🏴 𖠵 ˓ O1
Mirándose al espejo, consiente de su apariencia, Jungkook se encontraba ultimando toques en su maquillaje de esa noche. Iría con su amigo Jimin al Tramonto Rosso, un club nocturno en la zona rosa de la ciudad.
Sus ojos delineados, sus labios con bálsamo brillante dándole un aspecto apetecible, su camisa rosa palo con una chaqueta negra con dorado encima, y su pantalón negro rasgado en las rodillas y los muslos, y sus zapatos negros informales.
Se veía atractivo, claro que no necesariamente esperaba conseguir alguien con quien pasar la noche. No era muy su estilo ese tipo de relaciones más si las hubo experimentado en el pasado. Iría por unos tragos, a bailar y a cuidar de que su amigo no se fuese con el hombre incorrecto.
Jimin pasó a buscarlo en su auto cerca de las nueve de la noche, y cuando llegaron al club ya eran las nueve y cuarto. Entraron y tomaron asiento en una estancia algo alejada del pandemónium central, algo más íntimo para charlar un momento mientras bebían.
―Deberías estar feliz, ya casi eres un abogado titulado.
―La felicidad por recibir mi título fue brutalmente opacada por la sustentación de la tesis. El Doctor Kim es el peor juez que me pudo tocar.
―Lo lograrás, pero debes liberar tensión.
Si, claro, la tensión de no saber cómo presentarte ante un abogado que muchas veces quiso meter a tus padres en la cárcel. Por fortuna, nadie sabía de quiénes era hijo, el apellido de su madre servía como buen camuflaje, pero eso no disminuía sus nervios aún si su sustentación fuese en poco más de un mes.
―Así que, para dejar ir el estrés, ve a bailar.
―Estoy solo ―recalcó el obvio hecho de que nadie le había invitado a bailar, ni lo quería tampoco.
―No finjas, te gusta más bailar solo que con un compañero.
Así fue como Jimin lo empujó hasta el centro de la pista, ambos bailando juntos siguiendo el ritmo de la música, dejando que el calor del momento se apoderara de ellos. Sus ojos cerrados mientras que la tonada acariciaba su cuerpo, y cuando los abrió no se encontró con Jimin, sino con un hombre, atractivo, de rasgos marcados y cuerpo bien formado, mirándolo con una lujuriosa expresión.
―¿Puedo acompañarte?
"Incordio", pensó refiriéndose a su amigo que en determinado momento lo abandonó.
Estuvo tentado a negarse, quiso decirle que no necesitaba a un compañero de baile, pero su sensatez salió a flote y se dijo: "¿Qué clase de persona no cuerda rechazaría a este hombre?". Y quizás siguiendo el calor de los pocos tragos que bebió, accedió a bailar con el alto. Ese era otro erótico detalle, sus estaturas eran muy diferentes, el rostro de Jungkook llegaba con las justas a su altura, su coronilla rozaba con esfuerzo las clavículas ajenas.
―Dime tu nombre ―casi le exigió en tono potente, comprensible pues la música era ensordecedora, pero Jungkook le entendió.
―Jungkook.
―Soy Taehyung.
El baile los llevó a pegar sus cuerpos más de lo esperado, se frotaron de forma impúdica hasta que la muchedumbre fue demasiada como para incluso respirar. El pelinegro, Taehyung, lo tomó de la mano y lo sacó de la pista, llevándolo entre la gente hasta la parte trasera del local donde un ambiente más tranquilo entre sillones y luces se vivía.
―¿Quieres un trago?
El joven aceptó, y se permitió tomar un licor de color ámbar, extraño igual que su sabor fuerte que le quemó la garganta. Había olvidado que los licores fuertes no le iban nada bien, ni se mezclaban correctamente con su pobre juicio.
―Así que, Jungkook, ¿tienes apellido? ―bromeó invitándolo a sentarse junto a él en uno de los sofás apegados a la pared.
―Lee―respondió simple añadiendo una sonrisa.
―Kim.
Jungkook tomó otro sorbo del trago, aunque su cuerpo rogaba por que parara. Taehyung lo notó e inmediatamente se soltó en risas.
―No eres muy buen bebedor.
―Ni un poco, si bebo otra copa entonces estaré más ebrio que una cuba en pocos minutos.
―Puedo cuidarte ―ofreció el pelinegro con una sonrisa amable.
―¿Me puedo fiar de ti?
―Posiblemente, aunque no sé que pasaría si te embriagas y yo igual.
Esa insinuación, iba por un camino sinuoso, rodeado de erotismo y sensualidad.
―¿Puedo saber por qué quisiste bailar conmigo?
―Mmm, porque eras el chico más interesante, y porque te veías muy bien bailando, aún así creí que querrías hacerlo solo y rechazarías mi oferta.
Su apreciación era curiosamente acertada, o al menos lo fue por unos segundos.
―Lo pensé, pero... supongo que podía dejar de bailar solo y hacerlo contigo.
―No fue tan malo después de todo, ¿o si?
―En absoluto, creo que fue una buena decisión.
Siguieron bebiendo más, y demás, hasta que sus sentidos, o al menos los de Jungkook, se vieron atrofiados por el alcohol. El calor subió a un nivel peligroso, donde las manos del chico se colaron por el pecho de Taehyung hasta llegar a su rostro y besarlo. Jungkook era un chico apasionado cuando bebía demás. Algo que no le molestó a Taehyung, le gustó verlo tan incoherente, y desfogado. El pelinegro se encontraba igual algo ebrio, pero no tanto como su acompañante. Le gustaba. Se gustaban, en el sentido más físico de la palabra. Y, quizás, una aventura por esa noche no sería tan malo.
―¿Puedo llevarte a mi departamento? ―preguntó, con la intención de llevar su encuentro a algo más.
―Puedes llevarme al cielo, si quieres.
Eso fue lo más sensato que dijo Jungkook, y que Taehyung se juraría cumplir.
Siendo que no estaba tan ebrio como para conducir, Taehyung llevó al muchacho a su departamento que, para fortuna, quedaba a siete cuadras del club, no muy lejos, y perfecto pues el calor que sentían necesitaba ser sacado con rapidez. Al llegar, dejó el auto en el parqueadero subterráneo, y cargando a Jungkook como un koala pues no se fiaba de sus habilidades para caminar, subieron en el ascensor hasta el cuarto piso. Entraron.
―Mmgh... ―comenzó a gemir el impúdico joven contra el oído ajeno.
―¿Muy ansioso, muñeco?
"Me gusta que me llames muñeco", pensó Jungkook comenzando a besar y morder el cuello ajeno.
―S-sí ―contestó y añadió―: pero la ve-verdad es que no he sido una buen niño.
Inmediatamente, la ingle de Jungkook se restregó descarada contra la entrepierna del otro.
―Deberé darte una lección.
Fue tirado en la cama una vez llegaron a la recámara, sus labios estaban presos entre los del otro mientras que sus propias manos se desesperaban por quitarle la camisa a su pareja. Taehyung hacía lo mismo, esa bonita chaqueta voló por los aires junto con la camisa, entonces pudo probar los rosados pezones del pequeño, los mordisqueó y lamió con gula haciéndole gemir.
―Tu reprimenda empieza ahora.
Y acto seguido las manos de Jungkook estuvieran presas por esposas sujetas a la cabecera de la cama, y en su boca fue puesta una mordaza. A Taehyung le gustó la imagen, se veía dulce e inocente, moviendo sus caderas por la ansiedad. Al muchacho tampoco le disgustó sentirse así de dominado.
TaeHyung se retiró la ropa, quedando gloriosamente desnudo, enseñando su esculpido abdomen, sus piernas fuertes y esos brazos tan apetitosos. Entonces pudo terminar de desvestir al pequeño hasta dejarlo tan gloriosamente desnudo que su boca se hizo agua.
―Voy a joderte tan fuerte ―prometió―. pero debo prepararte para recibirme.
Y como si le respondiera, Jungkook elevó sus caderas enseñándole desvergonzadamente su intimidad, su miembro caliente y erecto, y su tierna entrada deseosa por ser llenada.
La lengua de Taehyung llegó a chupar y engullir el miembro del otro, envolviéndose alrededor y recorriendo la longitud.
―¡Mmgh...mmm!
Las caderas del chico se menearon empujándose hasta la profundidad de la boca, tan húmeda que le hacía delirar. Su lengua pasó hasta su agujero, lo lamió y humedeció su alrededor, hasta poder meter su lengua ahí.
―¡Ammgh!
Su cuerpo se vio invadido por los dedos de Taehyung, estirando su estrecha cavidad hasta dejarla bastante dilatada, aunque seguramente no sería suficiente para recibir el tamaño de Taehyung.
Entones, lo pensó bien. Estaba siendo bastante desvergonzado, aunque su excitación le llevó a encontrar la situación demasiado caliente.
En medio de una cama, con las manos esposadas y la boca amordazada, Jungkook esperaba que el glorioso semental frente a él arremetiese contra su débil cuerpo. Con las piernas abiertas, en una singular invitación, ansiando que aquel hombre, Taehyung, que conoció en el club nocturno supliese sus deseos.
―Mmgh... ―gimió desesperado moviendo sus caderas contra la ingle del mayor.
―Ve con cuidado, muñeco, o esto ―sujeto en su mano su miembro erguido―. Podría lastimarte.
―¡Mmmgh!
Cuando el miembro de Taehyung ingresó en el caliente canal, un sonido, el de la contestadora en la habitación del mayor, llamó su atención, mas no detuvo los embistes que el robusto hombre daba.
―Kim Taehyung ―era la voz de su compañero de trabajo, Yoongi―, por fin tenemos la información de quién es el hijo de Jeon, su nombre es Lee Jungkook, lleva el apellido de su madre.
Y el trémulo silencio vino acompañado de un grito proveniente de Taey.
―¡¿Eres el hijo de un mafioso?!
El hombre le quitó mordaza a Jungkook quien replicó:
―¡¿Eres policía?!
Tenemos otra adaptación♡︎
Espero que les guste
🪴;; minnh-aye
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro