SUMMER NO VOLVIÓ A VER A PERCY HASTA LA SIGUIENTE SEMANA .

Quizás fue porque el sábado siguiente su mamá la mandó a Seattle.

Esa semana fue la definición de infierno para ella, su papá se la pasaba trabajando y ella tuvo la desafortunada experiencia de conocer a la nueva novia de su padre.

Y no pudo evitar sentir compasión por ay madre, quien a pesar de tener un nuevo novio ella sabía que su mamá lo seguía extrañando un poco.

Pero por fin había regresado a New York y ella se sintió un poco mejor. Con la esperanza de volver a su escuela, con sus amigos  y tal vez volverlo a ver.

Pero esa mañana que regreso, el auto se estacionó frente a su departamento y lo vio ahí parado.

Dios santo. Pensó ella y luego sonrió como una tonta.

—¿Percy?—ella pregunto con curiosidad.

El chico la miro y metió las manos en los bolsillos de su sudadera mientras se acercaba a ella.

—Hola Summer, perdón por lo de la otra vez no fue mi intención alejarte debía resolver ese problema y era un problema que yo necesitaba resolver solo. Pero prometo que te lo compensaré conozco un lugar donde podemos comer algo y yo...—el comenzó a hablar.

—Percy no te tienes que disculpar yo se que no fue tu intención y por más que quisiera salir contigo a comer ahora no puedo porque tengo ensayos—ella respondió.

Percy sonrió y se acercó un poco a ella. Summer.

La chica sintió sus mejillas sonrojarse y luego sonrió suavemente.

—¿Puedo ir a verte más tarde?—el pregunto y ella asintió.

—Si...yo si. Obvio te espero—dijo ella tratando de no tartamudear.

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—¡No inventes! —exclamó la rubia mientras seguía pintándose las uñas.

Summer rió suavemente y luego se encogió de hombros mientras tocaba varios acordes de su guitarra.

Ivy soltó un gritito emocionada y luego sonrió. Ella siempre había sabido del pequeño(quizás enorme) crush de Summer por su vecino Percy.

—¿Entonces vendrá a verte?—pregunto la chica y le sonrió pícaramente.

La castaña sintió sus mejillas sonrojarse y negó con la cabeza ante lo que estaba insinuando su amiga.

—¡No pasara nada de eso!—ella exclamó rápidamente.

Ivy soltó una carcajada y negó con la cabeza mientras se acercaba a su amiga y le peinaba el pelo con suavidad.

—Si si hermosa lo se. Pero si lo haces ver Mamma Mia! Lo vas a asustar—comentó la rubia mientras seguía trenzándole el pelo.

Summer suspiró mientras seguía tocando los acordes de su guitarra pero sin tocar aún una canción. Ella pensó un rato y luego se encogió de hombros.

—No lo sé...ni si quiera se porque quiere venir aquí—comentó la castaña.

Ivy siguió peinando el pelo de su amiga y luego Summer siguió tocando su guitarra con suavidad.

—Tal vez yo no le guste... tal vez el solo quiere ser amable—comentó la chica.

Ivy puso los ojos en blanco y luego negó con la cabeza. La rubia sabía que a Summer le encantaba sobrepensar todas las situaciones, pero la chica sabía que ese chico se moría por su amiga.

—El quiere explicarte porque te dijo que te fueras la última vez. Créeme que yo quisiera que alguien hiciera eso por mi—hablo la rubia y luego le puso un broche a su amiga en el pelo.

Summer la miro y sonrió, su amiga tomó la guitarra y la dejó a un lado.

Summer no quería hacerse películas en la cabeza sobre que el tal vez si gustaba de ella. Eso no era posible el apenas había hablado con ella.

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Summer estaba en su sofá mirando una película y comiendo palomitas. Ivy se había ido hacia un rato.

Hasta que la puerta sonó, ella dejó el plato de palomitas sobre la mesa y se levantó del sofá, ella se miró en el espejo seguía trayendo la trenza que Ivy le había hecho hacia un rato, Summer encontró su gloss se puso un poco h abrió la puerta.

Dios mío.

Percy estaba parado frente a ella, traía una bolsa de donas, el sonrió y la miro a los ojos.

—¿Vamos a dar un paseo y luego venimos a comer?—el chico sugirió.

Summer no pudo hacer otra cosa más que asentir y asegurarse de dejarle una nota a su madre para avisarle que saldría.

Así que ambos salieron, la noche estaba despejada con un cielo estrellado. Ambos comenzaron a caminar en silencio, Percy pateaba una piedra imaginaria y ella miraba hacia otro lado.

—Tu mamá me contó que te fuiste a Seattle esta semana—comentó el chico mientras levantaba la mirada.

Summer se atragantó con su saliva y no pudo evitar sonreír como una tonta, eso quería decir que el había preguntado por ella.

—Parece que mi mamá no me soportaba así que decidió mandarme con mi papá a literalmente el otro lado del país—ella explicó encogiéndose de hombros.

—¿Y qué tal Seattle?—el pregunto con curiosidad.

Summer suspiró y se encogió de hombros, ella solo encontraba una palabra para describir esa situación:

Horrible.

—Pues...es una larga historia. Mi papá vive en un maldito remolque así que tuve que compartir cama con el. Lo cual fue asqueroso porque mi papá ronca y me quita la cobija. Luego tuve que conocer a la nueva novia de mi padre la cual esta deprimida o que se yo, además de que se llevan como doce años y luego mi papá se la pasaba trabajando y yo me la pasaba dando vueltas por su hospital que parecía un laberinto tan solo el área de cirugía—dijo ella sumamente rápido.

Summer tenía esa manía de hablar rápido y divagar. Temía que asustara a Percy pero el solo rió suavemente.

—Bueno...se nota que odiaste Seattle—dijo el suavemente.

Summer se sonrojó y luego lo miro a los ojos y no pudo evitar sonreír. Ella sabía que el probablemente no sentiría nada por ella pero lo miro.

—Me gustan tus pecas—comentó el chico de golpe.

¿El había notado sus pecas? Casi nadie le prestaba atención a un detalle tan pequeño y casi imperceptible, que rara vez alguien había notado.

Eso la hizo sentir como una niña pequeña, ella quería gritar y llorar de la emoción porque el había notado sus pecas.

—Gracias...—dijo ella suavemente.

Percy asintió y luego también el sonrió.

Tenía una sonrisa que podría iluminar el mundo entero.

—Hace frío...deberías quedarte con mi sudadera—comentó el.

Summer abrió los ojos de golpe y negó con la cabeza, no el no podía darle su sudadera.

—Estoy bien...no tienes porque preocuparte por mi—ella trató de protestar pero el ya le estaba poniendo la sudadera sobre sus hombros.

Summer se sonrojó aún más que sentía que ya se veía como un jitomate rojo.

—No protestes no quiero que te de un resfriado y mañana tu mamá aparezca en mi departamento diciendo que te resfriaste por mi culpa—explicó el muchacho con un toque de burla.

—Eres un tonto—dijo ella con los ojos entrecerrados y el rió.

—Y tú eres bonita—dijo el guiñándole un ojo.

¿Qué?

—¿Qué dijiste?—Summer pregunto.

—Que eres una rarita—dijo el despeinadole el pelo.

Summer lo miro mal y luego trato de hacer lo mismo pero el no se dejó.

—¡Te odio!—ella exclamó y el rió suavemente mientras corría lejos de ella.

—No es cierto—dijo el riendo y deteniéndose frente a ella.—. Ahora volvamos a casa y veamos una película.

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Al final ambos terminaron viendo Mamma Mia! Estaban en el sofá mientras ambos comían palomitas. Summer no pudo evitar tararear todas las canciones y Percy no pudo evitar sonreír mientras ella cantaba "lay all your love on me"

—Eres rara—dijo el y ella se encogió de hombros.

—Oye...me gusta esta escena—dijo ella tímidamente.

—¿En serio? No me había dado cuenta en realidad creo que odias toda la película—dijo el sarcásticamente.

Después de eso y sin darse cuenta Summer comenzó a quedarse dormida y Percy sin decir nada tomó una cobija y la dejó caer sobre ella para asegurarse de que estuviera cómoda. El no pudo evitar sonreír cuando ella recargó inconscientemente su cabeza sobre su hombro

Percy comenzó a contar inconscientemente las pecas que Summer tenía en su rostro(trece por cierto) y comenzó a imaginarse constelaciones.

El nunca había visto a una chica tan bonita, Percy sonrió inconscientemente y le quitó un mechón de la cara y ella arrugó la nariz.

Todo era tranquilidad hasta que la puerta se abrió de golpe.

Percy y Summer se sobresaltaron y Summer miro para atrás viendo a su mamá.

—Hey mamá—dijo ella sonriendo nerviosamente.

Haley se quedó en silencio, la mujer se veía sorprendida.

—Yo...yo solo vine a ver una película juro que no hicimos nada. De hecho Summ se estaba quedando dormida—explicó el pelinegro.

La mujer asintió y desvió la mirada un tanto avergonzada.

—Si, lo se tranquilos. Percy es mejor que vuelvas a casa y Summer necesito que hablemos—dijo la mujer un poco imponente.

Percy y Summer compartieron miradas, pero el asintió.

—Te veré luego, Summ—dijo el y salió por la puerta.

Summer se quedó en el sofá sin saber que hacer, eso era vergonzoso. Jamás se imagino que su mamá la fuera a encontrar con un chico.

—Summer necesitamos hablar—dijo la mujer sentándose a un lado de ella.

Summer parpadeo asustada y negó con la cabeza.

—No, no quiero hablar de eso ahora mismo—se negó Summer.

Summer se metió a su habitación y decidió olvidarse de ese momento. Ella no quería irse a dormir con ese mal sabor de boca.

Así que ella decidió recordar cómo es que Percy literalmente la había llamado bonita aunque el lo negara o como dijo que le gustaban sus pecas.

Y sin más se quedó se quedó dormida.