaba en su vision, entrecerro los ojos mirando la distancia por si estaba cerca de su hogar.

Negó, odiaba demasiado perderse y recordaba cómo su madre la castigaba por terminar pérdida y su padre buscándola con cierta facilidad gracias a su aroma de zarzamoras.

Ahora era mayor, 18 años ya, pudo ver como el tiempo fue volando en su época, batallas con los piglins para lograr el título, años de entrenamiento básico y difícil además de los estudios con su abuelo philza sobre la magia universal y negra, una guerrera forjada por la mano dura de su padre y abuelo, los lejanos recuerdos de un anhelo de amor paternal eran distantes cuando más pensaba en los problemas que la rodeaban.

Apretó los puños dejando de caminar dejando de escuchar sus pasos de su botas negras hundirse en la nieve y quedarse en un solo lugar mientras que su vista estaba en un punto concreto.

¡No puedo padre!¡Por favor!¡Ya no puedo!─ Gritó con fuerza mientras caía al suelo y su cuerpo temblaba de una forma incontrolable mientras miseramente apretaba su agarre en la espada de hierro con sus magulladas e hinchadas manos rojas mientras que jadeaba.

No, debes de seguir atenea, no todo en la vida es fácil y te lo he dejado bastante claro.─ suelta de una forma fría y desinteresada, Atenea arruga los labios y sus ojos se aguan mirando a su padre, su figura despeinada y sudorosa además que temblaba por el frío no podría soportar más.

Sabía lo que hacía su padre, jamás había cuestionado lo que su padre hacía el entrenamiento brusco y despiadado, todo en ella se había mejorado desde física y mentalmente.

Levantó su brazo que estaba dentro de su capa y lo alzó para apretar su puño sintiendo sus músculos tensarse bajo la gruesa tela de la vestimenta del imperio antártico, estiró su palma y un círculo dorado seguido de varios jeroglíficos en endernita hizo aparecer su casco hecho de netherite entrente tenía abierto en la letra T mientras que atrás tenía una coleta larga entre azul y blanco, amarrando sus cabellos se colocó su casco y comenzó a divagar por el lugar hasta encontrar un sendero raramente iluminado.

Camino con pereza y desinterés mirando su alrededor aburrida mientras que su capa carmín flameaba detrás suyo y sus botas hacía eco entre los árboles que se mueven pasivamente.

¡CORRE!¡CORRE HERMANO!─ se detuvo mirando desde la distancia un cuerpo o dos que corrían, levantó su mano hasta su frente para tener un poco más de visión entrecerrando los ojos observando los poco visibles cuerpos corriendo por el sendero y algo seguirlos.

La chica que jalaba su hermano miraba atrás con temor y pánico mientras que corría escuchando las vulgaridades que le gritaban los hombres , especialmente ella, giro su cabeza hacia adelante pero tropezó con un pecho cayendo de trasero seguido de su hermano quien se quejó.

Aquí, zorra desgracia, ¿Creías que te escapari- eh?─ el hombre maloliente y degenerado seguido de sus secuaces miró con desagrado quien fuera que se puso enfrente de la chica y dos puntos rojos delatarse por el orificio del casco que estaba formado en T, la chica que abrazaba con miedo y desespero a su hermano miró la gran espalda cubierta por la capa carmín y la pelusa blanca.

¿Que haces entrometiendo con la mujer de otro, forastero?

¡Miente!¡No soy nada de él, degenerado de mierda!

¡Puta desvergonzada!¡Te daré una paliza que te matara desgraciada y malagradecida!─ dio un paso adelante el hombre pero Atenea dio otro, retando al hombre que vaciló un poco y con sus gordos dedos le dio una señal a sus hombres quienes sacaron sus espadas.

Forastero, como eres nuevo seré misericordioso, entregame a la mujer y el esclavo y no pasara nada, pero si no, te despedazare y serás comida para los zombies.─ rio excéntricamente y malvadamente seguido de los hombres burlones que comenzaban a rodearlos.

Atenea miro sin sentimiento alguno y las voces se comenzaron asomar desgarrando las paredes que había creado para estar en calma algo que era demasiado poco y se acaba en un segundo para asumirse en los sanguinarios pensamientos asesinos.

La chica se desespero, no podría dejar que una vida se perdiera por su culpa, le frustraba demasiado que estaba tan cerca de escapar de las malvadas garras del duque que la había comprado y abusado, mirando con ojos lagrimosos hacia enfrente y los hombres que los comenzaban a rodear parándose junto a su hermano y apretando la capa del forastero, quien asomó su cabeza por encima de su hombro notando la severa diferencia de estatura que no era mucha pero tampoco poca.

Por favor no, no te arriegues, te lo ruego, no lo hagas.─ rogó con lágrimas asomándose mientras que apretó los labios mientras que su mano apretaba con fuerza la capa del contrario que solo suspiro relajándose y dandose la vuelta para quedar en una forma inclinada, reflejando su armadura encantada de netherite que había conseguido con la ayuda de su padre.

Alzó su brazo izquierdo mientras que agarraba el borde de su capa carmín para cubrir suavemente el niño y la chica para apretarlos contra ella sintiendo la de baja estatura sorprenderse pero relajados ante su extraña cálida mientras que de su otro lado se asomaba su espada de netherite ensangrentada observando la obra maestra que estaba detrás de ella con los hombres muertos, estómagos abiertos y entrañas por fuera.

Sus ojos brillaban con intensidad mientras que acariciaba con cuidado la espalda ajena sintiendo los dos apretarse contra ella en busca de su adicto calor, rio de una forma burlona haciendo que la chica se apenó un poco, antes de decir algo el de casco no identificable la empujó a ella y su hermano a caminar a la dirección opuesta aun ellos contra ella abrigándose con su capa.

¿Cual es su nombre?─ murmuró con cierta curiosidad mirando cómo la observaba de reojo mientras que pararon un poco para que la chica cargar a su hermano ahora dormido apretando contra su hermana con fuerza, se preguntaba por qué el tipo misterioso seguía cubriendo detrás ellos que para ella le era difícilmente observa por su estaturas diferentes.

El tipo solo se encogió de hombros y le apuntó a ella, dándose vagamente entender que se presentara ella y su hermano primero.

Oh bueno, soy Evangeline Wintertown y el es Jeffery Beckwith, no somos hermanos pero nos cuidamos mutuamente considerándolos como unos.─ Habla feliz caminando con el contrario quien asintió quedando ambos en un cálido silencio y pasó su brazo por sus hombros abrazándola con su capa y apegado a ella, evangeline se sorprendió un poco avergonzandose aunque no se quejo.

Y atenea solo pensaba que le diría a su abuelo que había recogido unos huérfanos.

Disculpa, no me dijo su nomb-

Te mueves mucho, no lo hagas.─ Su voz salió sorpresivamente ronca y rasposa por la falta de agua pero evangeline solo se avergonzó aún más ante ello y negó su cabeza ante esos pensamiento haciendo lo que su salvador le menciono.

Como dicen, el primogénito es idéntico a su padre.

un regalito para ustedes, les presento el diseño a medias de atenea, Hija de Technoblade y Rayis, sinceramente jamas he pintado con marcadores y bueno, primera vez xd

Tuve suerte en tener algo guardado y perdon por lo poco, sinceramente las clases toman mucho tiempo pero me dedicare los viernes a escribir ya que me quedo en casa recibiendo clases virtuales por un proyecto uu

Have a good night/day!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro