20. ¿Salida?
Narra Narradora
Con decir que la vida de Sydney y Joe volvió a la normalidad es decir poco, es como si nunca se hubieran peleado y dejado de hablarse por varios días. Algo que no pasó desapercibido en la vida de los demás que lo rodeaban.
Las amigas de Sydney miraban como su aura había cambiado, ya no se miraba tensa o preocupada después de la fiesta de Salinger. Incluso dirían que se miraba mejor que antes. Al igual que las amigas de Beck y ella misma, notaban como Joe hablaba muy animado con Sydney cuando ellas hacían sus fiestas de chicas o se reunían en la casa de Beck.
Es decir, no les prestaba atención y solo se mantenía en el teléfono. Y no por que quisiera ignorar a Beck, pero nunca lo tomaban en consideración. Incluso las amigas de Sydney querían conocer más a Joe, saber por que o como habían conectado tanto. Pero siempre rechazaba o ponía excusas por estar con Beck en sus días de chicas.
—¿Podrías apagar el teléfono? Estamos viendo una película. —Peach sonrió falsamente, dándole un apretón de manos a Beck.
A Peach siempre le molesto Joe, se quejaba que era un bueno para nada y que no le convenía a su preciada Beckalicious. Y ahora que apareció Sydney en sus vidas incrementó más sus razones para no quererlo cerca de ella, además que las inseguridades de Beck no ayudaban.
—¡Nos vemos nena! —El trío de amigas se marchó, dejando a la pareja sola.
Joe dejó su celular en la mesita y tomó sus cosas para darse una ducha, no sin antes darle un beso en la frente a la rubia antes de entrar.
Beck se limitó a limpiar la sala, incluyendo algunos vasos y platos del suelo. Pero podía escuchar como el teléfono de Joe sonaba a cada rato, dándose cuenta que se trataba de Sydney escribiéndole.
Hasta que vio como lo llamaba.
—¡Joe! Lamento no contestarte, hasta ahorita pude zafarme de ellos. ¿Pero cómo estás? ¿Sus amigas ya se fueron? —Preguntó inocente, pero al no escuchar nada se preocupó—. ¿Está todo bien, Joe?
—Joe se encuentra bañando en estos momentos. —Sydney se sorprendió al escuchar la voz de Beck, pero no dijo más—. ¿Necesitas que le diga algo?
—¡Beck! Por supuesto que no, solo quería preguntar cómo estaba.
—Se encuentra perfectamente. —Si pudiera ver el rostro de Beck, le diría una y mil cosas, pero solo negó.
—Solo dile que me llame cuando pueda, Beck. Fue un gusto poder hablar de nuevo contigo.
Y aún que espero que la otra respondiera, se escuchó como se colgaba la llamada.
—¿Está todo bien? —Preguntó Joe saliendo del baño, viendo como Beck escribía.
—Sydney te acaba de llamar. —El contrario asintió, tomando su celular y escribirle un mensaje.
—¿Y que te dijo? —Vio como se tensó, pero decidió seguir cambiándose. Al no recibir respuesta, fue hasta donde estaba ella—. ¿Donde será la otra fiesta de chicas?
—Hablando de eso.. —Pausó, girándose y quedar enfrente del castaño—. ¿Por qué no invitas a Sydney? Se que son grandes amigos.
Joe vio confundido a la rubia, viendo a un punto fijo en la habitación sin decir nada.
—Déjame ver, le llamaré y le preguntaré si tiene libre este viernes. —Sonrió, dándole un beso en la frente—. Te veo luego, tengo que ir a trabajar.
Se preguntará, ¿donde está Ethan? El moreno ha estado un poco ocupado luego de la fiesta de Salinger, viajando de aquí y para allá. Pero siempre regresando en su hogar, Sydney.
Se metió en sus conversaciones, escribiéndole a la pelirroja.
SYDNEY
Hey, lamentó no contestar:(
¿Qué tal está la fiesta de chicas? Me imagino que estás aburrido jaja
Tranquila, todo está bien. Acabo de salir de darme una ducha. Si quieres hacemos llamada cuando llegue a casa.
Claro, no hay problema. ¡Por cierto!
¿Que te parece salir a comer un día de estos con Ethan y Beck un fin de semana?
Aún que en su cabeza sabía que la respuesta era fácil, no podía desaprovechar esa oportunidad. Por fin podría conocer un poco mejor al actor, analizarlo y después ponerse manos a la obra.
Le preguntaré a Beck y te digo.
Perfecto, te hablo más tarde. Tengo que recoger a Ethan y luego dejarlo al aeropuerto para recoger a un amigo y después ir a una pequeña reunión.
Odio ser adulto:(
Dejó su celular en su bolsillo y preparó algunas cosas para irse a su auto, tenía todo preparado y se fue despidiéndose de Beck, tenía que ir a ese aeropuerto. Después de una hora, por fin había llegado y ahora mismo se encontraba en una pequeña estación de comida tomando un poco de café.
Ya los había visto llegar y ver como se iba la ojiverde para su casa.
Tenía que esperar un rato, no sabía cual había sido el destino ni nada ya que Sydney no le comento más, pero no le importaba esperar. Además que eso lo podría ayudar a conocer un poco más como es la vida del actor.
Si, él también se preocupaba por sus amigos, sobre todo en Sydney.
No dejaría que un idiota cómo Ethan Moore le hiciera algo, no era estupido. Sabía de las advertencias.
—Aarón ¡Hermano! Hasta que por fin llegas, ¿como estuvo Guatemala? —Cubrió un poco su gorra, viendo como el actor abrazaba a su amigo.
El castaño sacó su celular, buscando en redes sociales a un tal Aarón en la cuenta de Ethan.
Y efectivamente, lo encontró.
—Estuvo de maravilla, espero poder ir de nuevo. —Sonrió, separándose del moreno—. ¿Donde está Sydney? Pensé que vendría contigo.
—Está en su casa por una reunión, ya sabes cómo es todo eso.. —Iba a seguir hablando, pero la sonrisa de su amigo lo hizo parar—. No pasó nada, tranquilo, pero... Pero si quiero dar el siguiente paso.
—Eu, eso sí que es nuevo. —Pausó, llevando sus manos a su pecho y cruzarse de brazos—. ¿Estás seguro? ¿No sería mejor ir lento y luego probar si funciona?
Ethan imitó a Aarón, quedando en silencio.
—Tienes razón, es tan solo que... Ya sabes, luego de tanto tiempo creo que esta vez ya es la definitiva.
—Tranquilo campeón, que tendrás tu oportunidad de poder intentarlo con la poderosisima Sydney Harper.
—Venga hombre, que hemos estado prolongando esto una y otra vez. En serio quiero demostrarle lo mucho que la amo.
—Que si, que si, venga. Entra al auto que me estoy congelando. —Ambos rieron, tomando las maletas.
Narra Sydney
Ya eran las tres de la tarde y ese dúo no aparecía, preocupándome un poco.
—Tal vez salieron entre ellos, ya sabes... Tomar un poco y todo. —Vi mal a Ophelia, ahora mismo estábamos en videollamada.
—Ethan me lo hubiera dicho, lía. Siempre nos contamos todo.
—Auch, bájale un poco. —Sonreí nerviosa, disculpándome.
—Lo lamentó, es sólo que estoy algo nerviosa y no se como reaccionar.
—Los Harper siempre queriendo tener el control. —Vi con la boca abierta a la castaña, asombrada con lo que dijo—. ¿Que? Es la verdad. Típico de Aries.
—Oh, lo lamento por nacer en marzo. —Ambas nos vimos serias, para luego comenzar a reír como locas—. ¿Desde cuando crees en los horóscopos?
—Desde que vi en mi horóscopo que decía que conseguiría un empleo que siempre he soñado. Así que mírame, Star Wars.
—Si, si, claro. Sabes que, mejor iré a buscarlos. —Suspire, llevando un poco de pelo hacia atrás.
Tome una bolsa, donde ya hacía algunas cosas personales. Llaves de la casa, billetera, maquillaje, celular y cargador entre otras cosas.
—¿Sabes? Tengo que decirte algo, pero es mejor decírtelo en persona. —Sonreí nerviosa al ver la explosión de Ophelia, era obvio que le mataba el chisme—. No es nada extravagante o algo, ya sabes..
—Sydney Margaret Harper Collins, debes contarme el chisme completo, no calientes la cocina si aún no tienes las recetas. —No pude evitar sonreír mientras me ponía labial, viendo graciosa a la castaña.
—No te arrepentirás con lo que tendrás que esperar, y si me disculpas.. —Iba a seguir hablando, cuando una notificación me llegó.
Era Ethan, me estaban haciendo una videollamada pero justo estaba saliendo de mi casa.
—¡Ethan! Pensé que nunca llamarías, ¿donde están? —Dije como si nada, viendo como estaban caminando.
—Lo mismo me pregunto yo. —Al escuchar su voz no pude evitar sentirme avergonzada, ellos se encontraban enfrente mía.
꒰ 🌊 ꒱
Narra Beck
—¿Que te dijo Sydney? —Pregunté a joe, que ya hacía leyendo en mi cama.
—No puede, un su amigo acaba de llegar y quiere pasar tiempo con él y alguien más.
—De acuerdo.. —Solté resignada, siguiendo con lo mío.
—Pero.. —Voltee a verlo, escuchando como alargaba la o—. Me preguntó si querías ir a comer con nosotros a un restaurante un día de estos.
—¿Nosotros? —Fue lo único que dije, acercándome a la cama y acostarme en ella.
—Si, Sydney, Ethan, tu y yo. —Dijo mientras dejaba el libro en su lugar, poniéndose enfrente mía—. ¿Que te parece la idea? ¿O tienes otras cosas que hacer?
Me quede en silencio varios segundos, tenía que analizar y ser precavida con lo que diría. Realmente no me quería ganar el odio de una celebridad, a un que estaría a nada de hacerlo al meterla a una trampa.
—Me encantaría.
Sentí como besaba mi frente, separándose de mí y tomar su celular, seguramente escribiéndole a ella.
'¿Acaso no te das cuenta que ella es todo lo que me hace sentir insegura?' Pensé sería, mordiéndome el labio.
—Ya, este fin de semana. —Sonreí falsamente, tomando de mi poncho y quedar dormida.
Sería de un fin de semana largo, no solo por el hecho que tengo que escribir una historia, si no que también tengo que lidiar con la fastidiosa existencia de la pelirroja.
Si claro, es hermosa. "Sígueme hasta el infierno."
—Te quiero. —Sentí los brazos de Joe rodear mi cintura, acercándome a su cuerpo a pesar de que estuviéramos de espaldas.
Trate de eliminar cualquier pensamiento negativo. Y mierda, él yoga me hacía falta, y mi estrés está en lo más elevado.
—Y yo a ti, Joe.
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